La normativa de la Asociación de Clubes de Baloncesto y la dificultad que entraña fichar –lo que se pretende, lo más conveniente– sobre la marcha han convertido el remozado plantel del Leyma Básquet Coruña en un rompecabezas para Diego Epifanio.
Las primeras consecuencias de ello las pagó el pasado sábado Olle Lundqvist, descartado para dar la alternativa –aunque al final no llegó a debutar– al (pen)último fichaje, el alero dominicano Ángel Núñez, cuya convocatoria, unida a la baja por lesión de Gus Lima, obligó al técnico burgalés a cubrir la cuota de cupos con Alex Hernández, su pupilo que menos ha jugado esta temporada.
La ACB exige la presencia en convocatoria de al menos cuatro jugadores de formación local (JFL) en todas las plantillas con más de una decena de elementos. En la naranja hay cinco: el base murciano, Lima, Aleix Font, Atoumane Diagne y Beqa Burjanadze.
Un puzle que Epi deberá resolver antes de cada partido y que, a falta de confirmación oficial, se complicará un poco más con el añadido de una nueva pieza, el interior letón Karlis Silins, que el pasado sábado asistió, desde el palco del Coliseum, al partido en que el último campeón de la LEB Oro logró su quinto triunfo.
Con esta incorporación, la tercera en el mercado invernal tras Thomas Heurtel y el mencionado Ángel Núñez, el roster del Leyma cuenta con 15 unidades. En el acta de los partidos solamente se puede inscribir una docena.
A día de hoy, cinco o seis jugadores se pueden considerar intocables, bien por su rendimiento, bien por sus características, bien por ambos conceptos: Brandon Taylor, Heurtel, Phil Scrubb, Goran Huskic, Trey Thompkins y tal vez Ingus Jakovics.
Los tres primeros aportan mucho en prácticamente todos los apartados estadísticos positivos. Y el ala-pívot estadounidense es el jugador estrella, junto con Heurtel, del debut del cuadro naranja entre los mejores de España.
El playmaker letón, que en el último mes ha recuperado su mejor nivel tras un largo y oscuro túnel ofensivo, puede actuar con garantías tanto de base como de escolta, además de ser el mejor defensor exterior y una sólida amenaza de los 6,75 metros: 11 de 19 en los últimos cuatro partidos.
Recae una más que razonable duda sobre Lima –el pívot titular de Epi cuando ha estado sano–, Diagne, Yunio Barrueta –un ‘3’ puro y duro– y Burjanadze –un ‘4’ natural que puede jugar al ‘3’–, básicamente por las llegadas de Núñez, rival para el Papi en el puesto de alero, y Silins, que puede jugar tanto al ‘4’ como al ‘5’.
El pasado jueves, en la rueda de prensa previa al instrumental duelo contra el Força Lleida, Epi declaró que “no puedo confirmar quiénes van a jugar. No lo sé de ninguno. Si tuviese una bola de cristal, te lo diría”. Una señal de lo complicado que va a ser a partir de ahora seleccionar a la docena de elegidos para cada encuentro.
Porque, además, no hay uno solo de los miembros no JFL de la plantilla con opciones de convertirse en ello. Se considera jugador del formación local a todo aquel que se ha criado deportivamente en España. Que entre su segundo año infantil (13 a 14 años) y su segundo senior (19 a 20), ambos inclusive, haya estado inscrito con cualquier club afiliado a la FEB en un período, no necesariamente continuado, de tres temporadas. Para que puedan ser computadas como tales se exige al menos seis meses de permanencia en la plantilla en cada una de ellas.
Después de cumplir los 20 años ningún jugador, lleve el tiempo que lleve jugando en nuestro país, podrá obtener la condición de JFL. Sí pueden obtener la nacionalidad española, que se concede por diferentes motivos, aunque el jugador seguirá sin ser considerado de formación local.
Este supuesto, la nacionalidad española, solamente beneficia a los extracomunitarios, que dejan de serlo al conseguir un pasaporte europeo, el que tienen Huskic, Jakovics, Heurtel y Scrubb. Los extracomunitarios de la plantilla naranja son Taylor y Thompkins, mientras que Núñez es el único cotonou.
Otros JFL que han pasado por las convocatorias de Epi son los jugadores del vinculado Xiria carballés: el ala-pívot Omar Thiam, el alero Santi Martínez y el base Niko Cebrián. Existe, no obstante, una posibilidad de afrontar un encuentro sin los cuatro jugadores de formación local en una convocatoria de una plantilla con más de 10 miembros. Y es que alguno de los JFL sea sustituido por algún conocido como INF, que son los jugadores que tienen ficha con el equipo filial o con un vinculado, como es el caso de Thiam, Martínez y Cebrián.
El técnico burgalés contó con seis JFL en su debut en la ACB |
En su debut en la ACB, con el San Pablo Burgos de la 2017-18, Diego Epifanio afrontó la temporara con una plantilla de 14 jugadores, seis de ellos JFL: Alex López, Javi Vega, Sebas Saiz, Alex Barrera, Edu Martínez y Tadas Sedekerskis, cedido por el Baskonia, aunque este no completó la temporada.
En ambas plantillas estaba uno de sus actuales pupilos, Goran Huskic.
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