El penúltimo chasco del Básquet Coruña fue contra el Granada
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El penúltimo chasco del Básquet Coruña fue contra el Granada

El Leyma perdió en los playoffs de 2021 el quinto 'match-ball' de su historia en casa | El sábado recibe al equipo andaluz en un duelo de ACB con sabor a LEB Oro
El penúltimo chasco del Básquet Coruña fue contra el Granada
Nwogbo, pívot del Básquet Coruña, se lamenta tras una acción en aquel partido contra el Granada en 2021 | Patricia G. Fraga

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“He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido más de 300 partidos. En 26 ocasiones me confiaron el tiro ganador y fallé. He fracasado una y otra vez en mi vida y por eso he tenido éxito”, Michael Jordan.

 

De éxitos y fracasos está plagada la historia del deporte. Y el camino del Básquet Coruña hacia la élite no es una excepción. Disputó ocho playoffs de ascenso y no culminó ni uno. Diez veces erró en el partido decisivo para avanzar ronda. Y cinco de ellas fueron en su propia pista: el cuarto duelo de las series contra Andorra en la temporada 2012-13, Melilla en la 15-16, Palencia en la 16-17 y Manresa en la 17-18 y el segundo ante Granada en la 2020-21 forman parte del proceso. El 5 de junio de 2021 se produjo el penúltimo desengaño del Leyma y su afición en el Palacio de Riazor. Después de ganar en el Palacio de los Deportes nazarí, desperdició el match-ball para presentarse en la final por el ascenso. El equipo andaluz vuelve este sábado a A Coruña (20.45 horas) en un duelo cde ACB con sabor a LEB Oro (ahora Primera FEB). En las dos últimas plazas de la Liga, ambos están casi descendidos.
 

En aquella campaña pospandémica, con un formato especial –dos fases regulares y solo una plaza de ascenso en eliminatorias a tres partidos– y pabellones de aspecto frío y desangelado por las restricciones, el Básquet Coruña perdió a su base titular, Augustas Peciukevicius, un jugador capital en la pista, y cedió la primera posición de la fase de clasificación en el último partido con una derrota en casa ante Castellò (90-92). Cayó hasta el cuarto puesto, pero en la primera serie de los playoffs tumbó a Oviedo, rompiendo la mítica maldición en Pumarín.
 

En las semifinales se encontró con el Granada, líder de la liga regular y un equipo diseñado para el ascenso. Aprovechó la inercia el equipo entonces entrenado por Sergio García con un victorión en el primer choque de la serie (67-77) y se creó una gran oportunidad delante de su público. “Recuerdo la ilusión y la expectación que se generó sobre ese partido que nos hubiera colocado en la final por el ascenso”, evoca el técnico jefe del Leyma desde 2019 hasta 2022 y ahora ayudante en el cuerpo técnico del Bilbao Basket que hoy disputa la final de la FIBA Europe Cup.
 

“Ganar en Granada fue un gran triunfo moral y veíamos muy cerca la posibilidad de llegar a la final. No cerrarlo en casa fue un palo duro. En ese momento quizá no tanto porque sabíamos que había otro partido, pero no ganar ante tu gente y teniéndolo todo de cara fue una decepción”, añade Javi Vega, jugador del Básquet Coruña entre 2020 y 2023 y capitán de la plantilla aquella temporada.

 

¿Relajación o presión?

“Igual nos confiamos o nos relajamos, pensando que en casa lo íbamos a rematar y que ellos no se podían levantar después de perder en su pista. No pensamos que iban a tener tanta fuerza mental”, lamenta Romaric Belemene, naranja únicamente aquella campaña y actual compañero de Vega en el Grupo Alega Cantabria. “El equipo notó la presión y al principio nos costó, ellos consiguieron ventajas muy rápido y, es cierto, que con el empuje del público [algo más de 1.000 espectadores permitidos por ley] reaccionamos y tuvimos opciones. Nos llegamos a poner a dos y acabamos perdiendo de tres”, matiza García.
 

Un primer cuarto demoledor del Granada (13-26) marcó el desarrollo del choque. Obligado a remar, el Leyma se fajó atrás, acortó las distancias (36-44 al descanso y 45-48 en el inicio del tercer periodo) y, aunque los visitantes volvieron a estirar el marcador (61-77 con solo 4:30 por delante), remó hasta morir en la orilla. Con 80-82 a ocho segundos del final, Zach Monaghan tuvo dos tiros libres para empatar, pero falló el primero y Thomas Bropleh (25 puntos) no erró desde la línea (82-85).
 

“Es un recuerdo agridulce porque perdimos, pero viéndolo con el tiempo nos ganó un equipo con jugadores que ahora están consolidados en la ACB como Lluis Costa (Tenerife) o Bropleh (Lleida)”, destaca García. “Nosotros tuvimos la mala suerte de llegar con la baja de Peci, que era nuestro base titular. Acabamos jugando con Zach, Gaizka Maiza y Arnar Bjorsson. Creo que lo notamos a la hora de enfrentarnos a un equipo tan completo como Granada, con más experiencia y una plantilla profunda”, analiza Belemene.
 

“Con perspectiva, fue un partido y una eliminatoria que forma parte del proceso de maduración que es natural en un club y que pocos años después se consolidó con una plantilla sólida y ganadora para lograr el ascenso”, arguye el entrenador. “Egoístamente me hubiera gustado ascender en A Coruña, pero viéndolo desde un prisma más amplio fue una de esas muchas veces que el club llamó a la puerta, cogiendo tablas, y le sirvió de preparación hasta que se juntó todo lo que se tuvo que juntar para llegar a la ACB”, coincide Vega.
 

La puntilla y la pandemia

Tras el varapalo en el segundo partido de la serie en Riazor, el Básquet Coruña perdió el tercero en Granada (72-68), también ajustado y con un triple final de Monaghan que pudo cambiar el destino: “Solo falla el que tira. Si la hubiese metido habría sido capitán general”, le defiende su técnico. “No fue una buena decisión porque Zach tiró desde nueve metros ante Bamba Fall, un defensor de 2,10 metros, en vez de atacar el miss-match. Son experiencias”, matiza Belemene. “Estuvimos muy cerca del sueño”, lamenta Vega.

 

La temporada estuvo marcada por los brotes de covid y los altos y bajos en las restricciones para combatir la pandemia, una legislación que impidió ver un lleno en Riazor: “Fue todo muy raro. Estábamos pendientes todo el rato de las noticias porque cada dos por tres se iban ampliando o restringiendo las medidas. Pasabas de tomarte una cerveza en una terraza a solo poder pedir comida a domicilio. A nivel de presión y sensaciones, los partidos eran como un entrenamiento, se perdía esa tensión de la competición, parecía que no te estabas jugando nada”, abunda Vega.
 

Cuatro años después la pandemia es solo un recuerdo y el Leyma recibe al Granada en la ACB, aunque los dos equipos están en descenso a cinco y cuatro partidos de la permanencia, respectivamente. "Cuando escuchas los nombres de Thompkins, Heurtel, Lima o Scrubb piensas que podía haber ido mejor, pero la realidad es que la liga es durísima y en la primera temporada mucho más. Al mismo tiempo, tienen que verlo como una parte más del proceso. Han conseguido un éxito brutal en lo social”, analiza García. “Creo que las cosas estaban bien pensadas, con un bloque continuista y fichajes ambiciosos, pero no han salido”, lamenta Vega. “Hay que creer hasta el final, ojalá suceda algo milagroso”, confía Belemene, uno de los protagonistas del penúltimo chasco en la historia del Básquet Coruña. 

El penúltimo chasco del Básquet Coruña fue contra el Granada

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