El entrenador Rubén de la Barrera estuvo presente esta mañana en Abegondo, el lugar donde un día dirigió al Deportivo, para disfrutar como espectador del partido del Fabril contra el Numancia (0-2). El técnico coruñés, actualmente sin equipo tras su destitución en el Vizela portugués el pasado diciembre de 2024, aprovechó su tiempo libre para acercarse a la Ciudad Deportiva y seguir de cerca al filial blanquiazul, un gesto que refleja su arraigo hacia el club.
De la Barrera dirigió al Deportivo en dos etapas diferentes y, aunque su paso por el banquillo blanquiazul no tuvo el desenlace soñado, su vinculación con el equipo es innegable y se ha declarado deportivista en multitud de ocasiones. Su trayectoria le ha llevado a múltiples destinos, incluyendo su reciente experiencia como seleccionador de El Salvador, pero también protagonizó una de las noches más dolorosas de la historia reciente del Dépor. En 2022, al frente del Albacete, llevó al conjunto manchego a Segunda División con un ascenso logrado en Riazor, un golpe durísimo para el deportivismo.
La presencia de De la Barrera en Abegondo demuestra que no pierde el vínculo con sus raíces. Hoy, sin banquillo y con la incertidumbre de su próximo destino profesional, ha vuelto a donde todo empezó. En Abegondo dejó a un lado su rol de entrenador y se le vio como lo que siempre ha sido: un coruñés y un deportivista más.