Mario Soriano protagonizó un chispazo de luz que alumbró un partido oscuro y gris del Deportivo. Un golazo agónico que de alguna forma hace olvidar las dificultades mostradas por el conjunto blanquiazul ante la propuesta del Eibar. Joseba Etxeberria, consciente de la capacidad de Soriano para girarse, asociarse y distribuir, decidió plantear un marcaje casi individual en el centro del campo. Mada fue la sombra del madrileño, jugador del Eibar durante el pasado curso. Peru Nolaskoain se emparejó con Villares y Sergio Álvarez, con Lucas. Tres jugadores del Dépor casi anulados en salida de balón. Una idea sencilla pero bien ejecutada que solo Soriano, uno de los deportivistas más oprimidos durante el encuentro, fue capaz de romper con una genialidad en el tiempo añadido.
El planteamiento armero invitó al equipo coruñés a saltarse la medular. Y el Dépor picó. El juego directo apenas dio rédito a pesar de las aisladas cabalgadas de Mella, que no estuvo fino en los últimos metros. Tampoco se atrevió Dani Barcia a exhibir su conducción para superar líneas e incluso fue Pablo Vázquez quien se animó a avanzar metros para darle aire a un Dépor asfixiado en la sala de maquinas.
A Soriano se le juntó su proceso de adaptación al doble pivote, en el que todavía sigue, y la presión del Eibar. El ex del Atlético tocó el balón en 60 ocasiones, una cifra considerablemente menor que en otros partidos como doble pivote en los que superó los 80 toques. Le tocó hacer un ejercicio de paciencia. “Desde el primer momento, en el medio nos han igualado con los tres mediocentros a Lucas, a Villares y a mí, y era una situación incómoda para nosotros, que teníamos que movernos para encontrar a esa gente de la última línea”, explica el propio Soriano sobre el planteamiento armero.
Óscar Gilsanz también reconoce que el Dépor no tuvo “continuidad en el juego”. “Nos faltó calma. Tuvimos situaciones de profundidad con Mella y Obrador. Hubo momentos que nos faltó fútbol en la segunda parte y nos sobró corazón. El equipo se mantuvo firme aunque a veces nos faltó continuidad en el juego. Tuvimos dos ocasiones casi seguidas y luego en los últimos quince fue más de ida y vuelta y llegaron las situaciones de balón parado que acabaron en el gol”, resume Gilsanz.
El cuarto árbitro ya había anunciado los cuatro minutos de añadido cuando el Dépor dispuso de su séptimo y último córner del partido. Lucas sacó en corto, Yeremay vio solo a Mario Soriano y el madrileño aportó la luz que le faltó al Dépor con un fogonazo de calidad: veloz control orientado y golpeo potente directo a la escuadra. Imparable.
“Cuando se gana con un gol en el 90 los análisis empiezan con el gol, es un subidón, este equipo lo necesitaba. Trabaja mucho y tiene una fuerza colectiva grande y fue bueno para sacar esa adrenalina”, afirma Gilsanz sobre el momento de euforia de Riazor con el tanto de Soriano en una jugada ensayada: “Son acciones que se hablan y trabajan pero muchas veces los jugadores son los que eligen el momento. Lo hacen con frialdad y acierto. Ellos eligen que en el 91 saquemos en corto y llevemos el balón a la frontal para Mario. Es mérito de los jugadores”.
Sobre la acción del gol, Soriano confiesa que tenía el pálpito de ver portería contra el Eibar. “El otro día, durante el entrenamiento, tiramos muchísimos tiros y estuve con unas sensaciones muy buenas. Antes de empezar, a mis familiares y amigos les dije que hoy tenía la sensación de que iba a meter un gol. Peke me la ha dado y en cuanto le he pegado, sabía que iba a gol”, destaca el mediocampista, que espera que el triunfo y su tanto sirvan para dar “un paso hacia delante a la hora de llegar al área”.
El gol echó por tierra el gran trabajo defensivo del Eibar. Su entrenador Joseba Etxeberria hace autocrítica sobre la jugada del 1-0 y también elogia la calidad de su antiguo pupilo. “Hubo las dos cosas (desajuste del Eibar y buen gol de Soriano). Metió un golazo pero pudimos hacer más”.
Soriano continúa en el proceso de reconversión a la medular. Alma de mediapunta en la posición de un pivote. Sus tareas y funciones son diferentes a las que mostró en su anterior etapa en el Dépor y el pasado curso en el Eibar, pero el ‘21’ sigue empeñado en completar su adaptación por el bien del equipo. “Tengo esa mente de mediapunta o de jugador de ataque, me gusta llegar al área, y sé que de ‘8’ es más difícil porque tengo que estar más pendiente de la gente que se queda descolgada, pero sí que es verdad que me gusta. Y Villares también tiene esa idea, pero ahora su rol es quedarse más atrás. Siempre que pueda, quiero llegar al área porque tengo la intención de hacer números”, aclara Soriano.
Por su parte, Joseba Etxeberria tiene claro que, sea en la posición que sea, ve a su exjugador como “un centrocampista con una calidad de otra categoría”: “Lo hemos sufrido hoy (por ayer) y lo disfrutamos la temporada pasada”.
Óscar Gilsanz, que sumó su segunda victoria como entrenador del primer equipo en su estreno en Riazor, asegura que no fue un encuentro más para él. “Fue especial para mí y mi familia, pero el club está por encima y hay que poner el foco en el equipo”, apunta el técnico betanceiro, que desvela que Mella pidió el cambio por una “molestia en el gemelo” y destaca la gran actuación de Helton: “Ocupa mucha portería, es ágil a pesar de su envergadura y está aportando mucho”.
Por otro lado, Pablo Vázquez también admite que el Deportivo pasó dificultades ante un buen Eibar y alaba la actuación tanto de Soriano como del meta brasileño. “Hemos sufrido todas las fases de un partido, un Dépor controlador por momentos, que se ha tenido que meter atrás por momentos y que ha sufrido. Nos hemos adaptado a todas las fases y la diferencia es que Mario Soriano ha metido un señor gol y Helton, la que han tenido ellos por la escuadra, la ha parado”, subraya el central de Gandía, que agradece al club “el gran detalle de la camiseta” con el mensaje de “Força València”: “Es un club señor”.
Asimismo, Pablo Vázquez considera que “esta victoria nos viene bien y nos permite creer en lo que estamos haciendo, con los pequeños matices con el nuevo míster”. Gilsanz lleva un pleno de puntos desde su llegada. Seis de seis en las dos últimas jornadas. Aun así, Pablo Vázquez cree que el Dépor tiene “menos puntos” de los merecidos. “Nos da un poquito de aire porque los resultados son los que refuerzan el trabajo”.
El Deportivo ya piensa en el siguiente compromiso liguero contra el Almería el próximo domingo y lo hace con el refuerzo de una victoria contraintuituiva gracias a una genialidad de Mario Soriano.