Aterrizaje a la fuerza en el Pepico Amat
lll
17º-23º

Aterrizaje a la fuerza en el Pepico Amat

Aterrizaje a la fuerza en el Pepico Amat
Pablo Vázquez en el Eldense - Deportivo

Usuario

El Deportivo se había permitido soñar esta semana. La victoria contra el Almería disparaba la ilusión en el entorno blanquiazul después de dos triunfos consecutivos y la sensación de que el equipo iba hacia arriba. El duelo de Elda se marcó en rojo como esa frontera que permitiría, ahora ya de forma definitiva, mostrarle al cuadro herculino cuál debía ser el objetivo hasta final de temporada. Y después de unos días flotando, tocó aterrizar a la fuerza en el Pepico Amat.

 

Óscar Gilsanz se lo olía en la previa. Su discurso al más puro estilo ‘ojo con la fiesta’ a unas horas de viajar a tierras alicantinas, en las que incluso utilizó la palabra “tramposo” para referirse al duelo con el Eldense, tuvo su continuación ayer tras la mala imagen y la derrota, primera fuera de casa desde noviembre. “Cuando salimos del partido de Almería, teníamos claro que este encuentro iba a ser durísimo. Todos los rivales tienen armas. Pero vienes de dos victorias seguidas y la cabeza te puede engañar. El Eldense fue muy superior. La primera parte fue muy igualada, pero en la segunda, sobre todo con el marcador a favor, nos alejó de su área y con una buena defensa y buenas contras, fue capaz de sentenciar”. 

 

El técnico de Betanzos vio así reforzado su discurso y volvió a cargarse de razones con el mismo mensaje. Siempre dando además la sensación de que no solo habla para que el eco llegue a la grada, sino también hacia dentro del vestuario: “Siempre insistimos en la dificultad de la categoría y se tiende a pensar que es una muletilla que utilizamos los entrenadores, pero es la verdad. Todos los rivales son complicados y los partidos hay que pelearlos todos desde el principio”.

 

El colchón sobre el descenso se reduce ahora a siete puntos, pero desde el banquillo deportivista continúa manteniéndose la misma estabilidad que hace una semana. Un necesario contrapeso a la bipolaridad: “Me voy igualmente preocupado que el día que vencimos al Almería. El día que ganamos, creía que lo que nos ha pasado aquí, podía pasar en cualquier momento. No es preocupación, es ocupación. Ahora toca trabajar, viene un rival duro como el Huesca en casa y toca empezar la semana de cero. Lo más importante es ir construyendo algo estable, eficiente… algo que vaya más allá de estar bien en un partido u otro. Esta derrota nos va a enseñar muchas más cosas que la victoria ante el Almería”.

 

Bofetada de realidad

Además del repertorio de la tranquilidad, Gilsanz tiró también del de la experiencia que le dan sus años en el banquillo y reconoció que verse más guapos en el espejo no siempre termina bien: “No sé en qué medida ha afectado (el discurso de mirar al playoff). El refrán dice que el halago debilita. Cuando te elogian, tu visión puede ir por encima de la realidad. Y como uno lleva muchos partidos encima, aunque no hayan sido en Segunda, sabe que cada vez que nos creemos mejores, viene una bofetada y te devuelve a la realidad”.
Igualmente coge la vía de mantener los pies en la tierra Diego Villares. 

 

El capitán ya había dado su opinión recientemente y zanjó los debates a la salida de los vestuarios del Pepico Amat. Hace unos días tanto Yeremay como Mario Soriano invitaban a ser ambiciosos y mirar hacia arriba. El de Vilalba, que con sus más de 150 partidos va dejando atrás la inconsciencia de los más jóvenes, se centra en asegurar tierra firme antes de dar un paso en falso: “Hablábamos en Tenerife y decía de mirar a lo que estábamos más cerca. Es a lo que hay que mirar”.

 

Miserias olvidadas

Cuando llega un batacazo de este tipo, salen a relucir todos los defectos que habían quedado guardados en un cajón durante los días felices. “Si no ha sido el peor partido de la temporada, ha sido uno de los peores”. Así de duro fue el mediocentro de Vilalba, que puso de nuevo sobre la mesa la falta de oficio del Dépor para frenar los partidos cuando no se encuentra cómodo: “Es algo que tenemos que mejorar bastante. Parece que no podemos hacer faltas, que seríamos un equipo más sucio o algo por el estilo. Tenemos que hacer más. Sobre todo ante equipos como el Eldense, que basan su juego en el contragolpe y las transiciones”.


Concuerda su entrenador también con la bisoñez del grupo, contra la que lucha cada día intentando corregir un defecto que achaca, en gran parte, a la edad de sus jugadores. “Tenemos un perfil de futbolistas de más juego que de poder hacer faltas, sobre todo al inicio de las jugadas. La juventud va corrigiendo eso, seremos un equipo que cometa más. Hay que aceptar que a veces hay que cortar la jugada en su inicio y esta vez no lo hicimos”. Este déficit que parecía olvidado ya fue uno de los grandes lastres de Idiakez al inicio de esta temporada y la pasada.

 

Los datos son reveladores en este sentido, con únicamente cinco infracciones cometidas por parte del equipo blanquiazul, que permitió una y otra vez las conducciones del conjunto local, especialmente en la primera parte.

Aterrizaje a la fuerza en el Pepico Amat

Te puede interesar