Una formación como la deportivista, que en su historia reciente nunca se ha distinguido por poseer en sus filas a ‘perros de presa’, ha recibido ya seis tarjetas amarillas en las tres primeras jornadas de Liga.

Un dato sintomático que evidencia que el trato recibido por los colegiados no siempre es el correspondiente a un equipo de corte limpio, que en la mayoría de las ocasiones trata muy bien el balón y que no se encuentra cómodo en el barro ni mucho menos en las acciones al filo del reglamento.
 

La muestra fehaciente de que el Deportivo recibe más castigo por parte de los colegiados que la gravedad en sí de sus acciones defensivas —tampoco sobresale por sus protestas— radica en que el jugador más amonestado del presente curso en la escuadra de Riazor es Mario Soriano, un futbolista muy fino que no se excede en su exigencia defensiva.
 

En el partido de retorno al fútbol profesional, en Riazor frente al Oviedo, el Dépor vio tres cartulinas amarillas cuando apenas cometió 12 faltas, mientras que los visitantes incurrieron en 20. Pablo Martínez, José Ángel y Mario Soriano fueron los apercibidos.
 

Una semana más tarde, en El Alcoraz de Huesca, la escuadra dirigida por Imanol idiakez no se hizo acreedora a tarjeta amarilla alguna en un encuentro igualado y muy disputado, en el que los blanquiazules fueron doblegados en el tiempo añadido por 2-1 en una acción a balón parado.
 

El pasado fin de semana, en el derbi frente al Racing de Ferrol disputado en el estadio de Riazor, el Dépor cosechó tres tarjetas amarillas por parte del árbitro manchego Arcediano Monescillo.
 

En la cita de rivalidad provincial los señalados por el citado trencilla fueron Mario Soriano, Ximo Navarro y Rafael Obrador, todos ellos por cortar avances prometedores del adversario pero en ningún caso sobrepasándose en la fuerza de sus respectivas entradas.

‘Fair-play’

Tirando de las estadísticas de la Segunda División resulta muy sencillo determinar que el conjunto coruñés se caracteriza por la limpieza con la que habitualmente se emplea.
 

No en vano, los de Imanol Idiakez apenas han cometido 34 infracciones en el presente curso 24-25, lo que ofrece una media de 11,3 por encuentro.
 

Tan solo cuatro escuadras han sido penalizadas con menos faltas. Castellón (32), Burgos (26), Eldense (26) y Elche (25) son los únicos que mejoran los registros herculinos.
 

Unos guarismos que contrastan con las múltiples interrupciones en el juego a cargo de dos escuadras andaluzas que encabezan la lista de más faltas cometidas, Málaga (54) y Córdoba (53).

Promedio de cartulinas
 

El Deportivo ocupa la duodécima plaza en la clasificación de cartulinas amarillas vistas en relación al número de faltas realizadas.
 

Los blanquiazules son víctimas de la amonestación por cada 5,67 infracciones en las que han caído este ejercicio.
 

Como contrapunto cabe destacar que el Castellón recibe una amarilla por cada 16 interrupciones provocadas.
 

Además, el conjunto deportivista ha cometido nueve faltas menos de las que ha recibido, que lo sitúan en la decimosexta posición de este ranking. El Córdoba (+32) lo lidera. Lo cierra el Elche (-26).