Estaba yo dudando en la tarde del viernes s i escribir esta columna antes de irme a Riazor a ver el Deportivo-Córdoba o hacerlo a la vuelta del partido. Por un lado dejaba el artículo ya escrito y no tendría que hacerlo a las tantas cuando llegara a casa y sin haber cenado y, por otra parte, mejor sería hacerlo a la vuelta con el resultado ya conocido y sabiendo de qué tenía que escribir. Porque claro, lo mismo escribo sobre algo que ya no tiene sentido una vez conocido el resultado. No es lo mismo si ganamos que si hemos perdido, obviamente.
Y en esas estábamos todos los que estábamos en Riazor este viernes antes de empezar el encuentro. Ya de camino al estadio iba pensando si teníamos que ver los resultados de Racing, Huesca, Oviedo y otros o sería mejor echarle un vistazo al resultado del Eldense. Ya dentro del campo, un aficionado que se sienta al lado de mi localidad decía “el Eibar le va ganando 1-0 al Almería, ¿eso nos viene bien o mal?” Unos decían que mal, porque el Eibar nos alcanzaba en la clasificación. Otros decían que bien porque si ganábamos al Córdoba tendríamos al Almería mucho más cerca. Al final, alguien con todo el sentido común del mundo, soltó la frase lapidaria: “dejémonos de tonterías, lo que nos importa este fin de semana es que el Zaragoza le gane al Eldense y dejemos a cuatro equipos bien lejos por abajo”.
Llevamos unas cuantas jornadas con una especie de montaña rusa en cuanto a los objetivos de la temporada. En cuanto hemos tocado la décima plaza se nos han ido los ojos hacia arriba y a la semana siguiente nos los han bajado nuevamente. Antes de empezar el partido ante el Córdoba todos estábamos con el “¿Y si…?”. Y si hubiéramos perdido ya estaríamos con lo de que hay que llegar a los 50 puntos cuanto antes (yo digo que mejor 52, que con 51 ya bajamos una vez). Pero claro, hemos empatado y ya no sabemos a qué atenernos. Tenemos 40 puntos y estamos en la clasificación en la zona templada más templada de la historia de las zonas templadas: décimos, con diez partidos ganados, diez empatados y diez perdidos. Más templados, imposible.
El que esto escribe, visto lo de ayer, lo tiene muy claro. El objetivo de la permanencia que teníamos a principio de temporada es que el que tiene que seguir prevaleciendo. De los de abajo ya hay tres que prácticamente están sentenciados y ya solo falta que uno más caiga, cosa difícil porque su entrenador, José Luis Oltra, no lo pondrá fácil. Tenemos un calendario a priori fácil, con el Cartagena y el Tenerife, ya sentenciados, en Riazor. Y una visita propicia a Ferrol. Pero como somos de un club especialista en cosas raras, no olvidemos tampoco que hace unos años llegó a Riazor un Extremadura ya descendido y lleno de juveniles y nos metió no uno ni dos sino tres goles que nos dejaron con pie y medio en Segunda B. Total, que confianzas las justas. Llegar a los 50-52 puntos, seguir sumando, quedar lo más arriba en la tabla para el año que viene tratar de pensar en cotas más altas y nada de pensar en playoff ni nada por el estilo, que remontar más de diez puntos en doce jornadas a los de arriba es prácticamente imposible.
Dicho lo dicho, espero que el Zaragoza le haya ganado al Eldense. Y, en cualquier caso, nosotros a seguir sumando. Y a disfrutar de la zona templada, que se vive muy tranquilo.