Óscar Gilsanz probó por primera vez desde su llegada al banquillo del primer equipo del Deportivo una doble punta con dos delanteros centro puros. Sin embargo, la experiencia no funcionó, aunque más por la falta de juego colectivo que por el rendimiento individual de los atacantes, que apenas tuvieron opciones de demostrar si la fórmula puede ser válida en el futuro.
Con el equipo perdiendo 2-0 ante el Eldense en el Pepico Amat y sin la profundidad que podía aportar Rafa Obrador por la banda izquierda—sustituido al descanso por un golpe de calor—, el técnico betanceiro decidió cambiar su habitual esquema con un solo punta (generalmente un 1-4-2-3-1) para jugar con dos ‘9’ puros.
En el minuto 68, dio entrada a Iván Barbero, mantuvo a Zakaria Eddahchouri y situó a Mella y Yeremay a pierna natural en las bandas, buscando generar peligro con centros laterales. Sin embargo, el equipo apenas logró hacerles llegar balones en condiciones.
Trece minutos después, Gilsanz sustituyó a Eddahchouri por Moha Bouldini, formando una nueva pareja de ataque con Barbero. Pero el resultado fue el mismo: escasa presencia en el área, aunque más por la incapacidad del Dépor de generar juego que por los delanteros en sí.
No era la primera vez que Barbero y Bouldini coincidían en el campo, pero sí bajo la dirección de Óscar Gilsanz. Con Imanol Idiakez en el banquillo, ambos atacantes compartieron minutos en el tramo final del partido ante el Levante en el Ciutat de València, donde Barbero llegó a marcar el gol del 2-1, aunque no sirvió para puntuar.
Por último, cabe destacar que, hasta ahora, ningún otro atacante del equipo ha acompañado a un delantero centro en un sistema similar desde la llegada de Gilsanz. Lucas Pérez, Cristian Herrera, Davo e incluso Kevin Sánchez han jugado con el betanceiro en distintos roles ofensivos, pero siempre con un único ‘9’ como referencia.