Suspense para los aficionados blanquiazules para conseguir las entradas para el partido de este viernes en Albacete. Los valientes que acudieron al Carlos Belmonte, en el tercer viernes en el que el equipo coruñés juega en estas primeras siete jornadas, tuvieron que esperar por los billetes físicos.
No estaban las localidades para la afición visitante en las taquillas, que tenía que haber traído el Dépor, y tampoco las correspondientes a la Federación de Peñas, por lo que los aficionados tuvieron que esperar a que éstas llegaran. Una incomodidad de la que se quejaban algunos seguidores a este diario, pero que se subsanó y que luego les permitió ingresar en el campo blanquinegro.
Cerca de un centenar de aficionados del Deportivo se acercaron hasta el Carlos Belmonte para apoyar a los pupilos de Imanol Idiakez. La distancia y, sobre todo, el hecho de que el partido se celebrara en viernes, provocaron que no hubiera la afluencia de seguidores deportivistas de otras ocasiones. Pero aún así, la hinchada herculina nunca falla y, por supuesto, el conjunto blanquiazul no se vio solo en su aventura en tierras manchegas, donde el cuadro coruñés encadenó su quinto desplazamiento al Carlos Belmonte puntuando.
11.400 seguidores del Albacete comenzaron sonriendo, cuando Quiles batió a Helton a los tres minutos del encuentro. Pero la alegría local duró poco, apenas seis minutos, hasta que Mella inició la reacción deportivista.
A medida que cayeron los goles blanquiazules, se enturbió el ambiente en la afición local, que se mostró muy crítica con sus futbolistas y con el entrenador, Alberto González.
Uno de los jugadores sobre los que más se centraron las iras fue Juan Antonio Ros, a quien pitaron, debido a su fallo en el gol de Yeremay del 1-3.
A partir de ese momento, cada vez que el futbolista cartagenero tocaba la pelota, los silbidos eran constantes. De hecho, hubo aún más quejas cuando el técnico local decidió sentar a Jon García en el minuto 67 en lugar de enviar al banquillo a Ros.
El exdeportivista Alberto Quiles pidió perdón “por el mal partido” y reconoció que “no hemos estado del todo bien, no hay excusas”. El delantero destacó el potencial atacante del Dépor, que fue quien acabó dando una alegría a sus aficionados en el Carlos Belmonte.