Cuatro partidos, tres fuera de casa. Es la hoja de ruta del Leyma Básquet Coruña en su recta final hacia la ACB. Con dos victorias de margen sobre San Pablo Burgos, pero sin averaje a favor, necesita ganar tres para asegurarse el ascenso si no falla su principal rival. El primero será en el Pedro Ferrándiz de Alicante (20.45 horas, LaLiga+), ante un club contemporáneo –el coruñés nació en 1996 y el Lucentum dos años antes, aunque refundado en 2015– que ya sabe lo que es jugar en la élite –nueve temporadas en tres etapas desde el 2000 y hasta el 2012– y un equipo que sacó hace varias semanas su billete para jugar los playoffs.
Después de encadenar dos derrotas, contra Gipuzkoa en el Palacio de Riazor y como visitante en Fuenlabrada, el Leyma ha sumado cinco consecutivas en 21 días: Cáceres, Menorca, Ourense –la única lejos de A Coruña–, Tizona y Valladolid. La racha, en el mejor momento, unida a los tropiezos de sus perseguidores, ha multiplicado las opciones de ascenso
No quiere hablar todavía de la palabra mágica Diego Epifanio. El técnico, con dos ascensos a la ACB en su historial, pone el foco en Alicante, en el partido a partido que puso de moda el Cholo Simeone. Aunque suena a manido tópico, es la única manera de no perder la concentración y rebajar la euforia que crece en torno a un equipo llamado a hacer historia para la ciudad.
Y en el Pedro Ferrándiz se va a encontrar el Leyma un equipo dolido por su última derrota en Lleida (91-77): “Nuestro primer objetivo es limpiar la mierda de partido que hicimos el otro día”, proclama Antonio Pérez Caínzos, viejo conocido para la afición naranja.
Ferrolano de 49 años, empezó su carrera profesional como entrenador en el CB Coruña, desde las categorías inferiores hasta el banquillo del primer equipo, donde ejerció de jefe siete temporadas, con tres ascensos, a LEB Plata en 2004, a Bronce en 2007 y, de nuevo, a Plata en 2008. “Es un club que amo, el que me dio la oportunidad de ser entrenador, y tengo amigos personales con los que hablo toda la semana. Se merece estar en esa posición que les pone el baloncesto. Es el favorito absoluto”, declara.
El equipo de Pérez Caínzos es el tercero que menos puntos encaja por partido (76.1), sólo mejorado por Lleida y Menorca y es líder en el apartado de recuperaciones (8.4 por encuentro), síntomas de un equipo incómodo en defensa, muy físico y atento a las líneas de pase. Ya lo fue en la primera vuelta, allá por la jornada 2, el 15 de octubre, con una victoria ajustada (79-74).
El alero estadounidense Bradley Davison (18.5 puntos, con un 42.8% en los triples, y 1.5 robos de balón por partido), el escolta islandés Jon Gudmunsson (12.4 tantos, 4.2 asistencias y 1.5 recuperaciones) y el base Tyler Harris (9.4 desde el banquillo), también estadounidense, los tres en su primera temporada en España, son sus principales armas en el juego exterior.
El ala-pívot búlgaro Konstantin Kostadinov (9.5 y 4.1 rebotes), que ya ascendió el pasado año con Palencia, y el pívot senegalés Mus Barro (10.4 y 4.5 capturas), que volvió en 2023 a la LEB Oro tras una breve experiencia en Venezuela, amenazan por dentro.
Son los argumentos del Lucentum, un rival que puede ser juez de la liga –la próxima semana recibe a San Pablo–, una motivación más. “Ojo a la fiesta, que te la quitan de los fuciños”, ya lo decía Arsenio. Y Epi nos lo recordó a todos después de la victoria contra Tizona.