El impacto de los goles de Yeremay se transforma en puntos
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El impacto de los goles de Yeremay se transforma en puntos

El impacto de los goles de Yeremay se transforma en puntos
Momento posterior al remate de Yeremay que acabó en el gol del triunfo ante el Racing de Ferrol (0-1) en A Malata | Fernando Fernández

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En el fútbol –esto es una perogrullada– no todos los goles valen lo mismo. No es lo mismo maquillar un marcador con un tanto intrascendente que desequilibrar una duelo cerrado con un latigazo determinante. En ese sentido, Yeremay Hernández está siendo mucho más que un goleador para el Deportivo esta temporada: ha sido un factor determinante en los resultados del equipo, un jugador capaz de transformar empates en victorias, de poner la primera piedra de triunfos contundentes y de abrir la senda en noches espesas. Sus 11 goles, el último logrado para vencer en A Malata al Racing de Ferrol (0-1), no solo han engrosado estadísticas; han inclinado la balanza del equipo hacia la victoria.


Dos de sus dianas fueron absolutamente decisivas. No contribuyeron, no allanaron el camino, no adornaron nada: dieron directamente tres puntos al Deportivo. Primero en Riazor, cuando su gol desde fuera del área bastó para tumbar al Racing de Ferrol con un ajustado 1-0. Y después, en la segunda vuelta y ante el mismo rival, aunque esta vez en A Malata, con la mencionada diana a la carrera que volvió a darle el triunfo a los coruñeses (0-1). En un equipo que aspira a salvarse sin apuros –y ya se verá si a algo más–, esos seis puntos pueden ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Son los goles que, si la historia acaba con final feliz, se recuerdan con el peso de una sentencia.


Pero su impacto no acaba ahí. Cuatro de sus goles fueron el combustible de victorias contundentes. En la goleada contra el Albacete (2-5), Yeremay firmó un doblete, y esos tantos llegaron en el momento clave: cuando el partido estaba empatado, su acierto puso el 1-2 y el 1-3 y cambió por completo la dinámica del choque. Algo similar ocurrió contra el Cartagena (1-5), donde también se despachó con dos goles. Esta vez, uno de ellos tuvo un peso especial al romper el 0-0 inicial tras una asistencia de Mella. Además, en el 5-1 ante el Castellón puso la guinda de penalti con el último tanto y en el 3-1 ante el Almería fue quien dobló la ventaja con el 2-0 después de una buena jugada de Obrador. Son goles que no definen un partido, pero que refuerzan una superioridad. Goles que, aunque menos recordados, también construyen victorias.


Sin embargo, hay goles que, sin ser los últimos ni los decisivos, tienen un valor especial porque son los que abren el partido. Yeremay también ha sabido ser ese futbolista que rompe el hielo en escenarios complicados. Contra el Málaga, en un partido que acabó en empate (1-1), fue él quien abrió el marcador con el 0-1 tras una acción explosiva y precisa, permitiendo al Deportivo adelantarse en un encuentro de máxima dificultad. También en Castellón, en otro empate (2-2), fue el encargado de firmar el primer gol coruñés con otra jugada individual para el recuerdo. Sin ser el tanto de la victoria, sigue siendo un gol que cambia partidos.

 

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De sus 11 goles, solo uno puede considerarse realmente ‘inútil’ en términos de resultado: el que marcó ante el Racing de Santander en una derrota por 1-2. Pero incluso en ese caso, Yeremay partió desde el banquillo, anotó un golazo para recortar distancias y estuvo a punto de anotar el empate. Más allá de esta excepción, Yeremay no solo ha marcado mucho, sino que ha marcado cuando más lo necesitaba el equipo.


Pero hay una estadística que enmarca y da aún más valor a todo esto. Cinco de sus 11 goles fueron los primeros del partido, los que abrieron la lata. En el fútbol, marcar el primer gol es, en muchos casos, marcar el destino de un encuentro. Obliga al rival a exponerse, permite a tu equipo manejar los tiempos con más tranquilidad y, sobre todo, refuerza la sensación de control. Yeremay ha sido ese jugador que ha desbloqueado partidos cerrados con un chispazo de talento, el que ha cambiado el ritmo de un encuentro, el que ha hecho que el Deportivo jugara con viento a favor en más de una ocasión.

 

Otra estadística clave

Por si todo esto fuera poco, las estadísticas confirman lo que el ojo ya intuye cuando se le ve jugar. Cuando Yeremay está en el campo, el Dépor es un equipo mejor. El balance entre los goles a favor y en contra del equipo cuando él está presente en el terreno de juego es de +11, el segundo mejor de toda la plantilla. Solo Diego Villares, el capitán, le supera con un impresionante +12. Tras ellos, en este ranking de influencia positiva, aparecen nombres como Helton Leite (+7), Dani Barcia (+6) o David Mella (+5), jugadores que también han sido clave en la estructura del equipo. Un dato que refleja su influencia real más allá de los goles.


Yeremay no se está convirtiendo solamente en un goleador. Es un futbolista que decide partidos. Y en una temporada en la que cada punto cuenta, su pegada ha sido oro puro para el Dépor.

El impacto de los goles de Yeremay se transforma en puntos

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