“El rombo mágico del Palmeiras era la ilusión que yo tenía. La musa era Djalminha”. Ese rombo con Luizao, Flavio Conceição, Rivaldo y Djalminha... , así se expresaba el expresidente Augusto César Lendoiro, en el Informe Plus +, rememorando ese cuarteto de flamantes y talentosos cariocas, que recalaron en el Deportivo en aquel verano y que coincidieron juntos en el Teresa Herrera del 97, antes de la salida sobre la bocina de Rivaldo, al Barcelona.

Dos gallegos

Reeditando un nuevo rombo, aunque ahora con dos aristas de la casa, el Depor encontró en Lucas, Mella, Yeremay y Barbero a su cuadrilátero ofensivo en esta temporada.

33 de los 64 goles marcados por el Deportivo en esta campaña llevan la firma de alguno de los cuatro integrantes de este rombo que, además, tuvieron que sufrir diferentes infortunios a lo largo del curso regular.

Barbero, uno de los fichajes, se lastimó en la jornada cuatro, el 16 de septiembre ante Unionistas y tuvo que ser operado por la rotura en el menisco interno de su rodilla izquierda. No volvería a aparecer hasta la jornada 23, en el mes de febrero.

Mientras, Lucas Pérez, expulsado por roja directa en la jornada ante el Teruel, se perdió dos choques, pero acabó siendo el ‘pichichi’, con 12 goles. En el caso de David Mella sufrió una fractura compleja de los huesos propios de la nariz también en el Reina Sofía, que le hizo perderse partidos, así como varias lesiones musculares, derivadas de la carga de minutos, también con la sub-19 de José Lana.

Mientras, Yeremay se lastimaba a principios de septiembre, en el duelo ante el Lugo, fractura de peroné sin desplazamiento, la misma lesión que había sufrido Valerón en 2002.

Cuando Barbero, Mella y Yeremay estuvieron a pleno rendimiento, unido a los goles que llegaron de Lucas, el rombo de la casa desplegó su magia.