El Deportivo afronta el tramo final del campeonato lastrado por diversos contratiempos físicos. La última baja, la de David Mella por una lesión muscular en el recto femoral, se suma a una lista que crece semana tras semana y alimenta la sensación de que la temporada se está haciendo demasiado larga para el conjunto coruñés. La exigencia de una categoría tan extensa como la Segunda División —que el club no disputaba desde hace años—, la acumulación de minutos en sus jugadores clave y la escasa rotación, ya sea por decisión técnica o por el bajo rendimiento del banquillo, han dibujado un escenario en el que buena parte del plantel llega con el depósito en reserva.
Por primera vez en cinco temporadas, el Deportivo ha encarado un calendario con 42 jornadas de Liga, sin contar la eventualidad del playoff. La estructura de la competición, con 22 equipos, impone desde el inicio un listón físico elevado, difícil de sostener sin una rotación efectiva.
La dirección deportiva apostó el pasado verano por una plantilla amplia, pero lo cierto es que el equipo ha descansado durante toda la campaña sobre un mismo núcleo de futbolistas. Los datos reflejan esa continuidad: Pablo Vázquez y Helton Leite ya superan los 3.000 minutos de juego, mientras que solo otros cinco jugadores rebasan los 2.000 —Mario Soriano, Yeremay, David Mella, Diego Villares y Ximo Navarro—. Una columna vertebral intocable.
Entre estos siete nombres concentran el 54,3% de los minutos disputados por el equipo en lo que va de curso. El dato es aún más elocuente si se comparan los once jugadores más utilizados con el resto: los once más habituales acaparan el 73,9% del total, mientras los otros 21 futbolistas que han participado en Liga apenas suman el 26,1% restante. El reparto de esfuerzos ha sido, cuanto menos, desigual.
Esta dependencia se refleja también en la gestión de los cambios. El Deportivo es el quinto equipo de Segunda que menos sustituciones ha realizado (165) y el que presenta el promedio más bajo de minutos por suplente: tan solo 14. Mirandés y Granada le siguen, con una media de 17 minutos, mientras que Oviedo y Racing de Ferrol lideran el otro extremo del espectro, con 24 minutos por suplente.
La escasa rotación responde, en parte, a una apuesta clara de los dos entrenadores que ha tenido el equipo blanquiazul. Tanto Imanol Idiakez como Óscar Gilsanz han cimentado su propuesta en un bloque de plena confianza. Helton, Ximo, Pablo Vázquez, Villares, Yeremay, Soriano y Mella han sido inamovibles. También Dani Barcia y José Ángel han contado con la confianza de los técnicos cuando las lesiones se lo han permitido. Solo algunas posiciones, como el lateral izquierdo, la delantera o el central zurdo han ofrecido una mínima apertura a la competencia.
Pero la falta de rotaciones no se explica únicamente por la fidelidad de los técnicos a su bloque. También tiene que ver con la escasa respuesta del banquillo. Pocos jugadores han logrado alterar su estatus y emerger desde un rol secundario hasta consolidarse como alternativa real. Así, resulta difícil precisar en qué medida la sobrecarga de minutos responde exclusivamente a decisiones técnicas o a la incapacidad del resto de la plantilla para ofrecer garantías.
Las razones pueden ser diversas y las interpretaciones, complejas, pero las consecuencias son nítidas: el Deportivo encara el último tramo del campeonato con varios lesionados que se han despedido de la temporada, muchos futbolistas visiblemente fatigados y algunos compitiendo con molestias, una situación frecuente en el fútbol profesional, pero que en este caso se agrava por la acumulación.
A las lesiones de carácter traumático, como la fractura de dos vértebras sufrida por Ximo Navarro o la luxación en el codo izquierdo de Sergio Escudero, se han sumado una serie de dolencias musculares que han mermado el potencial del Dépor en los últimos meses. David Mella, que ya venía mostrando signos de fatiga, sufrió una lesión en el recto femoral, similar a las padecidas por Dani Barcia y Juan Gauto, aunque en sus casos con afectación del tendón central. Rafa Obrador también ha estado de baja por un esguince de rodilla, del que ya parece recuperado. Mientras, jugadores fundamentales como José Ángel o Villares han tenido que seguir compitiendo pese a arrastrar molestias físicas en ciertos momentos del curso.
A falta de seis jornadas para el final de Segunda División, el desgaste acumulado es evidente. La temporada se le hace larga a un Deportivo que, más por necesidad que por convicción, ahora se está viendo obligado a rotar.