Este lunes a las 19.00 horas presenta en la Fundación Luis Seoane su primer libro ‘Mucho que decir y poco que contar’. El periodista y escritor Javier Guillén (A Coruña, 1987) convida a todo el deportivismo a conocer los pormenores de una jornada histórica como la del 14 de mayo de 1994, en la que el club herculino se quedó a once metros de la gloria en un fin de campeonato de Liga que sigue trayendo cola tres décadas después.
¿Dónde estaba usted el 14 de mayo de 1994?
Estaba en un piso del Ventorrillo propiedad de unos amigos de mis padres viendo el partido entre el Deportivo y el Valencia. Tenía seis años y mi recuerdo principal es el del penalti porque el dueño del piso en ese momento fue a la cocina, cogió un plato, lo sostuvo en el aire y comenzó a gritar: “si lo mete, lo rompo”. Me acuerdo perfectamente de mi visión como niño de este hombre pronunciando esta frase. El tipo se quedó con las ganas de romperlo.
¿Acabó usted llorando como muchos aficionados blanquiazules esa noche?
Eso me dijeron mis padres, de eso sí que no me acuerdo. Tengo algún ‘flashazo’ de regresar en coche desde el Ventorrillo hasta mi casa en Los Castros y pasar por Cuatro Caminos, donde había mucha gente. Mi madre me dijo que lloré, sí.
¿Cómo surge años más tarde la idea de escribir este libro?
Durante el confinamiento, solito en casa y con mucho tiempo libre, con un ERTE, viendo algún documental y partidos antiguos me nació la idea inicial, que no era otra que buscar historias alrededor del penalti de Djukic tanto en casas como en el estadio o como en cualquier sitio. Pensé que tenía que haber un montón de historietas. La imagen de toda la gente que había acumulada detrás de la portería donde Djukic tiró el penalti siempre me fascinó pese al resultado dramático. Hoy en día resulta algo impensable porque he llegado a contar en las imágenes más de 70 personas. Había periodistas, fotógrafos, recogepelotas, aficionados que habían saltado al campo. Había de todo. Pensé que tenía que localizar a esta gente y fui tirando del hilo poco a poco a ver lo que se habló en ese lugar. Hice una reconstrucción global de esos instantes.
¿Cuántas horas de esfuerzo están detrás de esta obra?
Ni me paro a pensarlo, no las he contado, saldrían cientos. Han sido dos años y medio de trabajo. La idea se me ocurrió en la pandemia pero en serio empecé a trabajar en junio de 2022, justo después del también dramático Dépor-Albacete del playoff de ascenso. Poco a poco fui ampliando. He entrevistado a gente en Madrid, en A Coruña, a exjugadores como Liaño en Santander, López Rekarte en Donosti, a Voro en Valencia, a Claudio en Elche. Han sido muchas horas de viajes y de entrevistas, de localizar gente, que siempre cuesta, y luego ponerte a escribir.
¿Incluso también a Paco Roig, que después confesaría contactos con el Barcelona?
Sí, lo que más va a llamar la atención de él ha sido el tema de las primas. Mi idea inicial no era encontrar algo ahí porque ya se había escrito bastante sobre eso y creía que no pero de repente me encontré con que hubo cuatro primas o cuatro presuntas primas. La conocida por todos pagada por el FC Barcelona a los jugadores del Valencia, otra supuestamente de un empresario a González y dos más, una del propio Valencia a sus futbolistas y la última, del FC Barcelona al propio club con partidos amistosos. El Valencia tenía ‘packs’ de dos partidos esa misma semana para primar a sus jugadores. Dos victorias seguidas eran 400.000 pesetas. Victoria y empate eran 300.000. Venían de ganar en la penúltima jornada y entonces podrían conseguirla. ¿Qué pasa? Que esa prima estaba sujeta a entrar en Europa y el Valencia no lo había conseguido esa temporada.
¿Qué sucedió después?
A mediados de semana Paco Roig salió con unas declaraciones explosivas diciendo que sí que se iba a conceder esa prima para que sus jugadores compitiesen. Estaba mosqueado con Lendoiro porque esos días estaba candente el fichaje de Jorge Otero, cuando estaba prácticamente hecho con el Valencia y Lendoiro anunció un precontrato con el jugador. Esa es la excusa que da Roig. Hay llamadas detrás de José Luis Núñez, presidente del Barça por aquel entonces, pidiendo favores al Valencia como sea. Roig le saca una serie de partidos amistosos que estuve comprobando que se jugaron en agosto de ese mismo año, en el Joan Gamper (donde jugó el Valencia), el Trofeo Naranja (por el que el club che se embolsó 100.000 pesetas) y un partido amistoso del equipo de baloncesto de Valencia, que lo dirigían los hermanos del propio Roig. Guus Hiddink reconoció que Johan Cruyff le llamó varias veces esa semana presionando para un buen resultado en el estadio de Riazor contra el Dépor. El propio Hiddink pregunta a Roig si se puede hacer algo para que sus futbolistas vayan motivados a este encuentro para puntuar ante el Deportivo. El Barcelona activó la maquinaria por todos lados para motivar al vestuario del Valencia.
¿Le resultó muy duro dar con el testimonio del protagonista directo de la jugada, un Miroslav Djukic que nunca quiso que se le encasillara con este fallo histórico?
Me costó bastante, meses; quise entrevistarlo en Valencia pero me emplazó al mes de mayo de 2023 pero no me cogía el teléfono. Ya me habían avisado de que este tema no era muy de su agrado pero finalmente lo conseguí como seis o siete meses más tarde con una llamada telefónica a Serbia de una hora que me salió a 60 euros (risas). Pero bueno, me contó lo que dijo muchas veces y también alguna cosa que no se sabía, como que tuvo un accidente de tráfico horas después del penalti. Casi 48 horas después volvía a Riazor desde Madrid para un amistoso en homenaje a la afición en el estadio coruñés. Fue a Madrid a buscar a familiares al aeropuerto y al regreso sufrió un susto bastante importante. No hubo heridos pero el coche quedó bastante tocado.
¿Qué enfoque le ha querido transmitir a su publicación?
Creo que a la gente le va a gustar mucho porque pienso que no es un libro triste, aunque una parte del mismo obviamente lo es para el deportivismo. A la gente que sienta mucho el Dépor le va a remover seguro pero hay muchísima anécdota, va más allá del día del penalti. En el capítulo segundo se habla de la explosión del Superdépor, cómo nació este equipo con unas infraestructuras básicas, y de ese fenómeno social y mediático que nació en A Coruña y en Galicia en esos años. En el libro queda reflejada toda esa simpatía que despertó el Deportivo en toda la geografía nacional. Incluso había periodistas de Inglaterra que venían a A Coruña a hacer reportajes de un equipo que era prácticamente desconocido y que de la noche a la mañana se pone a codearse con los grandes. Estuvo cinco meses en el liderato y a punto de ganar la Liga. Jugadores como Liaño o Rekarte destacan mucho cómo la ciudad se volvió loca con el equipo.
¿A todos los niveles?
Sí, incluso subrayan el papel de las señoras mayores porque los jugadores no estaban acostumbrados. Ese sector femenino que no había estado vinculado al mundo del fútbol decoraba sus casas, tiendas, coches... Hay muchos periodistas que venían de Madrid y les impresionaba este gran ambiente.
Hubo incluso un periodista en la casa de Djukic pocas horas después de su error... ¿Puede revelarse quién fue?
Pues sí, fue Nico Abad. Trabajaba en esos momentos en Canal Plus. Ese día estaba en Riazor. Las autonómicas emitían el partido del Dépor pero en el Plus hacían conexiones con él. Estaba a pie de campo siguiendo el partido y buscando historias para el programa El Día Después. Él se imaginaba que el tema principal sería la fiesta pero por desgracia no la hubo. Se agobió mucho y consiguió hablar con Djukic para entrevistarlo al día siguiente a primerísima hora en su casa. Algo totalmente impensable para los que nos dedicamos a esto a día de hoy.
¿Cómo estaba el jugador?
Él me dice que le sorprende la entereza que tiene Djukic, estaba frío. Por la noche sí que fue duro porque en la cena del equipo cuentan que se echó a llorar varias veces. En la entrevista habla con total seguridad, parecía que habían pasado años.
¿En qué ciudades, además de A Coruña, va a presentar su obra?
En Madrid, con la presencia de Siro López, Alfredo Santaelena y Pedro Riesco. Las peñas del Dépor de Madrid también estarán presentes.
¿Tuvo usted dudas a la hora de publicar el libro?
Al principio un poco pero fui para adelante porque había muchas historias llamativas. Hubo mucha gente que me ayudó. Me di cuenta de que el penalti de Djukic encierra numerosas historias humanas por todos lados.