"Feliz por mi debut, pero sobre todo por los tres puntos! Gloria a Dios por todo. Vamos Dépor”, decía una reciente publicación en su Instagram Helton Leite, uno de los nuevos fichajes del cuadro blanquiazul, que debutó con victoria y sin encajar ante el Racing de Ferrol.
Al final de la contienda se podía ver como el arquero, de rodillas en su área y con los brazos extendidos, dedicaba unos minutos a rezar antes de reunirse con sus compañeros.
Es hijo del mítico arquero João Leite, fundador en los años 80 del movimiento ‘Atletas de Cristo’, junto al ex del Celta Baltazar, ‘Artilheiro de Deus’ (delantero de Dios) y la olímpica de Eliana Aleixo, capitana de la selección brasileña de voleibol, su esposa y madre de Helton. “Los ‘Atletas de Cristo’ es un movimiento que comenzó hace mucho tiempo y continúa expandiéndose por todo el mundo, prosigue y está en 70 países”, comentaba João en una entrevista en museudapelada.com.
Futbolistas tan famosos como el exblanquiazul Donato, Kaká Lúcio o Zé Roberto, entre otros, se confiesan fieles seguidores del mismo. Más que un movimiento religioso, ‘Atletas de Cristo’ es una asociación espiritual.
João Leite, apodado el ‘Goleiro de Deus’ (portero de Dios), exdiputado estatal de Minas Gerais y actualmente consejero de MTC, rememora el porqué de ese célebre apellido.
“Fue un sueño que Dios puso en mi corazón, cuando entregué mi vida a Jesús a los 21 años. Sentí que era una llamada de Dios en mi vida y regalé biblias a mis compañeros para que conocieran un poco de la palabra del Señor”, comenta João. Para dejar constancia de esa comunión entre ambos puso en su camiseta de juego “Jesús te salva”, emulando las palabras del expiloto Alex Dias Ribeiro. Este, que había tenido como discípulo a Ayrton Senna, había estampado esa frase en su coche de Fórmula 1.
No obstante, la frase de Leite en su elástica fue prohibida por la Confederación Brasileña de Deportes (CBD). Cuando un periodista le preguntó a Leite que iba a hacer debido a esa restricción se mostró tajante: “¡Pueden prohibir a Jesús en mi camisa, pero nunca me prohibirían tener a Jesús en mi corazón!”. A partir de ese momento reconoce que comenzó a distribuir biblias en el campo entre sus oponentes. Una costumbre que llevó incluso a Argelia, país donde el Islam es la religión predominante.
Además de formar parte de este movimiento, está el legado deportivo de Leite con el Atlético Mineiro durante los 17 años en los que defendió su camiseta. En su etapa como portero se alzó con once títulos estatales, además de dos subcampeonatos nacionales. Defendió los colores de Brasil en eliminatorias mundialistas, con un total de seis partidos oficiales con la misma.
Se retiró en el año 1992 sin los triunfos que le hubiera gustado conseguir, pero siempre decía que su sueño era que su hijo pudiera llegar lejos y añadir títulos a las vitrinas de los Leite. “Quiero que él tenga la doble bendición de todo lo que yo he tenido en mi carrera, que sea mucho mejor. Que sea campeón de Brasil, cosa que yo no fui. Que sea campeón de la Libertadores, que yo no lo logré. Que compita en un Mundial con la selección brasileña, lo cual es un honor para cualquier deportista. Lo queremos todo. Pero la que era más famosa en nuestra casa era mi esposa”, comentaba João en una entrevista concedida a globo.com. Y es que la carrera de Helton podría haber ido por otros derroteros, los del voleibol, el deporte que practicaba su madre.
Con unos padres deportistas profesionales, João en fútbol y Eliana, capitana de la selección brasileña de voleibol, era muy difícil que Helton no acabase compitiendo en una de estas disciplinas.
Y curiosamente, fue en el voleibol en uno en el que destacaba. “Estaba entusiasmado con él en el voleibol. Fui a ver uno de sus partidos y vi que jugaba bien. Pensé mucho en su madre, que era una gran jugadora, con muchos años en la selección brasileña”, admite su padre, que recuerda que aún así Helton tomó su decisión: “Se reunió con nosotros y dijo que quería jugar al fútbol”.Una determinación en la que no influyo su progenitor, según admitía en la citada entrevista el propio Helton.
Con 14 años formaba parte de las categorías inferiores del Atlético Mineiro y era entonces cuando decidía su camino. “No me decanté por el fútbol por mi padre. Vi que no era lo mío (el voleibol), aunque me gustaba. Llegó un momento en el que tuve que elegir entre uno de los dos. Cuando era más joven entrenaba al fútbol tres días a la semana. Cuando subí de categoría ya era todos los días. No había posibilidad de entrenar toda la semana a alta intensidad en ambos deportes y me decidí por el fútbol”, expone.
Y el fútbol le llevó desde su Brasil natal por el America Futebol Clube, Goiás Esporte Clube y Grêmio, para posteriormente dar el salto al fútbol profesional de la mano del Boa EC, Corinthians Paranaense, Ipatinga FC, Betim EC, Criciúma EC, Botafogo y Sao Caetano. De ahí a Portugal con el Boavista, donde sus números llamaban la atención del Benfica, que lo fichaba en la 2020-21. Tras cursos con menor protagonismo del esperado se iba al Antalyaspor turco en enero de 2023, su penúltimo destino antes de recalar en el Deportivo.
Después de ser suplente los dos primeros partidos, asumió la titularidad en la tercera jornada, manteniendo su arco inmaculado en la victoria ante el Huesca en Riazor. Imágenes para el recuerdo su visera en el segundo acto, cuando el sol le daba de cara y su momento de introspección mientras rezaba. Al igual que su padre, la fe está muy presente en su vida. Como creyente es ahora la hinchada blanquiazul en sus prestaciones bajo palos.