El Deportivo se concede cuatro años para subir a Primera
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El Deportivo se concede cuatro años para subir a Primera

El Deportivo se concede cuatro años para subir a Primera
El Deportivo celebra uno de los goles al Almería en Riazor

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El Deportivo se ha cansado de tener prisa. Desde el descenso a Segunda B en 2020, la entidad herculina vivió en una carrera frenética a contrarreloj para regresar lo antes posible al fútbol profesional. Un sinfín de decisiones precipitadas que no siempre acabaron bien y también grandes cantidades de dinero para vivir en un ‘all-in’ constante con una única meta: salir del barro. Lo consiguió hace unos meses y ahí tocó hacer un último esfuerzo. Abanca redobló la apuesta para que el club saliera de concurso y puso en marcha una nueva ampliación de capital que permitió volver a la zona noble del fútbol español con los libros inmaculados. Esta era solo una parte del plan, porque la segunda fase, ya en marcha, es no parar hasta conseguir devolver al equipo blanquiazul a lo más alto. Eso sí, una vez alcanzado el primer llano, en la Plaza de Pontevedra tienen claro que el último tramo hasta la cima lo harán sin atajos.
 

Con la sostenibilidad por bandera. Así afronta el Dépor el comienzo de su ‘outra historia’. Esa en la que nadie quiere hablar de objetivos más allá del día a día. Del partido a partido. De puertas para adentro hay un plan más detallado con varios puntos clave y, sobre todo, unos plazos prudenciales: el regreso a Primera División en cuatro años. Nadie va a poner palos en las ruedas para que pueda llegar antes, tampoco caer en errores pasados hipotecando futuro a costa promesas de rendimiento inmediato que a menudo son seductoras sobre el papel, pero que olvidan un factor decisivo. Fútbol es fútbol.
 

El respaldo de la propiedad y el haber regresado del infierno libre de cargas le permite al Deportivo ser a día de hoy uno de los clubes con mejor situación financiera de Segunda División. Es solo el principio. Porque como recién ascendido, los ingresos por derechos audiovisuales -la variable más importante en los presupuestos de todos los integrantes de la categoría- no harán más que incrementarse a poco que el equipo coruñés consiga consolidarse en el escalón de plata.
 

Si algo ha logrado el control económico implantado en el fútbol español hace más poco más de una década es delimitar de forma muy clara los diferentes estratos sociales, especialmente en Segunda. En el pelotón de cabeza suelen aparecer los descendidos de Primera División, que durante varias temporadas gozan de los privilegios del seguro de descenso para amortiguar la caída y tratar de volver al piso de arriba. Y después viene la clase media, esos eternos aspirantes que siempre se quedan cortos, lo que da paso a la jungla de los recién llegados. En las últimas cuatro temporadas, el Albacete fue el único equipo que hizo playoff nada más volver al fútbol profesional. Se quedó en la orilla. Desde la 2014-15, únicamente tres equipos consiguieron pasar de la tercera a la primera categoría en sus dos primeros años: el Leganés en la 2015-16, el Elche, vía playoff en la 2019-20 de la pandemia, y el Mallorca. El cuadro balear fue el último en completar la gesta de encadenar dos ascensos, lamentablemente con el Dépor como testigo. De la dificultad que conlleva esta misión son perfectamente conscientes en el club, que esperarán pacientes a que llegue su momento para lanzar un órdago.

 

Crecimiento del tope salarial

Un perfecto ejemplo del crecimiento sostenido que pretende el Deportivo es el salto que está a punto de hacerse público en el Límite de Coste de Plantilla Deportivo. O, como se le conoce popularmente, el tope salarial. Como viene siendo habitual en los últimos años, la guinda a todos los cierres de mercado en el fútbol español llega cuando la Liga facilita el techo de gasto de los clubs que compiten en Primera y Segunda División. Este dato, que más que hablar de lo que se deja cada equipo en traspasos o jugadores es un indicador de salud financiera, situará de nuevo al Deportivo como uno de los más estables en la categoría de plata.

 

Desde el organismo que preside Javier Tebas saldrán a la luz en breve la comparativa de todos los integrantes de la Liga Hypermotion, en la que el Dépor, como ya ocurrió en verano, apunta a repetir en el Top - 3 por detrás de Cádiz y Elche. Entonces, el club blanquiazul se fue hasta los 13,5 millones, cantidad que se incrementa ahora en algo más de 1 millón de euros después de la firma de diferentes acuerdos comerciales y la adhesión al fondo CVC, que demás de agilizar la inversión que se está realizando en la ciudad deportiva de Abegondo, permitirá destinar parte del préstamo a mejorar la cantidad disponible para reforzar la plantilla durante las próximas tres temporadas.

 

Fernando Soriano apuntó en septiembre que el Deportivo había dejado cierto margen para acudir con garantías a la ventana de enero y de nuevo en esta ocasión no se ha consumido el LCPD. Los movimientos en los últimos meses incluyen el cambio de cuerpo técnico con la salida de Imanol Idiakez, la de Lucas Pérez y la de Eric Puerto, operaciones en las que el club no ha generado ahorro, y las renovaciones de Mella, Barcia y la mejora de Yeremay, a lo que hay que sumar la llegada de los cuatro refuerzos realizados en enero. De esta forma, el desembolso realizado al inicio de temporada se ha incrementado para una plantilla que, en todo caso, está más abajo de ese podio. Basta con echar un vistazo a las cifras asignadas a Almería (3,6 millones de euros) y Granada (6,9) para darse cuenta de que la tabla que se publica desde la Liga no refleja la realidad de la inversión realizada por cada club.

 

El temido Artículo 100

Para empezar, porque hay varios participantes que están jugando con las cartas marcadas. Para garantizar la supervivencia de los clubs y de las competiciones, el control económico deja abierta la posibilidad de que un equipo pueda competir aunque su gasto real en salarios sea más alto que el Límite de Coste de Plantilla Deportiva. Son casos puntuales, a menudo relacionadas con descensos de categoría, pero que también pueden darse por pérdidas relevantes no previstas en el ejercicio anterior, que abren la puerta a tener una espada de Damocles sobre la cabeza que el Deportivo quiere evitar a toda costa.

 

Cruzar esa línea supone un peligro real de entrar en bucle para buscar, en cada campaña, compensar los excesos de la anterior. Es tener que entregarse a los brazos del temido Artículo 100 de las normas de elaboración de presupuestos de la Liga. Ese que estipula los pasos a seguir para las entidades que entran en ‘rehabilitación’ económica. Los problemas del Barcelona para inscribir jugadores han arrojado algo de luz recientemente a un proceso complejo que se resume en dos puntos clave: Si un club está excedido en el LCPD y tiene un ahorro en su plantilla (si, por ejemplo, un jugador se va) solo podrá gastar el 60% de esa cantidad. Si lo que ingresa es un beneficio por traspaso, únicamente podrá gastar el 20%. Todo con el objetivo de ir reduciendo progresivamente el exceso, pero a costa de debilitarse a nivel competitivo. Una línea roja que no se contempla en Riazor.

 

Liga F y multipropiedades

Este estricto marcaje impulsado en su día por Javier Tebas para tratar de reducir los graves problemas económicos del fútbol español y la deuda con las administraciones públicas es un organismo vivo que sufre ajustes prácticamente cada año. Los clubs aceptaron jugar según las reglas, pero eso no quiere decir que estén de acuerdo con todas o que por el camino no vayan apareciendo actores que sepan moverse en los márgenes. La actualización es constante, sobre todo también para no perder competitividad con respecto al resto de ligas europeas.

 

De cara a la próxima temporada habrá dos cambios importantes y el Deportivo es orgulloso impulsor de uno de ellos. Ya en verano, nada más aterrizar de vuelta en el fútbol profesional, Massimo Benassi mostraba su disconformidad con el agravio que suponía para el club blanquiazul la inclusión de la plantilla del Dépor Femenino en el LCPD. Con el ascenso a Liga F, la entidad herculina pasaba así a computar dos primeras plantillas, algo que solo le sucedía también a Eibar y Granada, situación que los dejaba en clara desventaja competitiva. 

 

El director general anunciaba entonces que ya habían puesto en marcha una iniciativa para eliminar de la ecuación el gasto del equipo femenino. A partir de la temporada 2025-26 así será. La Liga ha aceptado la idea y desde el próximo curso los equipos de Segunda tendrán un margen de 1 millón de euros para invertir en su plantilla de Liga F sin ver disminuido su tope salarial, mientras que los equipos de Primera podrán irse hasta los 2 millones. Siempre podrán gastar más, pero a partir de esas cantidades sí pasarían a computar en el LCPD.

 

La otra gran modificación tiene que ver con el subterfugio que suponen las multipropiedades y la designación de lo que se conoce como ‘ligas premium’. La Liga establece una serie de parámetros fijados para los salarios de los jugadores en función de lo que cobran anteriormente para evitar fraudes. Así, si un equipo firma a un futbolista procedente de, por ejemplo, Turquía y pretende inscribirlo por el salario mínimo, el control económico le asignará una cantidad superior en su contabilidad. Una forma de decir que no se cree que vaya a cobrar tan poco. Sin ir más lejos, el Dépor se vio en esta situación con Helton, que llegó precedente del Antalyaspor.

 

Para evitar este tipo de restricciones, muchos clubs han optado por hacerse con la propiedad de equipos de otros países donde el control económico es más laxo y opacar así operaciones para hacerse con futbolistas inaccesibles en otro contexto. Brasil, Argentina, Francia o Italia, entre otras, también están en esa lista de ‘ligas premium’, a la que desde el próximo curso se unirán México y probablemente Arabia. Porque desde el fútbol español son conscientes de que no pueden prohibir las multipropiedades, pero al menos sí regular para que nadie saque ventaja colándose por la gatera.

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