Tocar madera es una expresión que suele referirse a la buena suerte, pero en el caso del Deportivo no le ha reportado precisamente fortuna. Hasta ocho veces ha estrellado el balón en el palo el cuadro blanquiazul en esta campaña. Ocho postes, ocho remates frustrados entre los tres palos y un futbolista, Yeremay Hernández, con cuatro, que es el que más veces ha reventado el balón contra la madera.
Las tres últimas veces ante Zaragoza, Tenerife y Huesca. Le sigue en esta clasificación Diego Villares, con dos postes y con uno David Mella y Lucas Pérez, que milita actualmente en el PSV Eindhoven.
Estos palos supusieron en muchos casos que los coruñeses se dejasen puntos. Solo en una ocasión, en la victoria ante el Cádiz (2-4), se llevaron igualmente los tres. El resto de las veces se correspondieron con las derrotas ante Racing de Santander (1-2) y Levante (2-1) y el no poder lograr más que empates ante Huesca, Eldense, Zaragoza y Tenerife.
La primera vez que el Deportivo se dio de bruces con la madera fue en el duelo contra el Eldense en Riazor, en la jornada 10, que se zanjaría con tablas (1-1). Jorquera adelantaba a los de Elda en el 8 de la contienda y Bouldini respondía en el 26. En el minuto 39 los coruñeses podían haberse ido al descanso por delante, pero el palo lo impedía. David Mella encaraba a su par y se perfilaba desde el pico del área, pero su disparo daba en la madera.
La segunda vez que el arco se interpuso en el camino del gol blanquiazul fue en el último partido de Imanol Idiakez como técnico herculino. Fue en la jornada 12, cuando los coruñeses recibían la visita del Racing de Santander, un duelo que se resolvería con victoria santanderina (2-1).
Antes de que se cumpliese la hora de choque, el cuadro cántabro ya ganaba 2-0, con tantos de Pablo Rodríguez y Arana, pero en el minuto 43 podría haber cambiado el sino del encuentro. Tras un gran centro de Pablo Vázquez, Ezkieta desviaba el balón, este le caía a Villares y su derechazo chocaba con el larguero. Un gol que habría sido psicológico, pero que no llegó a subir al marcador. No sería el único palo. Posteriormente, en el 48 lo intentaría Lucas. Recogía un rechace, tras un tiro de Cristian Herrera, y su zurdazo daba en el poste. Los blanquiazules recortarían distancias en el 65, gracias a un tanto de Yeremay, que salía desde el banquillo, pero no les llegaría para ganar.
Con Óscar Gilsanz a los mandos el Deportivo se imponía de forma incontestable a domicilio al Cádiz (2-4). Lo lograba a pesar del palo de Yeremay, en el minuto 39, cuando los herculinos ya ganaban 0-1, por medio de un tanto en propia de Kovačević. Ese partido se ganaría con solvencia y con un ‘hat-trick’ de Lucas Pérez incluido. Quiso la casualidad que la siguiente jornada la madera se cruzase en el camino del Dépor, en el empate cosechado en su feudo contra el Zaragoza (1-1).
En este caso, no pintaron bastos para los blanquiazules, pues el rechace repelido por el poste supuso a la postre gol. Todo se inició en el minuto 7 del choque, en una rapidísima transición del Dépor. Servía un balón en largo Mario Soriano para Lucas. Este realizaba una gran carrera, al tiempo que veía que llegaba desde segunda línea Yeremay y le asistía. El canario le pegaba con la derecha, estrellaba el balón en el poste y en segunda jugada Mario Soriano batía a Femenías.
Tocaba cruz en el partido de los coruñeses ante el Levante a domicilio (2-1), uno de los más decepcionantes de la “nueva era Gilsanz’, un sentir reconocido por los protagonistas de ese choque. El encuentro podría haber tenido tintes muy distintos si Villares llegase a atinar con su remate en el minuto 13, pero su cabezazo, tras un centro de Pablo Vázquez, se iba al larguero.
El travesaño, de nuevo, quitó puntos, en esta ocasión en la disputa del duelo aplazado contra el Tenerife (0-0). Yeremay fallaba en el 12 un penalti y mandaba el balón a la madera. Y para cerrar este ramillete de disparos que pudieron ser dianas, pero chocaron contra un muro, el último precedente fue el partido contra el Huesca del pasado fin de semana (0-0). En el 71, de nuevo el futbolista canario se encontraba con la madera. Recibía un gran pase de Mario Soriano y su disparo impactaba en el poste. El posterior rechace, que recogía Eddahchouri, no acababa en gol, pues el neerlandés, libre de marca y a puerta vacía, mandaba el esférico alto.
Una colección de dianas que no fueron y de goles que no se pudieron celebrar en esta campaña para un Deportivo al que parece que, en muchas ocasiones, se le achica la portería.