La derrota ante el Eldense y el empate contra el Huesca han vuelto a despertar viejos fantasmas en el deportivismo. Aunque no todavía en situación de alarma, ni mucho menos, la amenaza del descenso o al menos la angustia de otro final de temporada sufriendo por abajo aparece como un nubarrón que debería disiparse si uno para a mirarse con frialdad los números del Deportivo de GIlsanz.
Es en semanas como esta, en la que la clasificación arroja dudas sobre el futuro inmediato del equipo blanquiazul, cuando conviene acudir al rendimiento del técnico de Betanzos desde que se sentó en el banquillo de Riazor. El punto del domingo fue el 26 de un total de 48 en juego. Más del 54 por ciento del botín o, lo que es lo mismo, una proyección a temporada completa que se iría hasta los 68 puntos.
En sus 16 partidos como responsable del primer equipo, Gilsanz ha convertido al Dépor en un bloque sólido y más que fiable que solo ha sufrido cuatro derrotas. Si mantiene su ritmo actual de puntos hasta final de campaña, el conjunto herculino sobrepasaría la barrera de los 58 que aseguran la salvación sin ningún género de dudas.
Garantía
El premio mayor viene si hacemos una extrapolación a lo que el preparador deportivista estaría en disposición de conseguir en 42 encuentros. Porque echando la vista atrás desde que Segunda adoptó el formato de playoff de ascenso, esos 68 puntos aparecen prácticamente como una garantía de pelear las eliminatorias para subir a Primera.
Este modelo que tanta fama le ha dado a la categoría de plata cumple en la 2024-25 su 15ª campaña. En las 14 anteriores, solo un sexto clasificado, último escalón que da derecho a pasar al todo o nada de junio, terminó el campeonato con un puntaje más elevado. Fue en la temporada 2011-12. El ritmo endiablado de Deportivo, que todavía hoy tiene en su poder el récord de puntos en una sola Liga (91), Celta y Valladolid tiró del resto del pelotón para dar lugar al playoff más caro de los últimos 15 años. El Córdoba se metió con 71. El Almería, séptimo, se quedó fuera con 70 puntos.
De hecho, pocos equipos han necesitado tanto para alcanzar esos puestos de privilegio. Únicamente otros dos participantes en el playoff presentaron una hoja de servicio del mismo nivel. Uno de ellos el propio Deportivo en 2019, el fatídico año de Mallorca. Es más, 68 puntos supondría haber acariciado el ascenso directo en la temporada 2019-20 y la 2013-14, en las que el Cádiz y, por supuesto, también el Deportivo, siempre relacionado con este tipo de excepciones, regresaron a la máxima categoría con 69 puntos.
A un punto
No es necesario, en todo caso, irse a las cuentas de fútbol ficción para encontrar datos que respalden la labor de Gilsanz. Tampoco imaginar lo que lo que podría hacer con una pretemporada completa y una plantilla en la que pudiera tener voz, voto, o ambas, desde el mercado de verano y no para poner retales sobre la marcha como ha sucedido en enero, cuando los refuerzos han llegado sobre la bocina. Salvo Eddahchouri, todos están necesitando un proceso de adaptación. Bien sea al club, bien sea a la categoría.
Y es que acudiendo de nuevo a la clasificación de la ‘Liga de Gilsanz’, el Deportivo estaría precisamente en esa misma situación: peleando por el playoff. En la tabla de estas 16 jornadas, el equipo blanquiazul es séptimo a un solo punto del Mirandés, equipo que cerraría la zona noble. Zona noble que encabezan Elche (32) y Oviedo (31), que también son líderes de la categoría en términos absolutos.
No es este un dato menor, ya que revela que el cuadro coruñés está siendo capaz de mantener el ritmo que marcan los equipos punteros de la competición. El único cambio entre los seis primeros sería entre el Racing y el Almería, que ahora mismo está fuera del reparto de billetes para pelear el ascenso, aunque a solo un punto.
Un rendimiento más que aceptable, sobre todo si se tiene en cuenta las facturas sin pagar que el betanceiro se encontró sobre la mesa cuando tomó las riendas del grupo a inicios de noviembre. Con Idiakez, el Dépor había cosechado 10 puntos en 12 jornadas, una proyección de 35 en una liga completa. Hoy el conjunto blanquiazul ya ha superado esa frontera y tiene 14 jornadas por delante Conviene no olvidar que el primer encuentro de Óscar Gilsanz, todavía como interino, fue jugándose no caer al último puesto en Cartagonova.
