El tercer gol de Lucas en Cádiz, el trallazo de falta directa que fue la guinda de una actuación sobresaliente, contó con una dosis de picardía que quedó opacada por la espectacularidad y belleza del 2-4 del Deportivo. El capitán coruñés aprovechó la inercia de su propia caída y el parón del juego debido a un triple cambio del conjunto blanquiazul para adelantar el balón aproximadamente ocho metros respecto al punto de contacto en la falta cometida por Cristian Glauder. El resto es historia: golazo del ‘7’ y ovación de la afición del Cádiz.

Después de marcar el 2-3 en el minuto 81, Lucas robó un balón en tres cuartos en el minuto 82 y fue derribado por Glauder. El delantero de Monelos, trastabillado y tras dar un salto para no chocar de pleno contra el defensa del conjunto amarillo, dio un par de pasos antes de caer y resbaló unos metros sobre el césped del Nuevo Mirandilla. Lucas se levantó, reclamó la tarjeta amarilla para el defensor cadista, que la vio, y ya estaba aproximadamente siete metros por delante del lugar de contacto.

En ese momento, Óscar Gilsanz aprovechó el parón de juego para dar entrada a Obrador, Jaime y Davo en lugar de Escudero, Barbero y Mario Soriano. Una distracción de otro minuto que utilizó Lucas para adelantar y, sobre todo, centrar un poco más la posición del balón. 

Había pasado más de un minuto y medio desde el momento exacto de la falta y el delantero coruñés ya tenía colocado el esférico, aproximadamente ocho metros adelantado, en un lugar en el que el disparo ya era factible, aunque todavía se antojaba una excentricidad. 

Ningún jugador del Cádiz reclamó la posición del cuero y el árbitro Lax Franco permitió a Lucas ejecutar un lanzamiento que, según las palabras del propio delantero, ya tenía en la cabeza desde que posó el balón en el césped. 

“Tengo que reconocer que yo le iba a pegar, porque estábamos con uno menos y vi a Vázquez y Pablo Martínez entrar solo ellos dos contra seis defensas. Entonces, la posibilidad de que pudieran rematar era mínima, así que pensé, le voy a pegar. A veces sale del estadio y otras va para dentro y esta ha ido para dentro”, comentó Lucas, autor de un ejercicio de picardía que pasó desapercibido debido a brillantez de un tanto para el recuerdo.