España vuelve a la cima mundial. Siete años después recupera el trono del hockey patines tras doblegar a Argentina en la final de los World Skate Games de Novara por 1-2. El inicio arrollador del equipo español, con gol del coruñés César Carballeira a los treinta segundos y de Pau Bargalló dos minutos después, fue clave. La defensora del título reaccionó pero Carles Grau cerró su portería para hacer

Segundo título para Ignacio Alabart, que ya estaba en aquella final de 2017 en Nanjing. El primero para el liceísta Carballeira.El tercero para el hockey coruñés, que se va de Italia como parte fundamental del triplete de la sub-19, con Jacobo Copa, de la femenina, con María Sanjurjo, y de la masculina, con el del Barça y el del Liceo. Un gol coruñés, además, en cada final. Histórico.

Hace dos años, en los World Skate Games de San Juan en los que fue Argentina la que firmó el triplete en casa, España se iba con la cabeza gacha y con la sensación de tener que hacer un replanteamiento. Bronce en la sub-19 (con Bruno Saavedra); plata para la femenina y decepcionante quinto puesto de la masculina. El técnico Guillem Cabestany se despide de su etapa en la selección recuperando el estatus y sumando el decimoctavo Mundial para España.

Treinta segundos

España se quitó la presión de las semifinales. Si contra Portugal empezó al ralentí, despacio, midiendo sus esfuerzos y los riesgos, frente a Argentina no hubo tiempo para las contemplaciones. Pasado el examen de los penaltis ante los lusos, en la final era el momento de poner todo lo que le quedaba sobre la pista. Hacía siete años que no disputaba una a nivel mundial (sí lleva tres títulos continentales seguidos) y tenían que notarse sus ganas.

La consecuencia de este planteamiento atrevido, agresivo, fue un inicio arrollador. No tardó ni treinta segundos en adelantarse en el marcador. César Carballeira se encargó de ello. El coruñés pasó por detrás de la portería hacia el segundo palo, pero a mitad de camino cambió de dirección y regresó al primero desde donde pilló infraganti a Conti Acevedo para batirle por bajo.

Argentina se estaba viendo desbordada por la intensidad española. Pau Bargalló protagonizó la siguiente. Le salieron dos jugadores albicelestes a la presión de la salida bola. Pero por potencia se fue de los dos para escaparse por la banda izquierda y, escorado, conectar un disparo cruzado que entró por la escuadra del meta argentino del Barcelos.

La superioridad del equipo español iba más allá del marcador. En semifinales los de Cabestany también empezaron perdieron por dos goles y remontaron en apenas dos minutos. Pero Argentina estaba mucho más tocada. La selección acumuló ocasiones para ampliar su ventaja. Carballeira en un remate en el que se hizo daño en la mano y pidió el cambio. Aragonés solo delante del portero. Dos contras de Marc Grau. Perdonó demasiado.

Argentina despierta antes del descanso

La vigente campeona empezó a despertar en el minuto 17. Mena mandó una bola al palo. Carles Grau le hizo un paradó a Facu Navarro. Cuando se entró en el último minuto antes del descanso, Lucas Ordóñez hizo de las suyas tras una pérd. Es un demonio en el área el ex del Liceo y del Barça. Remató y atajó Grau. A la segunda, en el rechace, ya no perdonó más. Es letal. Un gol de los que se llaman psicológicos. Argentina se metía en la final.

A España también le hizo daño. Instintivamente dio un paso atrás. Los argentinos también intentaban calentar el partido. Mucho contacto. Siempre al suelo. Se intercambiaron los papeles. Eran la selección sudamericana la que encerró a la española, que se dedicaba a achicar bolas, prácticamente sacándoselas de encima. Carles Grau se erigió en el héroe nacional. No hubo manera de batirle. Y España lo iba intentando a la contra, con opciones para Aragonés, Grau, Carballeira y Bargalló, al que le frenó el palo.

Los últimos cinco minutos fueron un frontón argentino, con las dos selecciones con la soga al cuello de las faltas, con nueve para cada bando. Cabestany prácticamente hacía cambios de balonmano con los dos coruñeses. Carballeira para defender. Alabart para atacar. El ejercicio de resistencia llegó a término y no se alteró ni cuando Argentina lo intentó con cinco.