Un soborno en un Dépor-Cartagena
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Un soborno en un Dépor-Cartagena

Un soborno en un Dépor-Cartagena
José Luis Montes, portero del Deportivo entre 1983 y 1986, durante un entrenamiento en Riazor | ARCHIVO EL IDEAL GALLEGO

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Un Deportivo-Cartagena de ahora justamente 40 años —fue un 14 de abril de 1985— estuvo precedido de un rocambolesco intento de soborno al entonces cancerbero deportivista José Luis Montes. El malogrado portero segoviano, que falleció de un cáncer en 2013 cuando solo contaba 57 años, había llegado al club coruñés en el verano de 1983 procedente del Real Valladolid donde era suplente en Primera División. Pronto le ganó la partida al también fallecido Jorge —algún día habría que hacer un especial sobre los porteros del Deportivo en los 80: Montes, Jorge, Fernando y Blay, todos fallecidos prematuramente— y se hizo con el puesto de titular durante las tres temporadas que militó en el Deportivo. Era un portero sobrio, nada espectacular, pero que transmitía confianza y que dejó un buen recuerdo en la parroquia blanquiazul. En 1986 se marchó al Hércules y, tras su retirada en el Melilla en 1994 desarrolló su carrera de entrenador hasta su fallecimiento.

 

Pues bien, poco antes de disputarse la 33ª jornada contra el Cartagena en Riazor, nuestro futbolista recibió en su domicilio un sobre en el que, junto a una carta mecanografiada y anónima, se adjuntaban nada menos que 200.000 pesetas en billetes de 5.000. Una cantidad que equivale a 1.200 euros, que si ahora es una buena cifra para el común de los mortales, en 1985 era todo un dineral. En la carta se comentaba que recibiría un millón de pesetas más (6.000 euros) y se lamentaban de la forma de proceder, pero se justificaban alegando las complicaciones clasificatorias del Cartagena en aquel momento. La realidad es que la posición en la tabla de los cartageneros no era tan mala. Estaban tres puntos por encima del descenso cuando las victorias valían dos puntos e incluso acabaron la Liga un punto por encima del Deportivo y a salvo de todo riesgo. Por supuesto, los dirigentes del Cartagena negaron toda implicación en este asunto.

 

El bueno de Montes acudió con el sobre al domicilio de Arsenio tras haberle llamado desde una cabina telefónica ya que no disponía de teléfono en su domicilio —lo que han cambiado los tiempos…— y juntos fueron a la Policía a denunciar el hecho. Al final, unos días después se le tomó declaración a él y a Mejías, portero del Atlético de Madrid, que también había recibido un sobre similar invitándole a actuar de la misma manera en un encuentro del conjunto colchonero. El asunto acabó con un carpetazo imputando la responsabilidad a bandas dedicadas a las apuestas ilegales. Y el Cartagena quedó, como no podía ser de otra manera, libre de toda culpa.

 

El partido, por cierto, terminó con un 4-2 favorable al Deportivo y Montes jugó de titular, como venía haciéndolo toda la temporada. Eso sí, para la anécdota quedó que el Deportivo se puso 2-0 en los primeros 12 minutos de encuentro y que el Cartagena empató el partido rápidamente en los minutos 14 y 16. Los murmullos tras el 2-2 aún resuenan por Riazor. Luego, en el 23, Pablo Alonso marcó el 3-2 y ya en la segunda parte Vicente haría el 4-2. Montes, por su parte, desbarató cualquier intento del Cartagena de perforar su portería más veces, demostrando una vez más su profesionalidad.

 

Una historia de sobornos de los años 80. Una anécdota más en la historia del Deportivo. Eso sí, los sobornadores se quedaron sin las 200.000 pesetas. Un pastizal para la época.

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