Dani Barcia, canterano del Deportivo desde su primer año como benjamín, ha necesitado menos de dos semanas para cumplir uno de sus sueños como blanquiazul. En el video publicado por el club el pasado 13 de febrero, tras anunciarse su renovación hasta 2028 con opción a una temporada más, el joven central expresaba un deseo con sencillez pero firmeza: “En cadetes fue la primera temporada que tuve el brazalete. A ver si lo puedo volver a llevar en un futuro”. Dicho y hecho. El pasado domingo, en el partido ante el Huesca disputado en Riazor, Barcia portó el brazalete de capitán del primer equipo por primera vez en un partido oficial.
El destino tejía su oportunidad en el minuto 89, cuando la salida del campo de Diego Villares y la ausencia de los otros dos capitanes oficiales, los centrales Pablo Martínez y Jaime Sánchez, le dejaron la responsabilidad de liderar al equipo en los minutos finales (uno del tiempo reglamentario y los cuatro extra de añadido). Apenas unos instantes, pero cargados de simbolismo para un jugador que ha forjado su camino con paciencia y dedicación. Con tan solo 22 años, Barcia sigue acumulando hitos en su carrera y, con su progresión ascendente y el respaldo del club, esta primera vez con el brazalete no parece que será la última.
Sin embargo, su historia como capitán no comenzó exactamente en la categoría cadete, como inicialmente recordó. Su liderazgo se gestó desde los primeros pasos en el club. En benjamines y alevines ya portó en numerosas ocasiones el brazalete como parte de un sistema rotatorio de capitanes. Fue en el Infantil B cuando su nombre quedó fijado como uno de los tres capitanes, junto a Jairo Noriega y Álvaro Carreras, un detalle que él mismo pasó por alto. En el Infantil A, sin embargo, cedió ese rol y posteriormente recuperó el brazalete en cadetes, momento que evocaba en el mencionado video con una sucesión de imágenes que narran su pasión blanquiazul desde la cuna: “Desde pequeñito, de recién nacido, ya era del Dépor. En esta foto me veis con el carné de socio amigo”.
Con un sentimiento heredado hacia el club herculino, Barcia fue superando etapas hasta convertirse en pieza clave del equipo que se proclamó campeón de España en la categoría juvenil en 2021. En aquel conjunto dirigido por Óscar Gilsanz compartía capitanía con Mario Domínguez y Fito Rodríguez. Su liderazgo se extendió también al Fabril, donde volvió a estar bajo las órdenes del betanceiro, antes de dar el salto definitivo al primer equipo en la temporada 2023-24.
Tras un primer año con oportunidades limitadas bajo el mando de Imanol Idiakez, su protagonismo ha crecido de manera exponencial. Desde la sexta jornada de la presente campaña, cuando hizo su debut en el fútbol profesional ante el Burgos, el canterano ha exhibido una madurez impropia de un novato, mostrando solidez en cada duelo y seguridad con el balón. Su progresión solo se vio interrumpida por una lesión en el recto de la pierna derecha, que lo apartó del once. Con Gilsanz en el banquillo y ya recuperado, está protagonizando una intensa pugna con Pablo Martínez por el puesto de central zurdo. Su regreso como titular ante el Huesca supuso su duodécimo partido de la temporada, todos ellos desde el inicio, reafirmando su evolución. Además de la limpia salida de balón de la que ha hecho gala desde categorías inferiores, el defensa ha ido ganando enteros en aspectos como la agresividad, la contundencia y la concentración.
La confianza por parte del club y de Gilsanz en Barcia quedó reflejada en el hecho de que, ante el Huesca, portó el brazalete en presencia de jugadores de dilatada experiencia que todavía estaban sobre el terreno de juego, como Pablo Vázquez y Ximo Navarro, indiscutibles en el club desde la 2023-24, cuando Barcia se convirtió en futbolista del primer equipo.
Su madera de capitán no pasa desapercibida. Dotado de una serenidad casi impasible, combina su pachorra natural con una seguridad en sí mismo que le permite afrontar cualquier desafío con firmeza. Además, su compromiso con el Deportivo es inquebrantable. Declinó la opción de salir cedido cuando dio el salto al primer equipo y cada vez que tiene oportunidad expresa su deseo de continuar en el Deportivo y triunfar en el club de su vida. En noviembre, antes de concretar su renovación, se mostraba “tranquilo” y ya dejaba clara su hoja de ruta: “Seguir aquí e intentar llevar al Deportivo a Primera”.
Barcia no solo cree en sí mismo, sino también en la cantera como cimiento del futuro del club. En su comparecencia tras la renovación, se mostró convencido de que Abegondo puede ser la base de un Deportivo en la élite: “Hay equipos en Primera División, como el Valencia o el Celta, en los que casi todos son jugadores de cantera. Creo que tarde o temprano vamos a llegar allí y, si esa es la base, creo que se puede competir perfectamente en Primera División”.
Perteneciente a la generación dorada de 2003, Barcia ha compartido vestuario con jugadores como Álvaro Carreras, Hugo Novoa, Trilli, Noel López, Jairo Noriega y Brais Suárez. Este último, actualmente cedido en el Calahorra, no dudó en elogiar a su compañero de toda la vida en una reciente entrevista a DXT Campeón: “Lo conozco desde que llegué al Deportivo, al Benjamín B. Es el mejor central que he tenido en mi vida. Con la responsabilidad que tiene la posición de central, en cuanto se ha notado cómodo, se ha visto el potencial que tiene y ha demostrado que puede jugar ahí”, comentó el portero, que de Barcia se queda con “esa seguridad y confianza en sí mismo” que le hace ser idóneo para el papel de capitán.
Por su parte, Mario Nájera, excompañero de Barcia en la cantera y cedido actualmente en la UD Logroñés, también ensalzó la trayectoria del defensa: “El Dépor tiene central para muchos años. Categoría en la que ha jugado, categoría que ha dominado, así que sabía que se iba a adaptar rápido. Siempre ha tenido esa altura y fuerza y ha sido un central rápido y con muy buen manejo de balón, pero ahora le noto con mucho más carisma, que se lo cree, se le ve más empoderado. Ahora duda menos, está más confiado y eso le hace ir a los duelos y disputas con más confianza”.
El empoderamiento de Barcia es real. Su primera vez como capitán del Dépor en partido oficial es solo un peldaño más en su ascensión. Tras la salida de Lucas, otro coruñés asoma como líder natural. Con el permiso de Villares, Pablo Martínez y Jaime, el brazalete que lució en Riazor bien podría convertirse en su segunda piel en el futuro.