“El año pasado veía los partidos del Eibar para ver jugar a Mario Soriano”. Alessio Lisci, entrenador del Mirandés, próximo rival del Deportivo, reconoció su predilección por el mediapunta madrileño antes del duelo en Riazor de la primera vuelta. Ahora, con el partido en Anduva en el horizonte, las palabras del técnico italiano vuelven a cobrar fuerza debido al partidazo realizado por Mario Soriano ante el Cádiz (1-0), culminado con el gol de la victoria en el minuto 81.
Después de demostrar su valía en el conjunto armero en su primera temporada en el fútbol profesional, el Joker se ha empeñado en demostrar en el Deportivo que todavía le quedan escalones de sobra hasta alcanzar su techo competitivo. Eclipsado por la espectacular campaña de Yeremay y por un primer tramo de campeonato en el que tuvo que convertirse en una navaja multiusos para actuar en una posición diferente y ejercer un rol distinto en cada partido, la temporada de Soriano quizá se ha llevado menos focos de los merecidos.
El partido contra el Cádiz resume a la perfección lo que significa el ex del Atlético para el Deportivo actual. Disputó 89 minutos y se fue ovacionado por Riazor después de haber marcado el gol de la victoria en un partido en el que, a medida que el equipo coruñés supo contrarrestar la presión inicial cadista, se jugó a su ritmo: 65 intervenciones, 46 pases completados de 53 intentados (87% de acierto), cinco disparos (dos bloqueados, uno fuera y dos a puerta, uno de ellos el voleón de zurda que acabó en la red).
Pero Mario Soriano no es un jugador solo de datos. Su mapa de calor ante el Cádiz muestra que fue una solución para sus compañeros en todas las áreas del campo. Es capaz de influir en zonas de creación, de hacer que el equipo avance compacto orbitando a su alrededor y, como buen enganche, de enlazar el centro del campo con los atacantes, con especial mención a su conexión con Yeremay. Un mediapunta al que se le pedían números y ahora también los está haciendo: ya lleva cinco goles, su mejor marca como profesional, y tres asistencias. ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Qué le falta a Mario Soriano?
La evolución de la temporada de Mario Soriano ha atravesado diferentes etapas que reafirman su progresión como futbolista. En un Deportivo con Lucas Pérez como mediapunta inamovible —salvo en contadas ocasiones—, al jugador de Alcalá de Henares le tocó reinventarse: falso extremo, una demarcación que ya había desempeñado en su anterior etapa como blanquiazul, y sobre todo mediocentro, una posición en la que había jugado “alguna vez”, aunque “no tantos partidos seguidos”, según reconoció en una entrevista reciente a DXT Campeón.
“Con balón, en la posición de ‘6’ y ‘8’, entre comillas es más fácil, porque tocas más balón, puedes ver todo el campo, juegas más fácil y no estás tan rodeado de rivales como en la mediapunta. Lo único que cambia es el aspecto defensivo. Tienes que trabajar más, robar más balones, meterte al área para ayudar en los centros laterales…”, explicó Soriano, que admitió que, aunque siempre se adaptó “bien”, se sintió ligeramente expuesto contra cierto tipo de rivales: “Es verdad que contra equipos con jugadores de arriba que son buenos técnicamente y que se mueven bien entre líneas, no estoy acostumbrado a esos conceptos defensivos. Hay que tener un poco más de cabeza, no ir tan hacia adelante a atacar espacios, que también, pero algo más controlado”.
A pesar de esas dificultades, el Joker demostró su polivalencia y, tras la salida de Lucas, pudo asentarse en la mediapunta, su hábitat natural, donde su gesto técnico predilecto cobra relevancia: “Si tengo que destacar alguno, diría que el control orientado. En los pases que recibo entre líneas, con los rivales cerca, me apoyo en ese control. Soy un jugador pequeño y no soy de hacer muchos regates, no tengo los mismos recursos que Peke, por ejemplo. Me tengo que aprovechar del control para regatear al rival. Es el pilar fundamental en mi juego”, comentó Soriano, cuya fisionomía y formación forjaron un combo perfecto para convertirlo en el futbolista que es hoy: “Como soy un jugador pequeño, aprendí a encontrar espacios libres para aprovecharme de mi físico, porque no puedo ir al choque”. Así juega Mario, que cuenta con una habilidad especial para orientarse, controlar y girarse. Un pequeño superpoder que conlleva una gran responsabilidad, y que utiliza para ordenar al equipo a su alrededor y para decidir cuándo pausar o acelerar el juego.
Esa habilidad de Soriano para encontrar los espacios en las zonas que normalmente están más pobladas de piernas se conecta estrechamente con su condición física. El mediapunta alcalaíno siempre está en constante movimiento tratando de dar una línea de pase a sus compañeros y, cuando toca defender, el motor se le activa para ejecutar exactamente la tarea contraria: tapar las vías de asociación del rival. No es casualidad que habitualmente sea el jugador deportivista con más kilómetros recorridos en cada encuentro.
“Si quieres llegar al fútbol de élite, a jugar partidos cada tres días, tienes que trabajar todo al detalle en tu cuerpo, en la alimentación, en el descanso…”, dijo Soriano en la mencionada entrevista en la que explicó por qué tuvo que cambiar sus hábitos: “En el Atleti, cuando jugaba los partidos de Youth League, que eran físicamente duros, o cuando subía al filial siendo juvenil, se notaba. En los gemelos notaba muchos calambres en el minuto 60 o 70. Probé 50.000 cosas y no servía nada”. Hasta que en el confinamiento por la covid emergió la figura de su hermano Daniel, que se convirtió en su mentor en el apartado físico. “Mi hermano se puso a investigar, le hice caso y dio un giro muy radical a mi forma física. Empecé a aguantar bien los 90 minutos hasta el final y a aumentar, como dicen ahora, los HSR (High Speed Runs), que son movimientos de alta intensidad durante el partido. Cuando eres joven no te das cuenta, hasta que llegas al fútbol profesional, de todos los detalles que tienes que controlar. Hay que cuidar todo”, recalcó.
El Soriano polivalente, el Soriano enganche y núcleo del ataque y el Soriano fiable en el apartado físico se han fusionado con la nueva actualización de su software: el Soriano goleador. Era una de las escasas reclamaciones que se podían hacer a su juego y, todavía con ocho partidos por delante, ya se ha convertido en el tercer máximo anotador del equipo con cinco dianas, solo por detrás de Yeremay (11) y Mella (6). Y, además, no se quiere quedar ahí. “Los números son importantes para mí, para mi futuro y para ayudar al equipo. Quiero ser más determinante a la hora de llegar al área, ser más decisivo para tener efectividad cuando tenga una o dos ocasiones… Estoy en ello, mejorándolo, y voy por buen camino”.
Así es. El Deportivo sonríe porque tiene en su plantilla a un jugador especial, de los que marcan diferencias y construyen el juego con una facilidad al alcance de pocos. Mario Soriano sigue añadiendo recursos a su fútbol y, con 22 años, todavía no se adivina su techo competitivo.
Trilogía de golazos: cañonazo desde la frontal |
Balón en la frontal, cañonazo de Mario Soriano y gol. Es una premisa básica con la que ya se podría hacer una trilogía, ya que el mediapunta madrileño marcó ante el Cádiz su tercer tanto del curso de esta forma. Esta vez, controló el cuero con el pecho y, sin dejarlo caer, conectó una volea con la zurda que se coló en la portería de David Gil.
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