Con esfuerzo, dedicación y también apoyo de su entorno y del cuerpo técnico del Básquet Coruña el ya exjugador profesional de baloncesto Pablo Ferreiro logró compaginar su carrera deportiva con sus estudios. Licenciado en Derecho, después de haber aprobado la oposición para ser interventor, recuerda con cariño esa etapa en el equipo naranja.
Precisamente, aunque desde Boston, pudo ver los vídeos de su debut en la ACB contra el Real Madrid. “Ojalá haber estado”, reconoce. Rememora sus días en el club herculino y subraya que siempre tuvo claro que iba a formarse y estudiar mientras entrenaba.
“Cuando decido jugar profesionalmente una de las cosas que tuve en cuenta fue que pudiese estudiar. Tuve suerte con Tito (Díaz, entonces técnico del equipo) de que me ayudase. Había otros jugadores como Ángel Hernández, que estudiaba Medicina, y fueron comprensivos. Me dejaban faltar a un entreno cuando tenía un examen o si tenía práctica y hacer gimnasio o mover el entrenamiento. En ese sentido nos ayudaron bastante y mi entorno familiar también me llevaba por ese camino”, admite.
No siempre encontró tanta comprensión en la universidad. “Tenía que hablar con los profesores y hubo de todo. Desde alguno que me dijo que solo podría aprobar en la UNED hasta otros que se mostraron más receptivos y que incluso fueron a verme a algún partido. Pero hay gente que no lo entiende, que cree que te la quieres rascar. Hay un poco de estigmatización, como que no te lo tomas en serio”, apunta.
Además del propio Básquet Coruña y parte de sus profesores, fue importante el apoyo de los compañeros en las aulas “Me pasaban apuntes cuando no podía ir a clase. Recuerdo los viajes estudiando con el Ipad en buses, en los hoteles... Pero si te organizabas no había problema”, aclara.
Por ello, como ejemplo de que es posible combinar ambos mundos, Pablo quiere animar a la gente a que juegue y no lo deje: “Incluso el último año que estuve (en el Sant Antoni de Ibiza de LEB Plata) no lo dejé de lado. Con buena organización no hay problema en hacer algo que te guste. Quizá no en otros trabajos tan duros, aunque el nuestro a nivel mental es jodido”.
Ferreiro reconoce que la transición fue difícil. “Es complicado y al principio tuve ese pequeño error, que es vincular mucho tu personalidad al jugador de baloncesto y luego sales y dices ‘¿quién soy y qué hago bien?’ Estaba quemado, con el piloto automático, era una situación extraña y necesitaba un cambio. Te das cuenta de que somos más que eso (deportistas). Piensas, ‘se me da bien el baloncesto, pero se me pueden dar bien otras cosas”, analiza. Para él fue “una decisión muy correcta, justo en el momento exacto. Llegué a jugar al nivel al que quería durante un tiempo y era joven para aprobar una oposición. A lo mejor me perdí un poco la universidad a nivel pleno, pero no lo cambiaría por nada”, corrobora.
Pero, no oculta que fue “un cambio muy brusco. Estudiar siete horas delante de un ordenador, en Lugo, ir despegando de la figura de jugador de la de la persona... Cada uno va buscando su lugar”, indica.
“Yo quería seguir vinculado al baloncesto de otras formas y se pueden hacer otras cosas, explorar otros ámbitos... El baloncesto me ha dado mucho y se puede aplicar a otras facetas de la vida. Te da disciplina, que puedas ser adecuado para diferentes puestos de trabajo...A mí creo que me ayudó”, afirma Pablo.
Ferreiro reconoce que la realidad del jugador del baloncesto profesional dista mucho de la del futbolista, en cuanto a nivel de salarios, excepto en el caso de ACB.
“En EBA, Segunda FEB (la antes llamada LEB Plata) hay gente que tiene otro trabajo a la vez. Para que puedas ser jugador y no preocuparte o juegas en ACB a buen nivel o no te llega. No es como un futbolista, no te va a llegar si no lo has invertido bien. Creo que aunque mejorase, hay que tener una salida si no quieres ser entrenador o agente, que siempre hay opciones. Pero para buscar otra cosa, una salida más allá de lo que es el deporte tienes que estudiar en tu tiempo libre y enfocarte a seguir formándote, trabajando alguna hora. No está suficientemente remunerado, porque esto no es la NBA”, zanja.
Talento precoz |
Formado en la cantera del Estudiantes de Lugo, Pablo Ferreiro (Lugo, 1998) dio el salto al profesionalismo en LEB Orocon el Básquet Coruña con tan solo 19 años, donde coincidió en su primera campaña en el club naranja con Tito Díaz, actual director general del Breogán. Díaz fue el entrenador de los coruñeses en el momento de la explosión baloncestística de Ferreiro.
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