El esperpéntico show del vizcaíno Jon Ander González Esteban, su equipo y el VAR el sábado en A Malata ha traído a la mente del deportivismo los más recordados robos arbitrales al equipo blanquiazul. No ha sido sencillo darles un orden. Aunque valorando la trascendencia del partido, la cantidad de errores contra el Deportivo y el resultado final del duelo, aquí están los diez elegidos.
10. Gil Manzano y el gol fantasma de Nélson Oliveira. En el no tan lejano 2012 aún no existía el VAR. Al menos en la Liga española. Por eso, un cañonazo de Nélson Oliveira en el Nuevo Los Cármenes, que pegó en el larguero y botó mucho más allá de la línea de gol pero rebotó hacia fuera, no lo dio como válido Gil Manzano. El trencilla extremeño impidió la victoria del Dépor en campo del Granada (1-1).
9. González Echeverria contra el Valencia. Los más viejos del lugar recuerdan que hubo una época en la que los peores arbitrajes en Riazor no eran ni contra el Madrid ni contra el Barça, sino contra el Valencia. Uno de los más recordados fue en la derrota ante los chés (1-2) en el curso 1952-53, de una imparcialidad terrible y con un claro penalti sobre Moll —que habría supuesto el 2-0— no señalado. El árbitro era el donostiarra González Echevarría, que pitaba por primera vez al Deportivo. Los blanquiazules nunca ganaron con él: en 5 partidos, 2 empates y 3 derrotas.
8. Las tres expulsiones en ocho minutos de Caetano Bueno. Una de las dos derrotas en casa del Dépor —la otra fue ante el Murcia, cuando Casajuana Rifá expulsó a José Luis— hasta la que le hizo perder el ascenso frente al Rayo en la última jornada del curso 1982-83 vino marcada por el arbitraje de Caetano Bueno. El colegiado onubense expulsó con roja directa a tres deportivistas en ocho minutos: Traba (m.42) por responder con una patada a un codazo de Joaquín, José Luis (m.43) por una falta merecedora, como mucho, de amarilla y Marro (m.49) por una entrada con la plancha sin contacto. El Palencia acabó ganando 0-2.
7. El arbitraje de Pes Pérez ante el Burgos. El camino al ascenso en 1976 se vio frenado por la actuación del árbitro aragonés, después famoso por sus comentarios en la radio. Anuló un gol por fuera de juego a Pousada y otro por una falta inexistente —se pudo ver todo por televisión, ya que TVE retransmitió el partido en directo— al argentino Cocco. También se comió un claro penalti sobre Pardo y, mientras todo el Deportivo lo protestaba, el Burgos sorprendió a la contra para hacer el único gol del partido. El Dépor era líder antes de esa jornada. Un año más, acabó sin lograr el ascenso.
6. Los penaltis de Estrada Fernández en Gijón. Dos penaltis de juzgado de guardia dejaron herido de muerte al Deportivo a tres partidos del final de la temporada 2010-11. El primero, una mano que no fue mano, pues el balón dio en la espalda de Laure. El segundo, en el minuto 90+5, en una caída de Barral ante Rubén Pérez, de esas que nunca le pitan a Yeremay.
5. El gol anulado a Songo’o por Pérez Lasa. Hace poco recordamos el 25 aniversario del atropello del árbitro guipuzcoano en Soria. El gol que anuló a Songo’o, portero deportivista, en Los Pajaritos, es una de las jugadas más recordadas de este siglo por el deportivismo. El cancerbero local Urroz tropezó con Nagore, el meta camerunés cabeceó casi a placer al fondo de las mallas y Pérez Lasa anuló el tanto, que habría valido el empate cuando pasaban tres minutos del 90, por una falta inexistente.
4. Villena Peña y las lágrimas de los niños del ascenso. El Deportivo y los 5.000 niños del ascenso empezaron a perder su ilusión de subir a Primera cuando Villena Peña expulsó a Silvi a la media hora. Era la penúltima jornada de la campaña 1985-86 y el Tartiere era casi Riazor. Pero el colegiado malagueño, tras consultar con un asistente, mandó al vestuario al capitán blanquiazul por un supuesto codazo al ovetense Thompson, al que le mostró la amarilla. Villena Peña redondeó su actuación con un penalti por manos que Sánchez Candil —el padre del actual fabrilista Aarón— juró y perjuró haber controlado con el muslo. Vicente Blanco lo transformó para convertir el Tartiere en un mar de lágrimas blanquiazules.
3. Nikolai Ivanov, el verdugo de Marsella. Probablemente, el peor arbitraje sufrido en la historia del Dépor, por lo deliberado y determinante de las decisiones del ruso. El Dépor defendía un 2-0 en la vuelta de la final de la Copa Intertoto de 2005 en el ambiente infernal del Vélodrome marsellés. El OM dio patadas hasta la saciedad, sobre todo a un Munitis que fue objeto de 16 faltas. Ivanov solventó una primera tangana con una roja para cada equipo —Ribéry y Duscher— y validó el 2-1 de los franceses en clara falta de Meïté sobre Romero. Capdevila vio otra injusta roja y los galos dieron la vuelta a la eliminatoria en el minuto 88. El Marsella acabó con 4 amarillas y 1 roja. El Dépor, con 6 y 2.
2. Soriano Aladrén en la semifinal de Copa. El arbitraje de Emilio Soriano Aladrén en el partido de vuelta de la semifinal de Copa del Rey de 1989 sentenció al Dépor. La patada en la cara de Minguela a Fran no tuvo castigo. Tampoco el codazo de Fernando Hierro a Hidalgo. Ni la entrada criminal de Patri a Ramón que lo mandó a la enfermería. El viaje de Hierro a Fran sí le costó una amarilla. En la embarullada jugada del gol de Albis que provoca la prórroga hay al menos dos faltas en ataque y un fuera de juego. Eso sí, contrariamente a lo que se piensa, el 2-0 definitivo fue marcado por Peña en posición legal. La afición coruñesa bautizó al trencilla aragonés del colegio madrileño como Soriano ‘al ladrón’. Solo un año después, fue el árbitro español en el Mundial de Italia 90.
1. Díaz Vega y el penalti de Alvelo. El colegiado asturiano también acabó pitando un Mundial, el de 1994, pero no muchos años antes, en 1987, protagonizó el error arbitral probablemente más recordado contra el Dépor en décadas. Manuel Díaz Vega convirtió en penalti una zancadilla de Ramón a Alvelo dos metros fuera del área. Baltazar lo transformó en el único gol del partido, la grada de Riazor se convirtió en una batalla campal y el Deportivo perdió el tren del ascenso.