Este Deportivo no caduca todavía
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Este Deportivo no caduca todavía

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Mella y Yeremay celebran un gol en Riazor | AEC

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Cuando un equipo sale del fútbol profesional, son numerosos los aspectos de la estructura del club que se deben redimensionar para ajustarse a una nueva realidad. Uno de ellos es la capacidad de hacer planes a medio plazo en lo que a plantillas se refiere, con proyectos que viven al día y se derrumban en el mismo momento que no se consigue el objetivo buscado cuando se termina la temporada.

 

Aunque con matices, porque el Deportivo nunca fue un cualquiera en la categoría de bronce, la entidad herculina tampoco escapó a esa vorágine de consumir piezas en la búsqueda de regresar lo antes posible a la élite. Pero una vez dejado atrás el barro, tampoco ha perdido el tiempo a la hora de recapitalizar una nómina de jugadores para la que continúa extendiendo su fecha de caducidad. En estos momentos, hay casi una treintena de futbolistas que tienen contrato en Riazor, como mínimo, hasta junio de 2026. Algo que no siempre es positivo —parece inevitable negociar salidas en los próximos meses—, pero que al menos deja el control, que no la última palabra, en manos de los dirigentes deportivistas.

 

Con la portería cubierta

Para empezar y salvo cambio de rumbo, el Dépor no tendrá que moverse en la portería. En verano hizo una importante apuesta por el veterano y contrastado Helton Leite, que ha acabado haciéndose con el puesto y relegando al banquillo a Germán Parreño, una de las piezas clave del ascenso. El vínculo del brasileño termina en 2026, como el de su colega, que en este caso tiene la opción de prorrogarlo un año más en caso de subir. 

 

Tras los cabeza de cartel, una lista de aspirantes que trabajan, fuera o en casa, con el objetivo de ser considerados a medio plazo como figuras válidas para defender el arco. Eric Puerto (2028), ahora cedido en el Marbella, parte con ventaja, pero hasta 2026 también tienen la oportunidad Alberto, esta temporada en el Fabril, y Brais, que no ha debutado y está cedido en el Calahorra.

 

Defensa con incógnitas

La parcela defensiva posiblemente sea la zona en la que el Deportivo más tendrá que centrarse el próximo verano. Además del consolidado Pablo Vázquez (2026), la reciente renovación de Dani Barcia (2028) es una gran noticia, pero en el horizonte aparecen demasiadas incógnitas, bien sea por una vinculación próxima a su fin, o por la edad de los protagonistas. Ximo Navarro, Jaime, Obrador y Nemanja Tosic, estos dos últimos cedidos, terminan contrato el próximo mes de junio —hay opción de compra en caso del serbio—, a los que hay que añadir a un Pablo Martínez que renovó por un año con posibilidad de otra más en función de objetivos. De momento está siendo importante en el equipo y es muy del gusto de Óscar Gilsanz, pero la próxima semana cumple 36 años.

 

A partir de ahí, contratos en firme sin demasiadas certezas. Petxarroman firmó hace unos meses un acuerdo que se va hasta 2028, mientras que Sergio Escudero, que se recupera tras su operación en el codo, será blanquiazul en principio hasta 2026, misma fecha que se extingue el de Iano Simão, otro lateral izquierdo. El guineano está cumpliendo con creces y consolidándose en Primera Federación con el Arenteiro.

 

Pilares en la medular

Un paso más adelante, en el centro del campo, no solo hay un buen número de efectivos, sino que también son de peso. Diego Villares, uno de los capitanes del equipo, se comprometió hasta 2027. También uno de los últimos en llegar, Denis Genreau, apuesta de futuro del Deportivo en el recién terminado mercado de invierno. En poco tiempo se unirá a ellos José Ángel. El sevillano es ahora mismo uno de los futbolistas en mejor estado de forma y se acerca a la barrera de partidos que activará un año más la vinculación que ahora mismo lo une con Riazor hasta 2026. Ese verano se despedirá también Omenuke Mfulu, aunque los dos tienen un año adicional como blanquiazules en caso de un eventual ascenso a Primera División durante este periodo.

 

También en esta parcela hay jóvenes que garantizan talento de futuro. El primero de la lista es Charlie Patiño. El centrocampista inglés no está teniendo una adaptación fácil, pero la confianza de la dirección deportiva en él es plena y se espera que vaya a más en su trayecto hasta 2028. Ahí llega también la vinculación de Rubén López, ahora cedido en el Barça Atlètic, o la joya de la corona; un Mario Soriano que está consolidándose en la mediapunta asumiendo los galones tras la marcha de Lucas. En su caso hay incluso la opción sumar otra campaña. El único que acaba contrato en el centro del campo es Hugo Rama. O mucho cambia su situación de aquí al verano, o el gallego vive sus últimos meses en el club blanquiazul. Ya estuvo cerca de salir en enero, pero finalmente se ha quedado hasta final de temporada, aunque solo suma 70 minutos en liga y no juega desde noviembre en la visita al Almería. En Copa fue titular en la derrota contra el Ourense CF.

 

Pólvora joven

En último tercio es donde el Dépor concentra buena parte de su talento y también dos de sus grandes referentes a pesar de su corta edad. Yeremay pone el techo de la plantilla después del contrato que firmó hasta 2030, un año más de compromiso que contrajo David Mella. A nadie se le escapa que el equipo blanquiazul tendrá que seguir el ritmo de crecimiento de sus dos canteranos si quiere retenerlos, pero de momento ya ha salido vencedor en varios envites de clubs del fútbol europeo, que se han encontrado con una negativa a abandonar A Coruña por parte de ambos extremos.

 

El relevo en los costados también está ya en casa. Literalmente en el caso de Diego Gómez tras su regreso en enero, al alcance de la mano con Luis Chacón —terminan en 2028—. El de Pontedeume está demostrando un año más en la Cultural que la Primera Federación se le queda pequeña.

 

Para aprovechar todo lo que ellos generan, el club herculino también tiene atados a tres delanteros, aunque en este caso sí parece probable que en verano haya remodelación. Porque si bien Eddahchouri ha caído de pie en A Coruña, la muestra es todavía pequeña para valorar si ese contrato hasta 2028 será causante de satisfacción o de dolores de cabeza. Más cerca de lo segundo, también de esa duración, está el de ‘Moha’ Bouldini. El marroquí no ha cuajado y ahora mismo es el último en la rotación de arietes. Barbero se ganó extender su vinculación hasta 2026, como Davo y Alcaina, ahora en el Murcia. Herrera, que llegó sin equipo, termina en junio.

 

En la recámara aparecen nombres salidos de Abegondo como el de Kevin Sánchez (2028), cada vez más cerca de dar el salto, u otros que ya cumplieron su ciclo en el Fabril y salieron a curtirse fuera como Martín Ochoa (2028) o Nájera. El madrileño Pablo Muñoz (2026), cedido en el Marbella, también regresará al equipo en verano.

 

Gilsanz, en el aire

Con un importante bloque de jugadores atado a medio plazo, los focos apuntarán en breve al banquillo, una de las piezas más volátiles en el fútbol de hoy. Más volátil todavía si como en el caso de Óscar Gilsanz su contrato expira en apenas unos meses.

 

El técnico de Betanzos dio un paso al frente sin dudarlo cuando el Deportivo necesitó entrenador tras la salida de Idiakez. Su vinculación con el Fabril terminaba en 2025 después de su última renovación al ascender en 2023. A pesar de cambiar el banquillo de Abegondo por el de Riazor, no hubo cambios en su situación entonces. Tampoco ahora después de haber conseguido liderar al equipo hasta una situación más que cómoda y alejada del descenso.

 

Gilsanz evita hablar del particular siempre que le preguntan, estrategia que recientemente ha seguido también Fernando Soriano. Quizá no haya que esperar mucho para que caiga por su propio peso.

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