La intensidad no se negocia. Al menos con Diego Epifanio. Su sello en el Leyma Coruña es evidente: ritmo altísimo, rebote ofensivo y esfuerzo colectivo. Dos jugadores personificaron contra Unicaja la idiosincrasia del técnico y su equipo: Atoumane Diagne y Beqa Burjanadze. En su contra, fueron los dos peores desde la línea de tiros libres, un lastre en el intento de remontada.
“Es un poco injusto señalarlos por eso”, se apresuró Epi a decir cuando le preguntaron por el elefante en la habitación, los paupérrimos números desde la personal: el Leyma solo anotó 11 de 24 intentos. “Hubiéramos competido mucho mejor, aunque sea solo por lo que significa numéricamente, por estar más cerca en el marcador. Es verdad que Atou y Beqa son los que peor porcentaje tienen, pero son justo los dos jugadores de los que estoy más orgulloso”, añadió.
Diagne completó su mejor partido en la ACB, pese a su pobre 1 de 7 desde la línea. Anotó 13 puntos, capturó 4 rebotes –3 en ataque–, puso 3 tapones y firmó 15 créditos de eficiencia en solo 14:35 minutos. La estadística pone en valor su rendimiento y Epi no dudó en felicitarlo públicamente por su “progresión en la temporada”.
Burjanadze, que se quedó en 5 de 9 desde los 4,60 metros, fue el jugador naranja con más tiempo en la cancha (26:22) y completó una tarjeta sólida: 10 puntos, 5 rebotes –2 en la canasta rival– y 3 asistencias para un 13 de valoración. “El esfuerzo que está haciendo Beqa cada día es brutal a nivel de intensidad, de pelear cada pelota, de renunciar a un tiro por el bien del equipo...”, celebró el entrenador.
El pívot senegalés y el ala-pívot georgiano fueron los dos soldados de Epi contra Unicaja, “el mejor equipo de la liga a día de hoy”, en palabras del ténico. “Hemos intentado pararles, controlar sus ventajas y durante muchos minutos lo hemos hecho. Nos han metido muchas canastas en los segundos finales de cada posesión sin hacer malas defensas. Puede sonar un poco complaciente y no quiero que competir contra un equipo como Unicaja sirva para relajarnos”, advirtió el burgalés.
“Una canasta hace feliz a una persona, una asistencia, a dos”, dijo un día Magic Johnson, sin discusión uno de los mejores bases en la historia del baloncesto, si no el mejor. Parece que Brandon Taylor se tomó la célebre frase al pie de la letra. Acabó con 10 pases letales y ninguna canasta en juego. Sus 2 puntos llegaron en dos tiros libres con el partido ya finiquitado. Quizá sea porque nació en West Hollywood, al norte de Los Angeles, o tal vez porque Unicaja centró su defensa en el pequeño director de juego del Leyma.
“Hemos controlado a Brandon Taylor, que era nuestro objetivo, y hemos limitado en la medida de lo posible sus intentos de tres. Hemos descuidado otras cosas, pero creíamos que con eso podríamos controlar el partido”, desveló Ibon Navarro, técnico de Unicaja, en la sala de prensa.
Epi destacó el juego de equipo, reflejo de las 29 asistencias, ocho más que el rival, y lanzó un mensaje que perfectamente podría estar dirigido a Taylor. “Nos tiene que merecer mucho la pena dar un extra pass y respetar nuestro spacing, que si no es capaz de anotar un jugador, lo haga un compañero. Tenemos que seguir creyendo y trabajando en eso y mejorar nuestro timing. Es cierto que, por sus características, hay jugadores que a veces dan un bote de más, pero hemos dado 29 asistencias”, analizó.
En cuatro jornadas ya han debutado todos los jugadores de la plantilla. Si en Andorra se estrenó Trey Thompkins –contra Unicaja repitió con mejores sensaciones y aportó 7 puntos y 6 rebotes– esta vez fue el turno de Olle Lundqvist, ya recuperado de la operación en su hombro izquierdo.
“No son Supermán", avisó el entrenador antes del partido. "Están en su proceso de adaptación, pero nos han ayudado mucho con su energía y nos dan alegría entrenando”, celebró en la sala de prensa, donde además desveló por qué en la convocatoria solo entraron once jugadores y no los doce elegibles.
"Goran [Huskic] nos transmitió que estaba muy mal, el doctor le trató de ayudar con fármacos en su casa, pero no mejoró. Hay un tope para presentar las fichas y pasó todo muy cerca de la hora. No pudimos dar de alta a Goran y tampoco a Álex [Hernández]", lamentó el entrenador.