El Leyma Coruña esquiva una bala letal (97-84)
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El Leyma Coruña esquiva una bala letal (97-84)

El Leyma Coruña esquiva una bala letal (97-84)
Phil Scrubb se va de la defensa de Kenny Hasbrouck en el partido ante el Lleida | Carlota Blanco

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El Leyma Básquet Coruña recuperó su mejor baloncesto coral para esquivar, además con brillantez, una bala muy peligrosa, el duelo contra un rival directo en la guerra por la permanencia que no podía perder de ninguna manera, un Força Lleida que fue a remolque durante todo el partido y al que los pupilos de Diego Epifanio apuntillaron en el tercer cuarto (97-84). Ángel Núñez, último fichaje (oficial) lo vio desde el banquillo. Karlis Silins, último fichaje (oficioso) lo vio desde el palco. 

 

Con la baja, en principio por decisión técnica, de Olle Lundqvist, y la obligada, por lesión, de Gus Lima, encaró el equipo naranja a un rival sin Oriol Paulí y con su reciente fichaje, James Batemon, en el cinco titular.

 

Esta primera final en la batalla por la permanencia arrancó en modo déjà vu: Thompkins anotando como si no hubiera mañana. Igual que en el duelo de la primera vuelta en Barris Nord. Suyos fueron los cinco primeros puntos naranjas, replicados con un triple de Oriola y un mate de Madsen tras remontar la línea de fondo.

 

En esta zona concreta tuvo el Leyma problemas en los primeros compases. En cuanto los arregló, su juego mejoró un mundo. Y el resultado. Dos libres convertidos por Taylor abrieron un parcial de 10-0, culminado con tres aciertos desde el 4,60 de Thompkins (15-7).

 

El Lleida reaccionó con la entrada en pista de Hamilton y de Bropleh. Contuvo por un instante la hemorragia, pero los naranjas reabrieron la herida con triples de Thompkins (su undécimo punto en seis minutos y medio), Jakovics –sobre la bocina de posesión–y Barrueta (28-13). Tres tantos de Heurtel subieron al marcador 18 puntos de margen (31-13). 

 

Y Hasbrouck salió al rescate del conjunto catalán. El base estadounidense anotó un triple en la penúltima posesión del primer cuarto y otro en la primera del segundo, entre los que Muric intercaló dos libres. Tras el segundo acierto lejano del jugador visitante, Heurtel rompió el parcial. Pero, al igual que en el primer cuarto, aunque al revés, no suturó la herida. Bropleh y Walden, este desde el arco, obligaron a Epi a parar el partido (33-28).

 

El Leyma encontró aire en un triple de Jakovics desde la esquina derecha y en una falta, cometida en la misma accción, sobre Diagne. Pero no sacó puntos de esta segunda situación y el Lleida, por medio del debutante Batemon y de Muric estrechó el cerco (36-33) y obligó a Epi a pedir otro tiempo muerto.

 

Este sí surtió efecto. Barrueta, tras una jugada muy embarullada, y Taylor, desde el arco, relanzaron al equipo local. Dos canastas para recuperar el color. Y para que Encuentra llamase a capítulo a los suyos.  Agua. Una canasta de Thompkins (sin errores en el tiro a esta altura de partido) y un triple de Barrueta devolvieron al cubo del Coliseum dos dígitos de distancia (46-34), a la que el Lleida logró arañar dos puntos con el triple de Hasbrouck que puso fin a la primera mitad (42-42).

 

El inicio de la segunda mitad careció del ritmo y la claridad de los 20 minutos precedentes. Ambos equipos rivalizaron en errores, tanto de muñeca como de proteger el balón. El Lleida se movió algo mejor en ese escenario. Y no dudó en mandar a Diagne a los 4,60 metros. El senegalés, que venía de hacer un 5 de 5 en Badalona, no estuvo tan fino en esta ocasión. 

 

El punto de ruptura en este tercer acto llegó de la mano de una pareja que, como ya se había atisbado, está condenada a entenderse hasta con los ojos cerrados. Porque ven el baloncesto de la misma manera y con la misma nitidez. Heurtel y Huskic. Una conexión de la que el Jokic de los pobres sacó nueve puntos un abrir y cerrar de ojos. Y en un abrir y cerrar de ojos reabrió el Leyma un jugoso hueco (73-57).

 

Epi tenía en esos momentos a tres bases en pista: Heurtel, Taylor y Jakovics. El estadounidense puso el epílogo al periodo con un acierto desde larga distancia (78-61). El de West Hollywood sirvió en badeja al letón el 80-61 y a continuación subió al marcador, con un tiro de cuatro metros, una nueva máxima renta (82-61).

 

Batemon, con un triple, interrumpió, mínimamente, el despegue naranja. Dos libres enroscados por Burjanadze, valieron una nueva máxima (86-64). Y pusieron el punto final a la batalla. El último campeón de la LEB Oro se echó a descansar y el último campeón de los playoffs de la segunda categoría nacional lo aprovechó para aplicar una innecesaria capa de maquillaje, puesto que averaje particular estaba ganado con el triunfo de la primera vuelta en Barris Nord.

 

Aleix Font, con un triple y una penetración al contraataque, frenó el último, y tímido intento, de milagro del Lleida, que ve reducida a simplemente un triunfo la ventaja sobre su bestia negra, un Básquet Coruña que lo ha tumbado en los últimos cinco cara a cara y que eleva su balance a 18-6. Aunque ninguno de esos triunfos tan importante como este, que evita la peor racha naranja de su historia y hace que el drama por la permanencia ya no lo sea tanto. 

 

Leyma Básquet Coruña, 97-Força Lleida, 84

Leyma (31+21+26+19): Scrubb (7), Taylor (16), Diagne (2), Barrueta (8), Thompkins (17) –cinco inicial– Jakovics (14), Huskic (15), Heurtel (9), Aleix Font (5), Burjanadze (4).

Lleida (18+24+19+23): Batemon (16), Van der Vuurst (0), Madsen (7), Caicedo (0), Oriola (6) –cinco inicial– Walden (12), Bropleh (14), Villar (2), Hamilton (8), Hasbrouck (13).

Árbitros: Jiménez, Sánchez Sixto, Zamorano. Eliminaron por cinco faltas a Jakovics.

Incidencias: Partido de la 21ª jornada de la ACB disputado en el Coliseum ante 7.562 espectadores.

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