César Carballeira: "No hay mejor lugar en el mundo para jugar al hockey que A Coruña"
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César Carballeira: "No hay mejor lugar en el mundo para jugar al hockey que A Coruña"

Entrevista con uno de los capitanes del Deportivo Liceo
César Carballeira: "No hay mejor lugar en el mundo para jugar al hockey que A Coruña"
César Carballeira posa para nuestra fotógrafa en el Palacio de Riazor | Patricia G. Fraga

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Pocos deportistas profesionales eligen el camino que tomó César Carballeira (A Coruña, 1996) hace algo más de dos años. El chaval que aprendió a patinar en el patio del colegio, creció idolatrando a Facundo Salinas y ahora comparte la capitanía del Liceo con su amigo Dava Torres, declinó la suculenta oferta del potente Barcelos portugués para seguir en el club de su vida. No todo es dinero para Cesi, que vestirá de verde y blanco al menos hasta 2027. Y sueña con levantar la Champions, el único gran título que le falta con el Liceo. El destino ha querido que este jueves se cruce en los cuartos de final con el Barcelos (20.30 horas, Riazor).

 

En 2022 rechazó una importante propuesta del Barcelos.
Hubo conversaciones y estoy muy agradecido por la llamada, pero tenía bastante claro que me quería quedar aquí. Soy coruñés y soy del Liceo. Creo que no hay mejor sitio en el mundo para jugar al hockey. No hay dinero que pague salir del entrenamiento y disfrutar de estas vistas.

 

Se quedó en el Liceo para jugar este tipo de partidos. El tiempo le ha dado la razón.
Mi apuesta fue clara: seguir aquí para luchar por todos los títulos posibles. Es el camino que sigue este club desde hace muchos años y no vamos a ser nosotros los que dejemos de hacerlo.
 

¿Se ve de verde y blanco para toda la vida?
Soy de aquí, soy muy de A Coruña y muy del Liceo, y ojalá pueda seguir aquí muchos años y conseguir los máximos títulos posibles.

 

La Champions es el único título que les falta a Juan Copa, Dava Torres y usted. ¿Es una espinita o una motivación?
Está claro que es la máxima competición a la que se puede aspirar a nivel de clubes. No estamos obcecados, pero es algo que tenemos presente y queremos pelear por ella.

 

Se cumplen siete años desde los últimos cuartos de final que jugó el Liceo en la Champions y casi trece desde que accedió a la Final Four, cuando logró su sexta corona continental en 2012.
Entonces tenía 15 o 16 años y ya estaba entrenando con el primer equipo. No a diario, pero sí que venía dos días a la semana. Salía del colegio a la hora del recreo, con el uniforme y la mochila, y me traían Mali [Xavi Malián] o Lucas Ordóñez, que estaban en el Liceo estudiando un ciclo. Son recuerdos que no todo el mundo puede vivir, con aquellos pedazo de jugadores que me ayudaron a llegar hasta aquí: Jordi [Bargalló], Yupi [Josep Lamas], Edu [Lamas], Mali, Toni [Pérez]... Soy un privilegiado y lo tengo muy presente. Diría que ese año no llegué a disputar ningún partido oficial, pero la temporada siguiente ya estaba con ellos y ganamos la OK Liga.

 

A los 15 y 16 años ya me enrtenaba con el primer equipo: salía del colegio a la hora del recreo, con el uniforme y la mochila

 

¿Pesa la responsabilidad histórica de no llegar a una fase final en Europa?
No lo veo así. Sí que tenemos las ganas, pero no creo que sea para martirizarnos porque en estos años hemos conseguido títulos: OK Liga, Copa del Rey, Supercopas...

 

Sí jugaron las semifinales de la Golden Cup en 2022, aunque no era un título oficial.
No era un título oficial, pero los que estábamos aquí nos lo tomamos como tal. Perdimos en semifinales porque Pablo Álvarez nos metió tres goles en semifinales con el Benfica.

 

En la fase de grupos se midieron al Barcelos, que no ha cambiado tanto.
Es un equipo muy completo, rápido y joven. Tienen a Miguel Rocha, que no para de meter goles, una buena portería [Conti Acevedo], pero hay muchos más: Pol [Manrubia], Rampulla [Danilo], Vieirinha...

 

Manrubia jugó cedido en el Liceo hace dos temporadas. ¿Han hablado algo estas semanas?
Tenemos muy buena relación y a veces hablamos, pero ahora mismo nada, yo soy un poco particular para esas cosas. Me centro en el partido y cuando acabe, todos amigos. Es un gran jugador, muy rápido y con un uno por uno súper potente.
 

¿Con qué resultado se irían tranquilos a Barcelos?
Tendría que ser un resultado muy abultado. La eliminatoria es un partido a 100 minutos. Lo primero es hacer bien las cosas en casa.

 

El club ha hecho un importante llamamiento a la afición.
Ojalá que veamos un Palacio lleno o casi lleno, que nos ayude y ojalá poder darles una victoria y que nos vengan a animar el resto de partidos de la temporada.

 

El nacimiento de nuevas peñas y grupos de animación le aportan color y ruido al Palacio esta campaña.
Todo lo que se está formando este año, las peñas y los grupos de animación, es algo muy bonito y nos ayuda un montón. Si remontamos un 0-2 en contra el pasado fin de semana, en parte, se lo debemos a ellos. Todo el agradecimiento es poco por todo lo que están haciendo y lo que se están moviendo, como por ejemplo el autobús para ir a Barcelos la próxima semana.

 

Todo lo que se está formando este año con las peñas y los grupos de animación es algo muy bonito y nos ayuda un montón

 

Me recuerda a la explosión de la ‘marea naranja’ del Básquet Coruña con Berrallouco.
Es otro de los artífices de todo esto. Está bastante volcado y nos está ayudando mucho. Solo tengo palabras de agradecimiento y ojalá que esto siga creciendo y que se anime cada vez más gente a vernos cada fin de semana.

 

El Liceo siempre está, pero en número de socios está muy lejos del Dépor y ahora incluso por debajo del Leyma.
Poco podemos hacer contra dos deportes como el fútbol y el baloncesto, pero en los últimos años podemos ver un crecimiento bastante grande de nuestra afición y ojalá siga creciendo. Está claro que no vamos a poder llegar al nivel del Dépor o el Leyma, pero tenemos que crear nuestro propio ambiente.

 

¿Siente más presión o responsabilidad por ser el capitán?
No. Intento transmitirle a los jóvenes y nuevos jugadores todos los valores que nos han transmitido y llevamos chupando desde pequeños. Se trata de mantener el equipo unido, pero si algo tenemos en el Liceo es que siempre tenemos grupos muy buenos, dentro y fuera de la pista.

 

¿Cree que este puede ser el inicio de un ciclo ganador por la juventud y el potencial de la plantilla?
Creo que sí. Tenemos un muy buen equipo, muy buen grupo, con chavales muy jóvenes que da gusto verlos. Ojalá se mantengan, se formen y se crezcan en el Liceo y puedan triunfar aquí.

 

Dicen que de la derrota se aprende. ¿Hacía falta para este ciclo una derrota como la del Reus en semifinales de la Copa del Rey?
Hacer falta no hace (risas), pero une más. Es una derrota para valorarla y tenerla presente para no repetir los errores que cometimos.

 

¿Es una oportunidad perdida tras la eliminación del Barça en cuartos de final?
No solo juega el Barça y ya lo dije cuando ganó el Reus: es el justo campeón de la Copa porque hicieron las cosas muy bien. ¿Oportunidad perdida? Sí, pero ya pasó y nos toca aprender y mirar hacia el futuro. 

 

“Jordi y Yupi me enseñaron todo lo que sé” 

César lleva el ‘5’ por Facundo Salinas, el que fuera capitán del Liceo y primer ídolo de su infancia, y no olvida todo lo que le enseñaron Jordi Bargalló y Josep Lamas cuando llegó al primer equipo. Cuando se quita los patines le gusta pasar tiempo con su familia o con su perra y desconecta del mundo en la aldea de sus padres o con los coches, su otra gran pasión.

 

¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Venir a entrenar por la mañana, comer con mi familia y por la tarde ir a dar un paseo con mi perra a la playa de Repibelo (Arteixo).

 

¿Qué hubiera sido César Carballeira de no ser jugador de hockey sobre patines?
Seguramente haría algo relacionado con los coches. Me encantan. Son mi vía de escape. Estudié un ciclo de mecánica.

 

¿Un lugar para vivir?
A Coruña, sin duda.

 

¿Un rincón favorito de A Coruña?
Mi aldea: Viardois, entre Teixeiro y Aranga.

 

¿Y un lugar para viajar?
No sabría decirte. Soy muy, muy de A Coruña. Te diría que todo el mundo venga aquí  a ver esto (risas).

 

¿Pelis o series?
Nada.

 

¿Música?
Escucho de todo. Desde Leiva e Izal hasta reguetón o rap. Depende del día.

 

¿Un plato preferido?
Una buena hamburguesa.

 

¿Y algo que no probaría?
Alguna verdura cocida.

 

¿Un sitio para comer en A Coruña?
El Caserío de Tión (Coirós).

 

¿El ídolo de su infancia?
Facundo Salinas [jugador del Liceo entre 1993 y 2004]. Jugué con su sobrino desde los tres años y siempre nos venía a ver. Llevo el ‘5’ por él y lo sabe. Tenemos muy buena relación.

 

¿Y un compañero que le haya inspirado?
Tanto Jordi [Bargalló] como Yupi [Josep Lamas] fueron dos grandes compañeros que me enseñaron todo lo que sé a día de hoy y los valores en un vestuario.

 

Dicen que es muy maniático.
No empiezo a entrenar o jugar sin hacer mis estiramientos, una rutina de prevención que me sienta bastante bien desde hace años. Siempre me empiezo a vestir por el mismo lado y tengo que entrar con el pie derecho en la pista. Hay más, está todo muy marcado. 

César Carballeira: "No hay mejor lugar en el mundo para jugar al hockey que A Coruña"

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