El Sporting de Gijón visitará Riazor el domingo (16.15) con un ataque en el que destaca Juan Ferney Otero Tovar (Sipí, Colombia, 1995), delantero consolidado en Segunda División tras un largo camino desde su paso por el Fabril en la temporada 2015-16, donde ya demostró ser una “bomba”. Cedido por el Fortaleza CEIF colombiano, Otero se salió en el filial, pero no se quedó debido a la elevada cantidad de su opción de compra. Colombia, Argentina, Francia y México fueron sus destinos posteriores en un viaje que, por el momento, le ha llevado a demostrar en el Sporting que es un futbolista “potente”, “imparable” y “con hambre de gol”, según señala Manuel Mosquera, su entrenador en el Fabril, y algunos de sus excompañeros como Óscar Pinchi, Blas Alonso, Iago López y David Gómez.
El recorrido de Juan Otero ha tenido muchas curvas. En Sipí, un pequeño pueblo del sureste de Chocó (Colombia), creció ayudando a su padre en la mina en busca de oro. Hasta que apareció la oportunidad de firmar por el Dépor. “Con diez años, con once años, ayudaba a mi padre en la mina. Dejé a mi familia, pero volví a casa a ayudar. Luego un representante me abrió otra vez el camino del fútbol. Con 17 años fui a A Coruña, después a Francia, y ahora puedo ayudar a mi familia”, contó el popio Juan Otero en un acto de la Cruz Roja el pasado febrero.
“Recuerdo que fue un chico que nos impresionó bastante cuando llegó. No era muy hablador, incluso un poco tímido en el vestuario, pero ya dentro del campo se hacía notar desde el primer día, por su verticalidad y potencia principalmente, y por su hambre de gol”, relata David Gómez, portero de aquel Fabril que se quedó a las puertas del ascenso a Segunda B.
Manuel Mosquera era el entrenador del filial. El técnico coruñés lo tuvo claro desde el principio y Otero fue titular indiscutible. “Era un jugador potente, físicamente muy fuerte en duelos, su resistencia en velocidad y desmarques a la espalda de las defensas era demoledora y era un jugador muy maduro para la edad que tenía”, recuerda el actual míster del Extremadura, que le dio continuidad como referencia: “Conmigo jugó todo de delantero centro. A su izquierda jugaba Pinchi y (Álex) Corredera o Hugo Rama por la derecha. En banda creía que en ese momento perdía mucho potencial. Más centrado era mejor y ahora en el Sporting, aunque alternando, juega de punta”.
"Su equipo pedía mucho por él, o eso me decían, pero ya tenía todo para estar en el primer equipo"
Otero, que marcó 19 goles en 34 partidos con el Fabril, provocó las preguntas de los futbolistas del primer equipo de aquella época. “Jugadores de la plantilla del Dépor en Primera, cuando fue a entrenar algunas veces con ellos, me decían que por qué no estaba con el primer equipo”. Sin embargo, las diferencias económicas entre Deportivo y Fortaleza, su club de origen, truncaron la continuidad en A Coruña de Otero, según indica Manuel Mosquera. “Creo que era muy caro, según me decían. Su equipo pedía mucho por él, o eso me decían. Eran cantidades que podrían ser para jugadores más consagrados. Pero pienso que ya tenía todo para estar en el primer equipo y apostar por él. Era una bomba. Es más, sería perfecto para el Dépor según juega ahora. Velocidad en las bandas, Otero en punta y Lucas por detrás”, afirma el exentrenador del Fabril.
El Deportivo no apostó por el delantero para formar parte del primer equipo y Juan Otero regresó a Colombia. “Querían que me quedara, pero yo prefería jugar en Primera. Así que volví a Fortaleza”, admitió el chocoano en una entrevista en abril de 2018 al medio El Espectador. Pocos meses después, en febrero de 2017 hizo de nuevo las maletas rumbo a Argentina para fichar por Estudiantes de La Plata. Sebastián Verón, ahora presidente y por aquel entonces entrenador, no dudó en incorporarlo tras el consejo de Iván Córdoba. Otero llegó al club de Buenos Aires como cedido con una opción de compra de 600.000 euros por el 70% de los derechos del jugador, que esta vez sí se ejecutó.
El sueño de Otero de granjearse una carrera como futbolista profesional ya estaba más cerca. Algo de lo que nunca dudaron sus excompañeros del Fabril. “Tenía claro que era un jugador para jugar al fútbol profesional, es rápido, fuerte y con gol”, apunta Óscar Pinchi, su compañero en el ataque en el filial de la 2015-16. “Tengo muy buen recuerdo de él en lo personal y en lo futbolístico, ese año nos dio la vida. A mí me ayudaba mucho en mi juego porque atacaba muy bien los espacios y luego corría por tres”, asegura entre risas el actual futbolista del Esenler Erokspor, equipo de la segunda categoría turca.
"No tenía ninguna duda que iba a llegar, tenía un potencial espectacular"
Blas Alonso, ex del Fabril y actual jugador del Águilas, señala que a Otero “se le veían desde su llegada unas condiciones increíbles, es muy rápido y muy potente, es de esos delanteros difíciles de cubrir”. El lateral derecho recalca que el colombiano ayudó “mucho” al filial en aquella temporada porque aportaba “goles y mucho trabajo durante todo el partido”. En ese sentido, el también defensa Iago López destaca “su “profesionalidad”: “Era y es un chico muy humilde y sobre todo buena persona. Era muy profesional en todos los sentidos. No tenía ninguna duda que iba a llegar donde está ahora, ya que tenía un potencial espectacular”, reitera el actual central del Betanzos.
Juan Otero dio un paso más en su carrera, y otro salto en el mapa, al fichar en julio de 2018 por el Amiens, recién ascendido a la Ligue 1 francesa, en una operación tasada en 2,5 millones de euros por el 70% del pase. El delantero firmó por cuatro temporadas y, tras ir de más a menos, logró cinco goles y seis asistencias en 69 partidos en el fútbol galo. A pesar de sufrir un descenso a la segunda división, Otero volvió a la máxima categoría, esta vez en México. El atacante militó en el Santos Laguna y en el América, que pagaron sendos fichajes estimados en tres y cuatro millones de euros, respectivamente. Hasta que el Sporting de Gijón se cruzó en su camino en 2022.
Manuel Mosquera recuerda que habló en ese momento con representantes del club asturiano. “Les dije que era un fichajazo y que en Gijón iban a flipar con él. Y así es, según me cuentan jugadores que han estado estos años allí”, desvela el técnico coruñés. Otero marcó 16 goles en 85 partidos con el Sporting durante las temporadas 2022-23 y 2023-24, en las que estuvo en Gijón en calidad de cedido por el América. No obstante, el Grupo Orlegi, grupo especializado en la gestión de clubes, propietario del Santos Laguna y el Sporting, propició la llegada libre y en propiedad de Otero a El Molinón en 2024. Fue un movimiento entre múltiples partes, con el traspaso involucrado de Alan Cervantes del Santos Laguna al América.
Es el último paso, por el momento, del viaje de Juan Otero en el mundo del fútbol. Un recorrido que no coge desprevenido a David Gómez, su excompañero en el filial del Dépor. “No me sorprende. En ese Fabril había jugadores con mucho nivel. Hay unos cuantos que están hoy en día en el fútbol profesional. Es verdad que el fútbol no son matemáticas y no llega todo el mundo, pero Juan reunía muchas condiciones para que tuviese una buena carrera deportiva, y el tiempo lo está demostrando”, señala el portero del Galicia de Mugardos, quien también recalca el carácter afable del colombiano: “El recuerdo que tengo de él es de un compañero muy respetuoso, bonachón y con ganas de aprender”. En ese sentido, Blas Alonso apunta que era un “gran compañero y divertido, un jugador importante en el vestuario”, mientras que Óscar Pinchi desvela que a Otero “le gustaba mucho la música y bailar”.
"Si se giraba y te encaraba, estabas muerto"
Juan Otero, que llegó a ser convocado por la selección absoluta de Colombia, fue subcampeón del Sudamericano sub-20 en Chile en 2015, justo antes de recalar en el Fabril. Ya en esa época, era un jugador “imparable”. “La manera de defenderlo era no dejarle muchos espacios para recibir el balón porque una vez que arrancaba con espacio por delante era imparable. Tenía una potencia y rapidez de otra categoría”, reconoce Blas, lateral al que le tocaba sufrir a Otero en entrenamientos en Abegondo, como al central Iago López. “Había que intentar que no se diese la vuelta y no dejarlo correr. Si se giraba y te encaraba, estabas muerto porque te hacía un hijo por todos lados. De hecho, estoy seguro de que los equipos de ese año de Tercera, sobre todo los defensas, estaban cagados cuando Otero cogía el balón y les encaraba. De cada diez balones que tenía, en nueve y medio se te iba y acababa en gol”, rememora el monfortino Iago López.
"Tenía los tres palos en la cabeza en todo momento"
El atacante colombiano de 29 años ya lleva cuatro goles en las primeras quince jornadas en Segunda División. Llega a Riazor con el punto de mira calibrado y el portero David Gómez avisa de su peligro y determinación de cara a puerta. “Tenía los tres palos en la cabeza en todo momento, podía sorprenderte pegando a puerta casi desde cualquier sitio”. Un reto para un Dépor que tuvo en su filial a Juan Otero, un trotamundos del fútbol que pasó de buscar oro con su padre en la mina a triunfar con el Sporting de Gijón.