El ánimo decae en la grada de Riazor
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El ánimo decae en la grada de Riazor

El ánimo decae en la grada de Riazor
La hinchada, durante el partido ante Osasuna Promesas. Foto: Alborés

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Resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas. Llevan unas cuantas la sufrida hinchada del Deportivo, que pese a todo logró pulverizar este año la cifra de abonados, con 28.346 en total, teniendo que cerrar la campaña. 


La afición renovó ilusiones y ganas en el cuarto curso en Primera Federación seguido de los blanquiazules y comenzó acudiendo en masa a Riazor, con un récord contra el Celta Fortuna (25.672) pero ha ido perdiendo fuelle, así como el equipo coruñés.


El último duelo, contra Osasuna Promesas, reunió a 16.637 espectadores, el pasado domingo a las 20 horas, en un día frío en lo climatológico y en lo futbolístico, en el que el Depor sumó un insulso empate ante el filial rojillo.

 

Con las ganas


El Depor comenzó el curso el pasado 26 de agosto, recibiendo a las 20.30 horas al Rayo Majadahonda ante 20.640 espectadores, en un choque se saldó con tablas sin goles, aunque los coruñeses merecieron más e incluso vieron como les anulaban un gol legal.


La victoria a domicilio ante el CD Lugo (0-3) suponía un inicio esperanzador, pero la alegría duraba poco. La siguiente jornada en casa, la tres,  22.161 hinchas vieron como los coruñeses se quedaban con diez, por la expulsión de Lucas Pérez y el CD Teruel se marchaba con un empate bajo el brazo.


Se escapaban de nuevo los puntos de Riazor, el curso pasado muy fiable tanto con Borja Jiménez como con Óscar Cano y luego con Rubén de la Barrera.


Otra vez en el Reina Sofía el Depor era incapaz de ganar y se iba con un empate de su visita contra Unionistas (1-1).


Llegava la jornada cinco en la que el Cornellà lograba ante 22.130 aficionados del Depor un pequeño botín, gracias a contrarrestar el tempranero gol de Pablo Vázquez (1-1).


El Depor se las prometía muy felices en Fuenlabrada en la jornada seis, tras abrir el marcador Pablo Valcarce, pero en el añadido los madrileños acababan por llevarse el encuentro (2-1).

 

Asistencia riazor
Asistencia riazor


El club aprovechaba la jornada siete, ante el Celta Fortuna, pare rendir homenaje a Djalminha. Un encuentro que estaba llamado a ser una fiesta, pero que se convertía en bochornoso para los intereses herculinos. Un gol de Durán a la media hora de partido helaba a los 25.672 seguidores presentes en las gradas coruñesas, de momento el récord este curso en el feudo del Depor.


En la jornada nueve visitaba a un necesitado Sabadell y lograba una victoria, gracias a un tanto de Martín Ochoa, que hacía olvidar, en parte, el mazazo de la derrota contra el eterno rival. La visita del líder, el Nàstic de Tarragona en la jornada 10, congregaba a 20.063 fieles, el pasado 29 de octubre, un domingo muy frío y un partido fijado a las 19.00 horas.


La nota positiva era el triunfo, aunque por la mínima, con un tanto del central Pablo Martínez, que suponía, por fin, la primera victoria del Depor en Riazor.

 

En caída


El correctivo que le endosaba el Real Unión al Deportivo en el Stadium Gal hacía mucho daño tanto dentro como en el entorno del club.
El siguiente duelo en casa, contra la SD Logroñés, el pasado sábado 11 de noviembre a las 19.00 horas, suponía bajar por primera vez de los 20.000 asistentes: 18.557. Los blanquiazules se imponían por 2-0, con tantos de Pablo Martínez y Davo.


Tras dejarse dos puntos ante el Tarazona, en el añadido (1-1) de nuevo la hinchada volvía a disminuir el pasado fin de semana contra Osasuna Promesas.


Si bien es cierto que el partido era en domingo, a las 20 horas, lo que suponía que no acudiesen muchos niños, al haber colegio al día siguiente, las últimas actuaciones del Depor también influían en el ánimo de la hinchada.


Las tablas ante los rojillos no dejaban contento a nadie, sobre todo a una grada que mostraba su hartazgo con silbidos a la conclusión del choque, cansada del juego del equipo y de la falta de ideas.
Sólo dos victorias lleva el Deportivo en Riazor, un feudo que decae en números y en ánimo en la grada con el paso de las jornadas. 

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