Cuatro caras nuevas (Valentine, Merchán, Mons y Riera) y dos viejas que volvían a casa (Manu Pereira y Pablo Esmorís). Riveiro y Traore se incorporarían en el tramo final, para jugar unas pocas jornadas de la fase regular y el inevitable playout. Gus Díaz, Quesada y Lolo Castro, únicos supervivientes del plantel del Sondeos del Norte de la campaña 00/01.

El mal arranque (0-5) auguraba una temporada muy complicada. Y así fue. No sólo en la pista. La primera alegría llegó lejos de Riazor, con 70-74 en la cancha del Murcia, donde destacaba ‘otro’ Michael Jordan, autor de 23 puntos en este duelo, donde Lolo Castro (17) lideró la ofensiva de un Sondeos del Norte coral: cinco jugadores en dobles dígitos.

Primera centena

Una semana después, y de nuevo a domicilio, victoria e hito. En la pista del Los Barrios gaditano, donde los de Juan Díaz, con Quesada (22 tantos) y Valentine (22 y 6 rebotes) a la cabeza, lograban la primera centena de su historia  en la segunda categoría (87-104). De vuelta a la Polideportiva de Riazor 2, tercer éxito encadenado, por 94-76 contra uno de los ‘gallitos’ de la categoría, el León, con dos coruñeses tirando del carro, Manu Pereira (28 puntos y 5 rebotes) y el betanceiro Lolo Castro (23, 5 y 5 asistencias).

Tres victorias en ocho jornadas era un balance satisfactorio. Pero la progresión no se mantuvo y el Sondeos solamente ganaría seis partidos más en la 22 fechas restantes. El primero de ellos, tras el revolcón en el derbi en Ourense (88-61), contra el Ciudad de Huelva, por un apretadísmo 71-70 y Mons (21 puntos, con 4 de 8 en triples) como máximo anotador. 

El siguiente, cuatro jornadas después, en el segundo derbi del curso, ante el Rosalía (74-70), con Lolo (19 tantos, 6 rechaces, 3 asistencias y 2 robos) encabezando un póker local en dobles dígitos.

El Sondeos despidió 2001 con una paliza (91-68) en Tenerife y abrió 2022 con un inesperado regalo de Reyes en Alicante. Quesada (21 puntos y 9 rebotes) y Lolo Castro (25, 5 y 4 pases de canasta), pilotaron el éxito de aquel 6 de enero contra un equipo que acabaría subiendo a la ACB. 

Cinco días después, los de Juan Díaz cayeron del cielo al infierno. Visitaba la Poli el Complutense madrileño, que acabó siendo artífice y testigo de un momento para la historia negra del club herculino: parcial de 0-24 en el segundo cuarto. Y durísimo 48-86 final. Fue el primer ‘rosco’ en un periodo del que se tiene constancia en el baloncesto profesional español.

Una ajustada derrota en Melilla (61-58) dio paso al que sería el antepenúltimo éxito de la fase regular, por 80-78 frente al Cajasur Córdoba, con el que volvería a verse las caras tres meses después. Siete jornadas y seis derrotas pasaron antes de festejar otra victoria. Por 92-63 ante el Cornellá, con Quesada (22 tantos y 6 capturas) al frente de un repóker de jugadores locales por encima de la decena. 

La segunda victoria ante el Rosalía, por 65-70 en la penúltima jornada, no bastó para eludir directamente el descenso, ya que el quinto por la cola, el Inca, que había ganado los dos partidos al Sondeos, quedaba fuera del alcance. En la 30ª fecha, la derrota frente al Tenerife (66-68) y el sorprendente triunfo de Rosalía en León emparejaron al conjunto herculino con el Córdoba en uno de los playouts.

Más difícil todavía

Por primera vez, en las tres que disputó la eliminatoria por la salvación en sus primeras cuatro campañas en la segunda categoría, el Basquet Coruña se la jugaba sin la ventaja de campo. Se hizo con ella en el primer partido, donde la exhibición de Manu Pereira (32 puntos, con 9 de 11 en tiros de dos, 2 de 2 en triples y 8 de 8 en libres) y la académica solidez de Quesada (20, con 4 de 5 desde el arco, y 9 rebotes) pilotaron el 90-94.

La clara derrota (77-58) en el segundo envite solamente sería una parada en la ruta hacia la permanencia. Mons (21 puntos) y Valentine (17) lideraron el 76-72 del tercero, Lolo (18) y Manu (13), el 71-66 del cuarto. 
 

Sin embargo, el objetivo cumplido en la pista no tuvo correspondencia en los despachos. La precaria situación económica condujo a la directiva encabezada por Quique Caruncho a vender la plaza al CB Zaragoza. Por 50 millones de pesetas. Los 300.000 euros con que el club iniciaría su fase de saneamiento y un largo camino antes de volver a la segunda categoría.