“Vino aquí siendo un niño. Era cadete de primer año, encima de diciembre, así que era el más pequeñito, pero ya se le veía un jugador excepcional, se le caían los goles. Esa capacidad de marcar la tiene innata. No  he visto un jugador igual”, afirma sobre el deportivista Martín Ochoa el técnico Eladio ‘Yayo’ Urzay, que actualmente dirige a la UD Logroñés Promesas y durante la temporada 2018-2019 entrenó al delantero blanquiazul.

“Lo fichamos de la Escuela EDF Logroño, junto a otros cuatro o cinco compañeros suyos, pero ya se le veía que tenía mucho gol y sólo duró un año aquí, pero qué año”, relata.

“Metió 56 goles, buf, y Mario Nájera fue pichichi en la Liga Nacional. Encima consiguieron el ascenso, mientras que nosotros ganamos el título de liga. Nájera alternaba el cadete con el juvenil, pero coincidieron partidos sueltos y en varios torneos. Cuando salíamos a competir fuera, con esa pareja, era un espectáculo. No creo que vaya a vivir tan tranquilo en un banquillo en mi vida”, confiesa el técnico blanquirrojo.

Lo fichamos y sólo duró un año, pero qué año; metió 56 goles

“Teniendo esa parejita, decía, tranquilo, que en cualquier momento la meten”, prosigue.

El preparador del filial de la UDL, nacido en Logroño al igual que Ochoa y Nájera, resalta la “capacidad de finalización” del actual atacante del Deportivo como su principal virtud.

“Martín es un ‘9’ puro, un tío de área que lo remata todo, así de claro. Esa capacidad de finalización no creo que la tengan muchos chavales, a mí no me ha tocado otro así”, admite Yayo Urzay, quien también destaca el sacrificio del riojano, del que resalta que “siempre te pedía trabajar más, quedarse el tiempo que hiciera falta para mejorar, así que ni una pega con él. Era un chollito” (risas).

“Creo que tenía muy claro desde pequeño lo que quería ser”, asegura quien fuera su entrenador a los 14 años: “No había delanteros como él en el País Vasco, en La Rioja y en Navarra. De su generación, me parecía el mejor y no tenía nada que envidiar a ninguno”.

Siempre te pedía trabajar más, quedarse el tiempo que hiciera falta para mejorar; creo que tenía muy claro desde pequeño lo que quería ser

Son todo elogios hacia su expupilo: “Un chaval más majo que el copón. Era cariñoso, humilde, siempre preguntaba, con los compañeros tenía una relación estupenda. Yo tuve mucha relación con él, sobre todo nada más irse de aquí porque, como decís en Galicia, tendría morriña de Logroño, así que yo le escribía mucho para que tuviera apoyo”.

Urzay admite que cuando se enteró de que Ochoa y Nájera se iban a A Coruña, “al principio, pensaba en lo duro que se les iba a hacer, porque los veía tan niños, hay más de 600 kilómetros de distancia, dejan la familia... Tiene que ser duro, pero si los chavales tienen confianza, qué le vas a hacer”.

“No me sorprendió que se los llevaran por el talento que tenían y aquí no pusieron muchas pegas porque al final no puedes competir con clubes como el Depor”, confiesa.

El físico es uno de los aspectos en los que lógicamente Ochoa ha madurado más.

“En aquella época físicamente no era muy fuerte, pero ahora veo que ha pegado un cambio y se está poniendo muy fuerte. Para ganar duelos con los tíos que tiene que chocar es normal”, dice.

Pese a la distancia, Urzay trata de “ver partidos y vídeos” de su expupilo.

“Es un golazo, el típico de delantero centro”, dice sobre el primer tanto de Ochoa con el Depor, que dio el triunfo a los blanquiazules en Sabadell.

“Me parece excepcional que un chico tan joven sea capaz de hacer esas cosas y sobre todo con la presión que tiene el Deportivo. El control, los goles, la capacidad de rematar, eso lo tiene innato. El hambre de atacar el área”, argumenta.

Me parece excepcional que un chico tan joven sea capaz de hacer esas cosas y sobre todo con la presión que tiene el Deportivo

“Ahí teníais a Makaay. Me recuerda a él porque no son jugadores muy técnicos, pero son unos finalizadores tremendos, con muchísimo gol”, dice.

Pero Ochoa no es sólo gol y a su extécnico no le sorprende que, como sucedió ante la Ponferradina, también destaque en el trabajo oscuro.

“Trabajar la presión, disputar, ir a los duelos, en eso no es dudoso. Aquí era muy valiente e incluso cuando jugábamos con equipos de la Tercera de Navarra, que nosotros éramos unos cadetes, a él le cascaban y no se arrugaba”, asevera Yayo Urzay, convencido de que “si a Martín le dan continuidad, va a triunfar seguro”.
“Ojalá tenga suerte, marque goles y ya nadie lo pueda sacar del once”, sentencia.