Un impresionante tifo dedicado a la serie de culto Peaky Blinders adornó toda la grada de Marathon en los prolegómenos del partido, para redondear el mosaico blanquiazul que cubrió todo el campo. “O soñado no Corralón conseguímolo en Riazor”, rezaba el mismo. Lejos de la ley de la calle y las violentas tramas de la serie, sobre el verde herculino pareció jugarse por momentos un partido que, aunque sí disputado, era de guante blanco.
Máximo respeto entre contendientes, mientras en la grada se disputaba otro partido con ambas aficiones cantando sin sutileza alguna y respondiendo a las alusiones de la contraria. Ya en la previa la “Mareona” se había citado en María Pita y posteriormente escoltada hasta el estadio, profirió algunos cánticos en los que ya se acordó de la hinchada blanquiazul.
Dentro del campo se hizo notar, como así los coruñeses, en un toma y daca de ánimos, vítores y canciones. Saltaron al césped los jugadores del Sporting y los aficionados asturianos, desperdigados por todo el campo (no solo en la zona visitante), hicieron subir los decibelios. Camisetas rojiblancas y blanquiazules compartieron en muchos casos grada, con especial afluencia en Tribuna, debajo de la zona de prensa, donde se cantó con fuerza el gol visitante. Espectador de excepción del partido fue Yeremay, que junto a compañeros como Bouldini y Barcia, tuvo que conformarse con ver el choque desde la grada, a la espera de recuperarse de sus molestias en una rodilla.
Con un choque frío, ante la amenaza y posterior lluvia y con un viento incesante que obligó a suspender encuentros en Galicia por alerta naranja, Riazor vivió un primer acto aletargado. A trompicones llegaban los ánimos, ante una subida de Mella, un disparo del de Teo y algún despeje de la pareja de centrales, ayer de nuevo formada por los ‘Pablos’.
Como si de una siesta se desesperezasen, las dos hinchadas salieron tras el descanso con fuerzas renovadas. También ambos equipos, desarbolándose, cometiendo errores pero también ayudando a evitar el bostezo del respetable. La ‘Mareona’ vitoreó el gol que en el último tramo les daba el triunfo. Eso acabó de encender a Riazor, que explotó con la diana de Mella. Incluso creyó en la remontada, con el disparo de Herrera, que repelió con maestría Yáñez.