Era el 18 de enero de 2014. Hace ya casi once años. Una fecha cualquiera. Salvo para César Carballeira. Porque fue el día en el que, un mes antes de cumplir la mayoría de edad, se hizo adulto en la pista al marcar su primer gol con el Liceo. Y fue precisamente contra el Valongo, el rival al que este jueves se vuelve a enfrentar, y también en una noche de Champions, aunque en este caso en el Palacio de los Deportes de Riazor. Ha pasado mucho desde entonces, una década, 157 goles más y cuatro títulos por el medio, pasando de ser el canterano que se quería abrir paso a estar consolidado no solo en el equipo como segundo capitán sino a nivel internacional como uno de los mejores en su puesto. Pero la leyenda se empezó a escribir ahí.

Es uno de lo dos únicos precedentes entre el Liceo y el Valongo, ambos en la Liga Europea de la temporada 2013-14, en la que coincidieron en el grupo D. En la tercera jornada hubo empate entre ambos en Valongo, 2-2, con doblete de Toni Pérez para los verdiblancos y tantos de Azevedo y Magalhães (que después pasaría por el Liceo) para los lusos en un duelo de porteros entre Girão y Malián. Solo un mes después, en la vuelta, el conjunto entonces dirigido por Carlos Gil fue muy superior en A Coruña al imponerse por un claro 8-3, una victoria impulsada por los cinco goles de Lucas Ordóñez y apoyados por los de Josep Lamas, Juan José López y el de Carballeira.

Ese mismo año el Liceo ganaría al Porto en la ida de cuartos (3-4, aunque fue eliminado en el partido de vuelta), y al siguiente se impondría al Juventude de Viana (3-5) en la fase de grupos en la que fue su última victoria de sus 35 visitas a Portugal, con 11 en total por cuatro empates y 19 derrotas, una de ellas sin ni siquiera llegar a disputar el partido. Fue en 2011, cuando se negó a jugar la Supercopa de Europa contra el Benfica al entender que esta no tenía lugar en territorio neutral como estipulaban las bases.