El Deportivo solo se vio obligado a repetir un encuentro en categoría nacional. El desaparecido AD Almería, uno de los antecesores del rival de este domingo, el UD Almería, fue el protagonista del mismo, hace poco más de cuatro décadas.
Temporada 1981-82. Con el Mundial de Naranjito al caer, el Dépor se reencuentra con la división de plata nacional tras haber caído por segunda vez al tercer escalón. El AD Almería hace el camino inverso, pues viene de descender después de las dos únicas campañas de su existencia en Primera.
Ambos equipos se citan en Riazor el 18 de octubre de 1981, en el marco de la sexta jornada. El conjunto coruñés es octavo con seis puntos, a uno del quinteto de colíderes y con uno sobre el conjunto almeriense, duodécimo en la tabla.
El ya expresidente del Gobierno –y exjugador de los juveniles blanquiazules– Adolfo Suárez presencia el encuentro desde el palco presidencial. El Deportivo, dirigido por José Martínez, forma con Jorge; Carreras, Moreno, Meyer, Silvi; Alegre, Pancho García, José Luis; Muñoz, Albiol y Alfonso Castro. El AD Almería, en manos del exdefensa madridista Pachín, lo hace con César; Pastor, Capa, Piñeiro, Maxi; Cabral, Javi, Martínez; Sebas, Rolón y Murúa.
Unos diez mil espectadores se dan cita en el municipal herculino, todavía a medio reconstruír de cara a la cita mundialista. El Deportivo no juega bien. Acaba perdiendo. Merecidamente, según las crónicas.
Y eso que tiene la oportunidad de adelantarse en el marcador. Pero el penalti cometido por Capa sobre Muñoz a la media hora de la primera mitad lo manda a las nubes Pancho García. No perdona el adversario dos minutos después, cuando el vizcaíno Benavente Garasa señala el punto fatídico por manos de Meyer. Rolón bate a Jorge. Es el único tanto.
Con los dos puntos rumbo a Andalucía, el Deportivo denuncia ante la RFEF una alineación indebida del cuadro almeriense. No de uno, sino de cinco futbolistas, nada menos. El club rojiblanco hace caso omiso a una comunicación federativa pidiendo que se abstenga de alinear a Pastor, Capa, Cabral, Murúa y Javi. El motivo, que la propia RFEF no había tramitado su ficha. El delegado del AD Almería presenta al trío arbitral en Riazor unas fichas provisionales expedidas por la Federación Andaluza.
El asunto llega hasta el espacio deportivo que José María García dirige en el programa radiofónico nocturno Hora 25. “El partido no se repite porque nosotros no vamos”, sentencia Alfonso García, máximo mandatario del AD Almería.
Unos días después, el Martos, club jiennense al que el AD Almería se mide en Copa del Rey, también denuncia la alineación indebida. Después se suma el Mallorca, tras su enfrentamiento liguero.
La clave de la situación está en la crisis económica por la que atraviesa el club andaluz. Solo dos semanas después del partido de Riazor, quince jugadores del AD Almería se encierran en la sede de la RFEF en Madrid para reclamar el pago de las deudas por parte del club y la admisión de las fichas de seis jugadores retenidas por el colegiado en el partido del 1 de noviembre ante el Celta. Poco después, ocho futbolistas del plantel andaluz quedan en libertad para fichar por otro club.
La decisión final del Comité de Competición no se produce hasta el 9 de diciembre, cuando se oficializa lo que todo el mundo espera. El partido debe repetirse en campo neutral –también el duelo entre AD Almería y Mallorca–, como significa el reglamento, que curiosamente beneficia al equipo infractor que, si bien se había llevado la victoria, no jugará en terreno visitante. El 23 de diciembre se anuncia que el choque se jugará el 6 de enero de 1982 en el campo de Las Margaritas, en Getafe.
El día de Reyes de 1982, a las 11.30 horas, Deportivo –décimo con 17 puntos– y AD Almería –decimoséptimo con 13– saltan al terreno de juego getafense para repetir el encuentro. Lo hacen con muchas novedades.
Para empezar, hay cambios en los dos banquillos. Martínez cae tras la derrota ante el Elche (0-3) en la undécima jornada, que deja a los blanquiazules en la decimotercera posición, con nueve puntos. Pachín lo hace dos semanas antes, cuando tras perder ante el Getafe Deportivo (1-3), el AD Almería cae a puestos de descenso. Luis Rodríguez Vaz y Juan Rojas son ahora quienes llevan la batuta. Rojas es el secretario técnico. El equipo andaluz no puede tener entrenador por la deuda que mantiene con un insigne deportivista, Arsenio Iglesias, que dirige a los rojiblancos al inicio del curso anterior en la división de honor.
El Deportivo salta a Las Margaritas con cinco cambios con respecto al once del encuentro original: Jorge; Carreras, Ballesta, Pérez Durán, Silvi; Piña, Moreno, José Luis; Vicente, Traba y Alfonso Castro. Por el AD Almería juegan César; Paniagua, Prados, Castillo, Camacho; Garay, Martínez, Almazán; Toscano, Rolón y Manolillo. Solo César, Martínez y el goleador Rolón repiten con respecto al 18 de octubre de 1981.
El encuentro finaliza sin goles y sin muchas acciones que destacar. Las defensas se imponen a los ataques. Quién más se acerca al gol es el deportivista Vicente, que estrella un disparo en el larguero en la segunda parte, al cabo de una gran acción individual. Contrariamente a lo sucedido dos meses y medio antes, las crónicas reflejan que fue el Deportivo quien realizó mayores merecimientos para ganar.
Vaz habla de “partido flojo”. Rojas es más contundente: “el encuentro ha sido malo de solemnidad”. Aquel Deportivo-AD Almería no pasa a la posteridad ni por los goles ni por el fútbol, pero sí lo hace por la historia que lleva detrás.