Gus Lima: "Mi padre me enseñó a ser feliz por muy mal que vayan las cosas"
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Gus Lima: "Mi padre me enseñó a ser feliz por muy mal que vayan las cosas"

Entrevista con el pívot brasileño del Leyma Coruña que el sábado reapareció contra el Gran Canaria después de ocho partidos fuera por lesión
Gus Lima: "Mi padre me enseñó a ser feliz por muy mal que vayan las cosas"
Lima posa sobre la pista del Coliseum después de un entrenamiento | Patricia G. Fraga

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“Tudo passa” es el lema que Augusto César Lima Brito (Río de Janeiro, 1991) lleva tatuado en el cuello. Dice mucho del carácter de este gigante de 2,09 metros que protege los aros del Básquet Coruña. Con más de 350 partidos en la ACB, el 'cinco' brasileño relativiza el mal momento del equipo naranja, colista con ocho derrotas seguidas.

 

Recién recuperado de una rotura muscular que le apartó de las canchas el 7 de diciembre, el pívot brasileño señala marzo como un mes clave para empezar la remontada. Antes, el loco más cuerdo del Leyma se cita con dos pívots 'top' en la Liga, Tomic y Pustovyi, este sábado ante el Joventut en Badalona: “Los tengo muy vistos”, sonríe Gus.

 

El sábado volvió a la pista tras ocho partidos y casi dos meses fuera por lesión. ¿Qué tal se encontró?
Horrible porque había entrenado solo tres días. Intenté ayudar con el rebote y la defensa, pero aún no estoy a tono.

 

¿En qué nota la inactividad?
Todo pasa mucho más rápido.

 

¿Sintió alguna molestia?
No, todo bien. Toco madera.

 

No era su primera lesión. 
He tenido cuatro lesiones en mi carrera, pero las cuatro fueron totalmente diferentes y esta ha sido la peor. Parece que dos meses no es mucho tiempo, pero volver a un equipo que está rodado y bien físicamente es difícil. Es como volver a empezar de nuevo.

 

¿Cómo se ve desde fuera?
Es bastante frustrante. He intentado ayudar, pero es muy diferente cuando estás fuera.

 

¿Se sufre más?
Yo lo sufro mucho más, sí. No me gusta ver los partidos porque lo paso muy mal. No suelo ser muy expresivo, pero por dentro me estoy muriendo.

 

Sufro más desde fuera, no suelo ser muy expresivo, pero por dentro me estoy muriendo

 

Ocho derrotas consecutivas. ¿Qué está pasando?
Creo que nos falta defender un poco mejor. Obviamente Gran Canaria, Real Madrid o Murcia no son rivales de nuestro nivel, pero contra Breogán nos faltó un poco más en defensa. Nos desconectamos en los últimos minutos y sufrimos atrás. Creo que con mi vuelta y con el fichaje de Thomas [Heurtel] vamos a optar a ganar en esos partidos a los que llegamos apretados al final.

 

¿Cómo se encuentra el vestuario?
Epi nos quita bastante presión, pero si cada uno no se pone presión estamos jodidos. A nadie le gusta perder y los lunes están siendo complicados, pero es un bache y lo vamos a sacar adelante.

 

¿Qué les aporta Heurtel?
Sobre todo lectura de juego, que es otra cosa que nos falta un poco. En el último partido contra Gran Canaria ya se pudo ver: pasa muy bien y  muy rápido. Nos va a dar un plus.

 

¿Y en el vestuario?
Es una persona normal, un tío tranquilo, no como yo, que estoy un poco loco.
 

¿Loco?
Sí, tengo dos facetas: si no me conoces soy muy serio y un poco borde, pero con mi gente soy un loco, estoy todo el día de broma. No parezco la misma persona (risas).

 

¿Cómo es con su gente?
Mi padre me enseñó a ser feliz y a intentar hacer feliz a los demás por muy mal que vayan las cosas. Y quiero que mis hijos también sean así. Ya hay muchas desgracias en este mundo tan feo. Mientras estemos aquí tenemos que protegernos y hacer felices a los demás.

 

¿Es difícil hacer feliz a un vestuario que encadena ocho derrotas?
Perder es jodido, pero es peor tener un cáncer o no tener dinero para darle de comer a tus hijos. Nosotros somos unos privilegiados. A lo largo de mi carrera he podido estar en muchos sitios y ganar una buena cantidad de dinero para ayudar a mi familia. Por más que yo sufra con las derrotas, después pienso que no me va tan mal cuando veo que uno de mis mejores amigos necesita un trasplante de corazón para su hijo. Eso es sufrir.

 

¿Ha sufrido de verdad?
Obviamente he tenido problemas, como cualquiera, pero a nivel personal me considero un afortunado. Mis padres me enseñaron que en el mundo hay personas que están mucho peor que yo y he aprendido a disfrutar hasta de los malos momentos.

 

Perder es jodido, pero es peor tener un cáncer o no tener dinero para darle de comer a tus hijos

 

Volvamos al baloncesto. En Granada vivió un descenso y la desaparición del club, y en Murcia y Burgos logró la permanencia, las dos caras de la moneda. ¿Son experiencias que le sirven en este momento complicado?
Este es el primer año del Coruña en la ACB. Ahora mismo lo estamos pasando mal, pero muchos pronósticos decían que íbamos a estar descendidos en Navidades. Se equivocaron: creo que jugamos bien y tuvimos buenos resultados. Estamos en una posición normal para un ascendido, pero todavía tienen que venir aquí nuestros rivales: Lleida, Breogán, Girona, Granada… Esos son los partidos que tenemos que ganar para salvarnos.

 

Hablaba de mejorar atrás. ¿Siente una responsabilidad por ser el ancla defensiva del equipo?
Un poco sí porque desde mi lesión la defensa fue a peor. Aunque Atou [Diagne] está haciendo un gran trabajo debajo del aro, creo que tenemos que estar más atentos a la ayuda porque muchos equipos nos atacan con un bloqueo y pase al lado débil. Somos 13 jugadores y los 13 tenemos que ayudar. Tenemos que dejar de mirar la estadística y centrarnos en hacer lo que nos toca a cada uno para ganar. La hoja del partido da igual.

 

¿Falta confianza en ataque?
No creo que tengamos problemas de confianza, pero a veces no tenemos acierto. Tenemos buenas armas en ataque: Thomas [Heurtel], Trey [Thompkins], Brandon [Taylor], Goran [Huskic] con su juego en el poste, Barrueta con su tiro... Estos son los que meten, el resto tenemos que hacer lo que podemos, defender y tirar cuando estemos abiertos.

 

El Coliseum la pagó en el último partido con los árbitros. ¿Se sienten perjudicados?
Prefiero no hablar de eso. Los árbitros vienen aquí (mira la grada), con tanta gente y mucha presión, no sé… Es complicado y seguro que cometen errores, pero también nosotros los cometemos. No creo que perdamos los partidos por culpa de los árbitros.

 

¿Necesita el Leyma un ‘3’ para suplir la marcha de Figueroa?
Si ha salido un ‘3’ tendría que entrar otro, pero si no ha llegado todavía es porque el mercado está muy complicado y el club todavía no lo ha encontrado. Un ‘3’ defensivo nos vendría muy bien, pero creo que con lo que tenemos es suficiente para salvarnos.

 

Le veo convencido.
El sábado fue el primer partido en mucho tiempo que estábamos todos juntos. Ahora estamos en una mala racha, pero todos los equipos que estaban abajo han tenido su racha buena y a nosotros nos va a llegar. Solo tenemos que estar preparados para cuando lleguen esos partidos importantes: Lleida, Breogán, Girona, Granada...

 

Sin olvidar al Joventut este sábado en Badalona.
Es otro rival que no es de nuestra liga, pero tenemos que ir a por ellos. En casa ya estuvimos muy bien. Tenemos que repetir las mismas claves, pero que Dekker no meta tanto.

 

Después tienen un parón de dos semanas: Copa del Rey y ventanas FIBA.
Me va a venir muy bien porque he forzado para volver antes de los dos meses y necesito un tiempo para ponerme a tono físicamente. Y al equipo también porque vamos a tener tres semanas para entrenar con el equipo al completo que nunca habíamos tenido. En marzo empezamos de cero.

 

"Me gusta la música antigua, pero en el vestuario 
tengo que poner reguetón o hip-hop"

Lima es un tipo familiar que ha echado raíces en Málaga, pero le brillan los ojos cuando habla de Río de Janeiro. Apasionado de la buena comida y la música de los años 70 y 80, en el vestuario pincha reguetón o hip-hop para contentar a sus compañeros.

 

¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Pasar el día con mis tres hijos [tiene dos niñas, de siete años y diez meses, y un niño de dos años]. No hay nada mejor que estar con ellos. Eso es para mí la felicidad.

 

¿Qué hubiese sido Gus Lima de no haber sido jugador de baloncesto?
Ingeniero químico o policía del estilo FBI. En mi familia hay muchos militares y mi madre, es ingeniera.

 

¿Un lugar para vivir?
Málaga es la mejor ciudad de Europa para vivir y la segunda del mundo después de Río de Janeiro, pero me quedo con Málaga por la seguridad.

 

¿Y para viajar?
Estambul, una belleza de otro mundo, y Río porque tiene de todo: playa, montaña, edificios grandes... Es diferente.

 

¿Su rincón favorito de A Coruña?
Suelo ir mucho a Marineda y a la Torre de Hércules.

 

¿Dónde le gusta ir a comer?
Berket. No es por tirar para casa [el restaurante es uno de los patrocinadores del Básquet Coruña], es que voy mucho, soy amigo del dueño y casi accionista (risas).

 

¿Y un plato preferido?
La barbacoa brasileña, la comida italiana, la japonesa… Me encanta comer (risas). Con mi mujer hago viajes gastronómicos.

 

Es el DJ del vestuario. ¿Qué música pone?
Escucho mucha música antigua: Phil Collins, Led Zeppelin, Pink Floyd… Pero en el vestuario tengo que poner reguetón y hip-hop.

 

¿Un ídolo de la infancia?
Michael Jordan y Ayrton Senna.

 

¿Y un compañero de equipo?
¡Uf! Millones: Carlos Jiménez, Anderson Varejao, Girogios Printezis, Jorge Garbajosa, Nené Hilario, Thiago Splitter… Creo que me quedo con algo bueno de cada uno.

 

¿Y Luka Doncic?
Un gran jugador que nació para esto. Dios le tocó con una varita.

 

¿Qué le ha parecido el traspaso a los Lakers?
La NBA nos enseña que cada vez es más negocio, marketing, business... Fue algo muy raro. No se lo esperaba ni LeBron.

Gus Lima: "Mi padre me enseñó a ser feliz por muy mal que vayan las cosas"

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