Golpe encima de la mesa del Básquet Coruña. Victoria aplastante en la cancha del colista (81-98). Y en el primer partido completo sin Gus Lima. Se crece ante la adversidad el equipo de Diego Epifanio. Se hunde a cada golpe el Bàsquet Girona. Fontajau estalla. Pasa de la pitada a un silencio sepulcral y otra vez a los abucheos en un segundo cuarto lapidario (9-34). La dejadez del equipo catalán no le resta mérito al plan de partido y la ejecución del Leyma. Sale casi todo. Y eleva a cuatro el número de victorias en la ACB, dos fuera de casa. El triunfo vale doble en un duelo directo, con la palabra permanencia en todos los titulares. Respira el equipo coruñés en la despedida de la directiva que le ha llevado a la élite. Se va con los deberes hechos. El nuevo Consejo se encontrará el martes unos sólidos cimientos. En Girona ya no está Fotis Katsikaris, destituido nada más acabar el partido.
Cimentó el Básquet Coruña su éxito en Girona con una atrevida propuesta y la mejor noche anotadora de Brandon Taylor en la ACB. El base californiano no tiene el aura de Trey Thompkins o la experiencia de Phil Scrubb, que por cierto acabó lesionado, pero es la estrella indiscutible de este equipo. Así lo atestiguan sus 23 puntos (5 de 5 en triples) y 6 asistencias. Acabó con 31 de valoración. Ojalá se quedé en A Coruña hasta el final de la temporada.
El entrenador burgalés removió su habitual quinteto inicial con dos cambios, uno de ellos forzado por la baja de Lima. Apostó de salida por Atou Diagne, aunque jugó menos minutos que Goran Huskic. Los dos pívots suplieron a la perfección la ausencia del brasileño. Rayaron la perfección, cada uno en su estilo: el sengalés (13 puntos y 6 rebotes) con intimidación en defensa y volando por encima del aro en ataque, el serbio (12 tantos, 11 capturas y 4 asistencias) con un clínic en los postes, como anotador o generador.
'Small-ball' de salida
El otro relevo en el cinco inicial fue una sorpresa: Epi sentó a Beqa Burjanadze y le dio la alternativa a LJ Figueroa, juntando a cuatro ‘bajitos’ alrededor de Diagne. Funcionó el small-ball principalmente por la energía que aportan el senegalés, el dominicano y Olle Lundqvist, uno de esos jugadores ‘pegamento’, la amalgama que necesita cualquier equipo de élite, y que además fue el segundo anotador con 16 puntos, su mejor actuaación en la ACB y su tope de minutos (29), síntoma de su satisfactoria recuperación.
Tras un vertiginoso intercambio de canastas, el Leyma ganó sus primeras ventajas con un 0-9 atacando el aro y con posesiones cortas. A los tres minutos salió Atou. Entró Huskic para elevar el parcial hasta un 3-17 y fijar la máxima ventaja visitante (10-21). Fjellerup dio aire fresco y acercó al Girona al final del primer cuarto (16-23) con un dato poderosamente llamativo: en la era del triple, el Leyma se marchó al primer descanso con 0 de 3 desde la línea de 6,75 metros, pero 10 de 13 en tiros de dos.
Arrancó el segundo cuarto el Básquet Coruña sin un ‘cinco’ puro sobre el parqué, con Thompkins y Burjanadze –sus primeros minutos– en el juego interior. El estadounidense clavó el primer triple visitante para marcar la máxima renta (18-30), punto de inflexión en el partido, de no retorno para un Girona totalmente superado.
Si algo tiene el Básquet Coruña son buenos pasadores. Aprovecharon su inteligencia sobre la cancha los Thompkins, Jakovics, Lundqvist, Huskic y, por supuesto, Taylor para machacar al rival, que llegó tarde siempre al último pase. Con bloqueos directos y continuaciones del pívot –Diagne completó tres alley-oops en la primera mitad– o con jugadas para el tirador liberado se marchó el Leyma con otro parcial que agotó los tiempos muertos de Fotis Katsikaris (21-35).
Podía ser peor: no surtió efecto la bronca del veterano técnico griego. Y empezaron a entrar los triples: 6 de 7 en el segundo cuarto, tres de Taylor, que se marchó con 18 puntos al descanso. El aluvión naranja en el segundo cuarto se resume en un parcial implacable (0-22) que llevó el marcador hasta un irremontable 25-57. De la pitada al funeral, Fontajau se entregó rápido, como su equipo. Tres datos explican la paliza en veinte minutos: la circulación de balón (13 asistencias), un acierto sublime en el lanzamiento (18 de 25 en tiros de dos y 6 de 10 en triples) y la diferencia en el rebote (9-24).
Pataleta
El Girona se revolvió tras el descanso, ganó los dos últimos parciales y maquilló el marcador final, pero nunca puso en duda la victoria del Básquet Coruña. Epi administró a sus jugadores y paró el partido dos veces en el tercer cuarto para llamar la atención y evitar la relajación.
El Leyma más dominante se quedó a una canasta de otra centena en la ACB, una anécdota en una victoria clave en la carrera de fondo por la permanencia en la élite. El incendio de Fontajau, que acaba con la destitución de Katsikaris, es un alivio en A Coruña, que ya espera a su equipo. Aguardan tres partidos consecutivos en el Coliseum: Joventut (22 de diciembre), Bilbao (28 de diciembre), Valencia (5 de enero).
