Su vida ha girado en torno a una bicicleta desde que era muy pequeña y a pesar de haberse retirado de la alta competición en la modalidad de Four Cross en 2017 Eva Castro sigue ligada al ciclismo, aunque ahora vinculado a la venta precisamente de bicicletas.
“En el descenso urbano de O Marisquiño anuncié mi retirada, pero seguí compitiendo a nivel nacional. Me sigo manteniendo en forma, me sorprende lo rápido que sigo yendo en bicicleta. Con la edad la gente va sentando la cabeza cuando cumple años, no es mi caso. Aunque intento estar en mi zona de confort, a veces me caigo (risas), y lo sigo pasando muy bien en la bici”, reconoce.
Retirarse fue debido a un cúmulo de circunstancias. “Coincidieron varios factores: me fui a vivir a Madrid, tenía una ayuda de la Xunta y con el cambio de gobierno y de partido eso se cortó y me quedé sin ese soporte”, recuerda. Atrás dejaba un cuarto de siglo compitiendo. “Fueron 25 años, que son muchos años para mi disciplina, un deporte de riesgo en el que te lesionas mucho. Fueron años de mucho trabajo, de falta de apoyos... Una odisea, poca gente aguanta tanto tiempo. Fui muy luchadora, hay gente que tira la toalla pronto, yo tengo que tener un objetivo, porque sino no funciono”, admite Castro.
“Era duro entrenar, no clasificarte y tener que ir a trabajar Tienes que creértelo, a nivel psicológico es muy complejo. Hubo oportunidades que no me atreví a coger, pero miro atrás y estoy super orgullosa de lo que conseguí. Competía con gente olímpica, que corría en BMX y que se ganaba la vida con eso. Ahora soy profesional de la bicicleta porque trabajo en eso, pero hay que tener mucha pasión por algo para hacer lo que yo hice. Me llevé golpes, no tanto por lesiones y pensaba ‘¿Qué cojones pinto yo aquí, en una parrilla de una Copa del Mundo? Tengo que hacer algo bueno de una maldita vez en este deporte’. Piensas que eres masoca, pero pasa el tiempo y lo valoras”, apunta.
Eva, habitual en podios nacionales e internacionales, nunca pudo dedicarse de forma exclusiva al deporte. “Tenía que compaginarlo con una media jornada de trabajo, nunca pude estar al cien por cien con él. Cuando me retiré me centré en el trabajo, pero aún gané algún Open de España de descenso”, rememora.
Ahora sigue relacionada con el mundo del ciclismo. “Trabajé en una tienda de bicis, fui comercial para una distribuidora, una de las más grandes de España y ahora trabajo directamente en una marca de bicis (Cannondale). Soy embajadora, voy al descenso urbano de Sarria, el Marisquiño, doy cursos... Estoy metida en mil ‘fregados’ (risas)”, enumera.
Pero no es su única ocupación en estos últimos años. “Hace dos años me llamaron de la Federación Gallega de Ciclismo para ser seleccionadora de Descenso, Enduro y Pumptrack, las tres disciplinas gravity actuales en ciclismo. Tengo mi trabajo, estoy todo el día de viaje por Galicia, Asturias... y me veía incapaz de hacer ese extra, pero pensé ‘¿por qué no? No conozco a ninguna mujer que sea seleccionadora en una federación autonómica de ciclismo y valoré que yo podía enseñar a la gente. Es mi tercer año de seleccionadora, voy con los niños a las carreras, veo sus problemas, puedo ayudarles y es bonito aportar desde ese lado. Es otra manera de seguir metida en el mundo de la competición y que me mantiene con esa vidilla”, afirma.
Se siente afortunada por trabajar en algo que le llena y trata de inculcar a los jóvenes deportistas lo fundamental de poner pasión en lo que se hace: “Lo importante es transmitir las ganas de que hagan deporte, sea con la bicicleta, o el deporte que sea, que la gente practique deporte. Todos deberíamos tener un hobby, algo que nos llene. Hay mucha gente que por desgracia no lo descubre. Cuando descubres algo que te gusta tanto pasas a vivir tu vida alrededor de eso. Le digo a la gente que empieza a competir que sobre todo lo disfrute".
25 años sobre ruedas |
Eva Castro (Oleiros, A Coruña, 1977) le quitó rápidamente los ruedines a su primera bicicleta y convirtió parajes como el Monte Xalo es sus circuitos iniciales. Comenzó su carrera deportiva con el descenso y el dual slalom antes de pasarse al Four Cross, una modalidad en la que ha sido en diez ocasiones campeona de España. Además, venció en el Open de España de Enduro y el de Descenso. En Galicia fue ganadora de varias ediciones del descenso urbano de O Marisquiño. Más allá de los méritos nacionales fue bronce en el Campeonato de Europa de esa modalidad y tercera en la Copa del Mundo Four Cross Podium Sea Otter, en Estados Unidos. Toda una y luchadora sobre dos ruedas.
|