La derrota de este fin de semana del Deportivo ante el Eldense evitó consumar la racha de tres victorias seguidas (tras los triunfos ante Eibar y Almería) y deja a los blanquiazules duodécimos, dos puestos por debajo con respecto a la jornada pasada.
Al perder, además, no se logró superar una serie de cinco jornadas consecutivas sin perder como visitante. Lo había logrado el Dépor en la 2018-19, hasta en dos ocasiones, con Natxo González.
Tras dejarse los tres puntos, el descenso se queda a siete, que marca el cuadro de Elda con 28. El conjunto herculino no puede despistarse y tiene que mirar por el rabillo del ojo a la ‘zona caliente’ de la tabla, aunque aún tiene opciones de pelear por jugar la liguilla de ascenso.
“Cuando vienes de dos victorias seguidas, la cabeza te puede engañar. Pensar que lo que te hizo sacar seis puntos… y no es así. Los rivales tienen armas, el Eldense fue muy superior”, admitió Óscar Gilsanz en el postpartido. Porque más allá de que en el entorno se hubiese instalado un cierto optimismo, el técnico volvió a reincidir en lo complicado de la competición.
“Siempre insistimos en la dificultad de la categoría y se tiende a pensar que es una muletilla, pero es la verdad. Todos los partidos son complicados y los encuentros hay que pelearlos todos desde el principio”, alertó.
Con los dos triunfos consecutivos se había instalado un comprensible optimismo en el entorno, sobre todo con la victoria de autoridad ante el Almería. Pero no solo de puertas para afuera parecía haber ganas de soñar y creer en cotas más altas. “Yo sueño mucho. Soñar es gratis. Cada uno que sueñe lo que quiera. Yo tengo mi propio sueño, el proyecto que tenía en mi cabeza desde que llegué. Es lo que sueño. Ese sueño, si se quiere llevar a cabo, es pensando semana a semana”, comentaba recientemente José Ángel en sala de prensa.
Pero, dentro de esos anhelos matizaba el tan cacareado ‘partido a partido’. “Sería un error pensar cosas diferentes. Cuando ganas dos en esta categoría, parece todo muy fácil. Y cuando pierdes dos, parece todo muy difícil. Lo mejor es ir cogiendo sensaciones semana a semana”, comentó.
No considera Diego Villares que, fruto de ese buen momento y de las positivas palabras que se le estaban dedicando al equipo blanquiazul, esto les perjudicase: “No creo que los elogios nos debilitaran. Dentro del vestuario intentamos aislarnos de lo bueno y de lo malo. Cada uno sabe lo que es y no podemos hacer caso a eso”.
Aunque después del triunfo contra el Almería jugadores como Soriano o Yeremay admitiesen que se podía empezar a mirar hacia arriba, Villares quiso moverse en otra línea en Elda. “Hablábamos en Tenerife (después del empate) de mirar lo que teníamos más cerca. Es lo que hay que mirar. Toca analizar errores, corregir y pensar en el Huesca”, zanjó. Comienza ahora una nueva cuenta para el Dépor, para volver a encadenar victorias y romper barreras pendientes.