“Ayer fue un día muy triste cuando perdimos a Mikel y hoy decidimos salir a luchar en su honor”. Sólo un día después del abandono de Landa, su equipo, el Bahrain, le vengó con una gran victoria en el primer final en alto del Giro. La gloria fue para Gino Mäder, pero el reconocimiento también debe ser para Mohoric, todoterreno esloveno de gran cilindrada que mantuvo la fuga con vida y arropó a su compañero hasta la subida final hacia San Giacomo.
El suizo Mäder (24 años) remató a los otros dos supervivientes de la escapada, Mollema y Cataldo, veteranos con pedigrí, y aguantó el empuje de los favoritos cuando se desencadenó la batalla por la general. Por unos segundos pudo celebrar su primer gran triunfo como profesional, del que le privó en marzo Roglic cuando ya tocaba la meta en la séptima etapa de la París-Niza.
La hazaña de Mäder no es poca cosa en otro día de perros, con lluvia y mucho frío, por los Apeninos centrales. Entre la Forca di Gualdo, primer puerto de entidad en el Giro (10km al 7,4% de pendiente media), y la Forca di Presta, dos pasos que atraviesan los Montes Sibilinos y separan las regiones de Umbría y las Marcas, los granaderos de Ineos jugaron a ciclistas. Faltaban 65 kilómetros para la meta, pero Ganna no espera a nadie.
En un páramo desprotegido, golpeado por el fuerte viento y en ligera cuesta arriba, el campeón del mundo contrarreloj y primer líder del Giro rompió el pelotón en una suerte de abanico que pilló desprevenido a más de uno, aunque la única víctima fue De Marchi, que empezó el día preparado para defender la ‘maglia rosa’ y acabó resignado, a casi 25 minutos del ganador en la llegada.
La apuesta de Ineos lanzó la carrera irremediablemente. Bardet, Bettiol y Ciccone se la jugaron bajando. Olvidaron el plano valle que llevaba la carrera hasta Ascoli, a los pies de San Giacomo, un terreno propicio para Ganna y Mohoric, dos locomotoras. El trío nunca llegó a enlazar con la cabeza ni abrió hueco suficiente con el pelotón.
En la subida final (15,5km al 6,1%) aparecieron Castroviejo, hasta que pinchó, y Moscon, que no tenía su día. Quizá Ineos debiera reorganizar su treno. Tomaron el relevo los Deceuninck con Masnada y Almeida en su papel de gregarios. Y atacó Daniel Felipe Martínez, el plan B de los granaderos tras el abandono de Sivakov.
Y atacó Bernal una y dos veces. Le siguieron Evenepoel –el duelo está servido entre el belga y el colombiano–, Ciccone –en la forma de su vida– y Dan Martin. Fallaron Carthy, Vlasov y, otra vez, Simon Yates. Sólo perdieron unos segundos (17), pero las sensaciones no son las mejores.
El nuevo líder es Attila Valter, un joven húngaro que estuvo en la fuga de Sestola y aguanta en una general que va tomando forma. El primer español es Marc Soler (13º), de menos a más en San Giacomo.
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