Si hay alguien que estará con los sentimientos a flor de piel este sábado sobre el césped del Estadio Jesús Navas, esa será Iris Arnaiz (Gijón, 1994). La centrocampista, que vivió con el escudo del Deportivo en el pecho y el brazalete de capitana en su brazo izquierdo los mejores años de la historia del club, se enfrenta ahora al equipo blanquiazul defendiendo la elástica del Sevilla.
Llegó a Sevilla este verano, ¿cómo está siendo la adaptación al sur?
Lo que más me ha costado ha sido el clima sin ninguna duda. Me considero una mujer bastante norteña y los primeros meses lo pasé regular a la hora de entrenar. Alguna doble sesión que hemos tenido sí que me ha costado más de lo habitual. Es verdad que ahora ese clima se agradece muchísimo, porque aquí estamos en manga corta.
En cuanto al equipo, he tenido la suerte de compartir vestuario y campo con jugadoras que siempre he admirado. Me pasa en el Sevilla también. Es verdad que en tema de infraestructuras, las instalaciones son espectaculares y es así como se debería de tener un equipo femenino. De compañeras, cada día entreno con ellas y me sorprendo más y les admiro todavía aún más por cómo se comportan y cómo entrenamos.
¿Le llamó la atención alguna en especial?
Yo soy un poco friki del fútbol y conozco a practicamente todas las jugadoras de la Liga. Alguna que otra igual se me escapa. Era muy fan, aparte de Gemma, de Ali Redondo y tengo la suerte de compartir campo con ella, ahora que estamos jugando las dos. Es un lujo tenerla, como compañera en el vestuario y dentro del campo. Es una persona encantadora, siempre está con una sonrisa, súper agradable y súper divertida. Es la que más me ha sorprendido. Bueno, y Sullastres.
Estuvo en Oviedo siete años, ¿qué recuerda de aquella etapa?
Era otro fútbol totalmente diferente al de ahora, la verdad. Me fijaba mucho en las veteranas porque yo era de las más pequeñas. En cuanto a la veteranía, es un mundo diferente al de ahora, antes las pequeñas y las novatas pringaban en todo y ahora no es así. Las de mi generación venimos del fútbol del barro, por así decirlo, y tanto a nivel de campos, de vestuarios, fichas, viajes… todo ha cambiado para bien. Siempre digo que ojalá haber nacido unos años más tarde, pero en realidad me siento orgullosa de haber nacido en esa época y de haber contribuido al cambio del fútbol femenino, estamos en progresión y van a venir muchísimas cosas más buenas.
Ha vivido, a lo largo de su carrera, la evolución del fútbol femenino, ¿qué falta aún para seguir creciendo?
El tema de los campos es una de las cosas que más queremos cambiar las que más tiempo llevamos. Aún se ven partidos de fútbol femenino con campos que todavía están pintados con líneas de fútbol 7, o campos en condiciones en las que nos arriesgamos a tener lesiones. Eso en el fútbol masculino es impensable verlo. En cuanto a instalaciones deportivas, tener mínimo unas duchas en las que salga el agua normal, no un chorro desde un agujero de la pared. Son condiciones mínimas, como tener un gimnasio para nosotras, que se trabajen todos los aspectos... Por ejemplo, nosotras ahora estamos trabajando el suelo pélvico, nos controlan las cargas de fuerzas en función de si tenemos la menstruación o no… Son muchas cosas que van sumando. Tener un campo propio para entrenar, material necesario como porterías, petos, conos… Son cosas que han ido evolucionando y que ahora son lo normal, pero antes no lo eran.
Eso está influyendo en que la Liga F se iguale.
La verdad es que sí. Se ve reflejado en la clasificación. Creo que menos el Barça, todos los rivales te pueden hacer daño y eso es bueno para el fútbol femenino español y para la Liga, al final, que sea más competitiva va a hacer que se vea más. Hay que seguir apostando y apoyando esto porque creo que tenemos bastante tirón y hay que aprovecharlo.
Fichó por el Dépor en 2017 y al año siguiente ascendieron a Primera División, ¿cómo fue ese día?
Justo el día después era mi cumpleaños y el ascenso coincidió con el de Alba Merino, que lo pudimos celebrar allí en Canarias. Es verdad que durante ese año, menos un partido que empatamos con el Friol, todos los demás los ganamos y estábamos bastante tranquilas, porque sabíamos que si jugábamos como llevábamos haciendo todo el año no íbamos a tener problema. Salimos a disfrutar. Yo personalmente sentía un poco más de nervios porque hacía un par de años, con el Oviedo Moderno, justo había perdido una fase de ascenso allí, contra el Femarguin y tenía sentimientos encontrados. Lo primero que hice fue tirarme al suelo porque no me lo podía creer. Es cierto que teníamos muchas posibilidades de consumar el ascenso y así fue. Luego ya fue una fiesta que todo el mundo recordará porque nos pasamos una semana entera yendo a eventos, a fiestas y de todo.
La verdad es que conseguir el ascenso con el Dépor fue espectacular.
Después la Real Sociedad llamó a su puerta, ¿le costó salir del Dépor?
Sí. Me costó. Tenía claro que era o el Dépor, o la Real Sociedad. Como dije, soy una friki del fútbol y veía todos los partidos de Primera División. Viendo a la Real Sociedad, era un equipo que me llamaba la atención por su juego y por las jugadoras que tenía, pero me sentía en deuda con el Dépor por haber descendido ese año, cuando habían apostado por mi casi desde el inicio del proyecto. Me costó mucho. Hablé mucho con Pablo Pereiro, en aquel entonces el director deportivo y que para mi es como si fuese mi padre allí en A Coruña. Me decía que entendía tanto si me iba como si me quedaba. Yo le decía: “Yo no tengo 17 años, no tengo toda la vida por delante para esperar lo que haga falta estando en el Deportivo para jugar en Primera”. Al final, todo el mundo sabe que la carrera deportiva de una mujer en el fútbol es corta, es efímera, y encima no te vas a retirar con cinco millones en la cuenta. Hay que mirar por una misma. Me llamó la Real. Es cierto que había otros equipos que me habían llamado, pero el proyecto deportivo que me presentó la Real fue el que más me llamó la atención y justo iba a coincidir con Gaby. Me costó, me costó mucho y lo pasé mal al principio, pero una vez que lo asumes y te centras en lo siguiente, es lo que toca, aprender a convivir con cosas que antes tenías y ahora no. En su día pensaba que me iba a arrepentir y ahora, pensándolo en frío, creo que me ayudó a avanzar un poco más en mi carrera.
Me costó mucho salir del Dépor porque me sentía en deuda con el club por haber descendido
Con la Real Sociedad debutó en Champions y fue titular ante el Bayern en ambos partidos, ¿lo valoró en el momento?
Sinceramente, en mi vida me había imaginado que podía jugar una previa de Champions. Casi me resultaba muy difícil dedicarme profesionalmente al fútbol, y conseguir quedar subcampeonas de Liga con la Real Sociedad, fue increíble. Y luego clasificarnos para Champions… Ninguna nos podíamos imaginar a principio de temporada lo que conseguimos. La mala suerte que tuvimos, entre comillas, fue jugar contra el Bayern. En el momento no valoras lo que estás viviendo porque es un partido más. Pero el viaje que hicimos me lo llevo para siempre, nunca lo voy a olvidar. Llenar el Reale Arena como lo hicimos, fue algo histórico, y luego viajar a Munich… de pequeña nunca creí poder vivir eso.
Vivió los mejores años del Deportivo, ¿cómo lo recuerda?
Siempre he dicho que me encantaría volver al Dépor porque la etapa que viví, en cómputo general… Yo era muy feliz en A Coruña. Me quería comprar una casa allí porque quería vivir allí y tener mi futuro en A Coruña. Lo sigo teniendo en mente porque lo que me dio A Coruña en su momento ha sido muchísimo. Me ha dado tanto a nivel deportivo y personal que no podría decir una anécdota en concreto. Cuando estaba Jone Bilbao, Laura Vázquez, Athenea, Nuria, Esther Sullastres… Tuve la suerte de convivir con gente que era tan buena. Yo era feliz. Me fui porque me tenía que ir por motivos futbolísticos, pero sino me hubiera quedado sin ninguna duda. Yo iba contenta a entrenar, que eso es muy difícil. El ambiente que había era espectacular. Y fuera, el ambiente con las compañeras era diferente, hay muchos equipos en los que vas a entrenar, sales y ya no haces vida con las del equipo, pero en el Dépor era lo contrario. Era uno de los éxitos que teníamos dentro del equipo, que fuera nos llevábamos tan bien, que eso se mostraba luego en el campo.
Compartir con Cris tantos años de convivencia en A Coruña… Ahora es como mi hermana.
Se creó un equipo que perdurará en la memoria de todo aficionado deportivista, ¿mantiene contacto con alguna?
Con la gran mayoría. De las actuales del Dépor, con la que más es con Cris. Luego con Henar, que no coincidí con ella pero la conozco porque hemos jugado las dos en el Oviedo y demás. Después con las demás… Con Gaby estoy en continuo contacto, con Sulli porque la tengo en el equipo y sobre todo esta semana hemos comentado bastantes cosas, con Laura, Jone… Con Alba Merino quizás no tanto porque está más desconectada. Con casi todas. Con Athenea también hablo mucho y quizás es de la que más pendiente estoy de sus partidos, igual que con Pecas. Con casi todas me mantengo en contacto y de vez en cuando nos escribimos y nos preguntamos qué tal. Fuimos todas tan felices en esa época… Parece que ha pasado un par de años y ha pasado bastante, pero me alegra y me pone de buen humor recordar esos tiempos que ojalá se pudieran volver a repetir.
Sigue siendo la cuarta jugadora del Dépor con más partidos de su historia, aunque algunas como Raquel García, Ainhoa Marín o Paula Gutiérrez vienen pisando fuerte, ¿qué supone permanecer en la historia del Dépor?
En su momento lo dije. Es un orgullo llegar a los 100 partidos y sobre todo llevar el brazalete. Desde el minuto 1 que llegué al Dépor, los valores del club me calaron bastante. No era deportivista desde que nací pero una vez que fiché por el Dépor, me convertí en una más. De hecho, sigo al femenino y al masculino por igual en los partidos de sus ligas. Ser una persona que haga 100 partidos en un club histórico como el Dépor, para mi es un privilegio, un honor. Espero que estas jugadoras sigan haciendo historia con el club porque creo que es algo muy bonito y algo que se recuerda toda la vida.
Este sábado se enfrentará al Dépor por primera vez de forma oficial, ¿será un partido especial?
Sí. Tengo ganas de que llegue el sábado. Tengo ganas de enfrentarme al Dépor, de ver a Cris, Carlotiña, Henar y Eva. Me hubiese gustado que fuese de otra manera, porque al final vamos los dos equipos con falta de puntos y seguro que va a ser un equipo bastante duro y complicado para los dos. Espero que la vuelta en Riazor sea un partido en el que no haya tanta presión, que los dos tengamos los objetivos cumplidos de antemano y que lo podamos disfrutar mucho más.
Ante el Atlético de Madrid se consumó la segunda derrota vía remontada, ¿qué os está faltando?
Intentamos meter un nuevo sistema de 3-5-2 que no nos ha ido demasiado bien. Creíamos que nos iba a dar mucha más potencia arriba pero al final no, porque quitas una persona de arriba para meterla atrás y para defender supuestamente con más claridad y no fuimos capaces. Volviendo al 4-3-3 creo que somos un equipo bastante sólido en defensa. Es verdad que en zona tres cuartos nos cuesta más generar ese tipo de ocasiones, pero creo que estamos, independientemente de los resultados, haciendo muy buen trabajo. El partido del Atlético de Madrid, creo sinceramente que si no nos hubiesen expulsado a una jugadora, no sé si nos llegaría a empatar. Mostramos un poco lo que lo que queremos ser nosotras: tener un juego combinativo. Sabemos que tenemos gente rápida y potencia arriba y lo queremos aprovechar. El fútbol son dinámicas y ahora no nos está entrando, pero estamos trabajando para cambiar eso y que las dinámicas nos favorezcan alguna vez que otra.
¿Qué espera del Dépor, que llega con la necesidad de sumar puntos?
Pues yo creo que el Depor sigue una identidad de juego bastante clara. Que sea el quinto equipo menos goleado es por algo. Defensivamente es de los mejores equipos que hay en la categoría y es verdad que igual les falta un poco esa suerte en el gol. Sabemos que es un equipo intenso, que compite muy bien, que tiene jugadoras en el medio que saben utilizar el timming del partido, tanto para acelerar el juego como para tener esa pausa. Sabemos que desde atrás no les tiembla el pulso para sacar el balón jugado. Luego, la gente de arriba tiene calidad de sobra para desbordar y para tener ese juego combinativo. Es un equipo muy muy compacto que está, por líneas generales, bastante equilibrado. Es verdad que ser novato en esta categoría, muchas veces te cuesta un partido. Es verdad que al final van pasando las jornadas y tanto ellas como nosotras, no estamos consiguiendo los puntos. Creo que si consiguen ganar algún partido, les va a dar confianza y eso es lo que necesitan para que los resultados se vean favorables.
Yo creo que el Dépor se va a mantener ese año, porque tiene un equipo que, para mí, se puede salvar perfectamente.
Aún no se estrenó esta temporada como goleadora y puede ser este sábado cuando lo haga, ¿celebrará el gol?
Pues a ver, que marque yo un gol son cosas que pasan una vez cada cuatro años (risas). Pero bueno, si se da la ocasión de que por casualidad meto gol, obviamente no lo voy a celebrar. Es verdad que, aunque sea el Deportivo el que está en contra, quiero ganar, pero si se da el gol, no lo voy a celebrar.
El pasado verano su nombre sonó para el Dépor, ¿hubo contactos o simplemente fueron rumores?
Fueron rumores. Todo el mundo sabía que yo acababa contrato con la Real Sociedad y bueno, no tuve ninguna llamada ni respuesta por parte del club hacia mí. Entonces yo, al final, tampoco puedo hacer otra cosa. Tengo que mirar por mí y la mejor opción fue el Sevilla porque desde un primer momento, Amparo me mostró confianza. No era la primera vez que el Sevilla contactaba conmigo. Creo que la persona tiene que sentirse valorada en el club y el Sevilla fue el que más mostró interés por mí. La verdad es que no me arrepiento de nada.
Si dependiese de Iris Arnaiz, ¿hubiese vuelto a defender la elástica blanquiazul?
Yo creo que sí, la verdad. Pero como no ha pasado, no puedo decir nada. Por mi parte, lo bueno que tiene A Coruña es que viví una parte muy feliz de mi vida personal y de mi vida futbolística allí. Eso, al final, tira más que otras cosas. Pero bueno, las cosas se dieron así también por algo. Yo pienso que si algo tiene que llegar, llegará. Tampoco iba a forzar absolutamente nada. Si en un futuro tiene que llegar, pues llegará, y si no llega, pues es que no tenía por qué ser así.