El Deportivo se vuelve a poner esta tarde el mono de trabajo a domicilio, una de las indumentarias en las que más cómodo se está encontrando esta temporada. El equipo blanquiazul es uno de los invitados más temibles de la categoría, fama que ha reforzado todavía más en los últimos dos meses llevándose victorias de feudos con tanta solera como El Plantío, Ipurua o el Nuevo Mirandilla.
Pero los brillantes números de Óscar Gilsanz y los suyos cada vez que tienen que salir de Riazor son notables también si los ponemos en el contexto histórico del siglo XXI. Hoy en el Pepico Amat, el Dépor juega para aumentar una serie de cinco jornadas consecutivas sin perder como visitante. De conseguirlo, alcanzaría su mejor racha de imbatibilidad en una sola temporada en el fútbol profesional en los últimos 25 años. En este periodo han sido varios los equipos blanquiazules que han conseguido llegar a la misma frontera en la que se encuentran ahora los Yeremay, Mella, Villares y compañía, pero todos fracasaron a la hora de intentar ir más allá.
Para encontrar la última vez que escaló a esta altura de la montaña antes de despeñarse hay que irse a la 2018-19 con Natxo González en el banquillo. Antes de su cese en la jornada 33, el técnico vasco consiguió hacerse fuerte lejos del estadio herculino para conseguir hasta en dos ocasiones encadenar cinco partidos sin perder. Una de ellas con asterisco, en todo caso. Porque el Dépor no perdió entre las fechas 23 y 32, pero en una de esas salidas se las llevó sin tener que jugar al haber sido el Reus expulsado de la competición. Al inicio de temporada, el cuadro herculino había repetido secuencia y también cayó cuando buscaba aguantar de pie una sexta vez.
Si esa plantilla que acabó metiéndose en playoff y quedándose a un palmo de la gloria en la fatídica noche de Mallorca, no iban a ser menos sus predecesores de plata que lograron el objetivo de regresar a Primera División.
El Deportivo dirigido por Fernando Vázquez tuvo un tramo de campeonato en el que se mostraba intratable cada vez que tenía que irse de casa. Enlazó triunfos en la recta final en visitas a La Romareda, Valdebebas y Son Moix, a lo que posteriormente añadiría igualadas en el Anxo Carro y Mendizorroza. No falta tampoco una racha similar en el libro de récords que se llevó José Luis Oltra —hoy recién aterrizado en el banquillo rival— con su rodillo blanquiazul de la 2011-12. 13 puntos de 15 posibles mientras también arrasaba en Riazor entre el final de la primera vuelta y el inicio de la segunda para lanzarse en la clasificación y marcar un ritmo que acabaría siendo inaguantable para sus perseguidores, unos meritorios Celta y Valladolid.
A ese nivel está el buen momento que atraviesa como huésped el actual Dépor. Porque para encontrar otras rachas que aguanten la comparación hay que irse a los años europeos. Era Primera División, claro, pero el hecho de que solo se consiguiera en dos ocasiones más en una misma Liga debería darle el suficiente valor al trayecto de esta ‘outra historia’. Caparrós, con una serie espectacular en la 2005-06 conquistando Santander, Sevilla, Vigo y Bilbao con un balance total de diez goles a favor y uno en contra, e Irureta en la 2002-03 fueron los responsables.
En este primer cuarto de siglo existen otras tres ocasiones en las que podemos rescatar un Deportivo intratable fuera si nos vamos a la serie pura de partidos. En la última etapa en Primera, el equipo blanquiazul fue capaz de enlazar seis fechas sin perder a domicilio en dos ocasiones. Pero en hojas diferentes del calendario. La agónica salvación de la 2014-15 se cimentó en las gestas de San Mamés, con aquel tanto de Lopo sobre la bocina para sumar un punto, y la remontada para el empate del Camp Nou con Lucas Pérez y Salomao levantando un 2-0 que sellaba el billete en la máxima categoría. Víctor Sánchez del Amo fue capaz de mantener al inercia para una gran primera vuelta en el curso siguiente, yéndose de vacío fuera solo en dos ocasiones, pero una de ellas ante el Málaga en La Rosaleda cuando buscaba la séptima.
Contra esa misma pared se estampó Gaizka Garitano, que recogía en la 2016-17 el buen tramo final con el que Del Amo había sido capaz de lograr una permamencia que se había complicado demasiado por una nefasta segunda mitad de Liga. Cuatro sin perder más dos del ahora técnico del Cádiz con una única victoria. Pero de oro. La que logró el equipo en la visita al Villarreal y que alejaba matemáticamente el pozo.
Y el listón más alto, cómo no, lo pone el EuroDépor. El ritmo que impuso el Real Madrid en la 2000-01 apenas le dio opciones de revalidar el título de Liga al conjunto de Javier Irureta, pero un espectacular final de campaña sí valió el subcampeonato. El cuadro deportivista salió airoso en la pugna con Mallorca y Valencia, al que sentenció ganando en Mestalla en la jornada 37.
En la misma posición terminó al año siguiente, precisamente por detrás de los ‘ches’. El Dépor ganó tres de sus primeros partidos fuera en la 2001-02 para elevar la racha a siete sin perder. Aunque el hito inolvidable de ese curso como ‘visitante’ tuvo lugar en marzo con la Copa del Centenariazo.
Siete sin perder también había sido el techo más reciente del Deportivo durante su etapa de barro en Segunda B y Primera Federación con Borja Jiménez al mando. Hasta a principios de 2024 Imanol Idiakez desató un rodillo que se llevó por delante a cualquier rival que se interpuso en el camino del ascenso.
El conjunto coruñés regresó a la élite del fútbol nacional por la puerta grande después de acumular 10 salidas consecutivas sin conocer la derrota. La última, una goleada en Castalia para levantar el título de campeón absoluto de la categoría de bronce. Fueron un total de ocho victorias y dos empates, con 24 goles a favor.
Este domingo desde las 16.15 horas, buena parte de esos mismos protagonistas tienen la oportunidad escribir una nueva página dorada, al tiempo que se llenan de razones para seguir soñando con los éxitos que ya acompañaron rachas pasadas.