Lo mejor para el Deportivo ha sido el resultado porque el equipo apenas sacó a relucir su mejor fútbol en el último cuarto de hora, cuando navegaba con el resultado en contra de 0-1.
En el primer tiempo la verdad es que hubo muy poco tiro a gol, con dominio del Sporting en los primeros 15 minutos. Casi no se generaron ocasiones dignas de mención en un choque plomizo.
Sin hacer mucho daño, el primer disparo llegó en el minuto 38 gracias a Mella, que a punto estuvo de batir a Yáñez, pero lo cierto es que los porteros se comportaban como meros espectadores en el primer acto, con muy pocas intervenciones de mérito.
Había mucho centrocampismo pero poca llegada; el equipo del Deportivo tiene un déficit preocupante en cuanto a la elaboración del juego. Desde el centro del campo no encuentra la táctica adecuada para desbordar y vulnerar al rival, no es un equipo dominador y creo que muchas veces este conjunto tal vez pueda ser mejor a la contra, renunciando un tanto a la posesión de balón y explotando la velocidad al contragolpe, como hizo previamente en encuentros como los de Albacete o Cartagena. No es un equipo de toque, tiene dificultades para hilvanar juego.
Falta también algún futbolista que se atreva a disparar desde fuera del área cuando el equipo se atasca.
Lucas Pérez es siempre el encargado de sacar todo el juego a balón parado pero da la impresión de que la estrategia no está trabajada lo suficiente para engañar al rival.
El ‘7’ sí supo aprovechar en la jugada del gol la indecisión de dos futbolistas visitantes, para trazar un pase medido con gran definición posterior de David Mella.
Cristian Herrera tuvo la oportunidad en sus botas para anotar el tanto de la victoria pero erró.
El resultado es justo para una formación que echa mucho de menos a Yeremay, casi el único blanquazul con desborde e imaginación.