Decían que era un fichaje de alto riesgo, que la última temporada jugó solo doce partidos y que tiene una rodilla de cristal. La llegada de Trey Thompkins al Leyma despertó tanta ilusión en A Coruña como suspicacias en el conjunto de la Liga ACB. La burbuja del hype se pinchó con su ausencia en el histórico debut contra el Real Madrid. La epatante victoria alejó de los focos la baja del estadounidense. Los servicios médicos del club mimaron su físico y Diego Epifanio le protegió en sala de prensa. Debutó en Andorra: tres puntos en solo nueve minutos. Repitió la semana pasada contra Unicaja: siete en 14. Y al tercer día, explotó: 18 en 16.
“Nos ha ayudado a ganar el partido”, celebró después del triunfo contra el Zaragoza (101-86) Diego Epifanio, un entrenador con un marcado sentido colectivo del juego y que no es muy dado a regalar elogios a sus chicos. “Trey tiene un talento natural para al baloncesto. Su currículum está ahí. Pero yo me quedo con lo que está haciendo en el vestuario, ayudando a los jóvenes y al resto del equipo con su trabajo en el día a día”, añadió.
Desde el estreno contra el Real Madrid, entonces de chándal, se le ve muy comunicativo con sus compañeros. Anoche se levantó tras la primera canasta, una acción de Dubljevic en el poste. Gesticuló y braceó desde el banquillo, tratando de explicar la importancia que tiene defender al pívot montenegrino con dureza. No solo ha nacido con un don para el juego, también es un líder natural.
El ala-pívot estadounidense saltó a la pista en el primer cuarto, faltaban 4:55 en el reloj y el Leyma perdía 10-14. Su impacto fue inmediato. Recibir y tirar en suspensión, una canasta fácil de dos. Otra más, esta vez desde la línea de tres. Añadió una asistencia y un rebote en poco más de tres minutos. 19-23 en el marcador cuando volvió al banquillo.
Regresó a la cancha con 3:38 en el reloj para el final del segundo cuarto y 39-35 para el Básquet Coruña. Cometió una pérdida, pero la soliviantó con otro rebote y un mayúsculo tapón a dos manos. No rehúye al contacto en defensa ni en el rebote, una muestra de que su condición física va a más. Antes del descanso anotó otros dos puntos y se fue al intermedio con siete, los mismos que había anotado ante Unicaja en todo el partido.
El técnico aceleró su entrada en la pista en el tercer cuarto por la tercera falta de Beqa Burjanadze con 5:47 en el luminoso. El Leyma mandaba 63-51. Con él en el parqué se despegó hasta los 22 puntos de ventaja al final del periodo. 82-60. En ese parcial demoledor anotó dos triples, celebrados con el gesto del pistolero, y otra canasta en la zona tras un pase de Brandon Taylor, su socio favorito.
En el último cuarto clavó un acierto más desde el arco y se ganó una tremenda ovación de la grada. Acabó con 18 puntos (3 de 3 en tiros de dos y 4 de 7 en triples), cuatro rebotes, dos asistencias y un tapón para 21 créditos de valoración, solo superado por la tremenda actuación de Taylor.
“Tiene la calidad que le ha permitido hacer esos números en 16 minutos. Es evidente que nos ayuda ofensivamente, pero también en el rebote, y no solo por los que coge él, sino por los que defiende para que no coja el rival”, destacó Epi en la sala de prensa.
La primera gran noche de Trey Thompkins se hizo esperar, pero no demasiado. La ‘marea naranja’ tiene un nuevo ídolo, un veterano que lo ha ganado todo y ha llegado a A Coruña con rol de líder y tirador, pero que no se le caen los anillos para fajarse con los perros grandes. "No lo vamos a descubrir aquí", se resignó Porfirio Fisac, técnico visitante.
“Ojalá sigamos disfrutando de él mucho tiempo y que el equipo entienda que con Trey tenemos unas virtudes, como con Beqa tenemos otras”, finalizó Epi, otra vez con la palabra equipo por delante.