Hace unas semanas, el coruñés Luis Cabarcos recibió una de las llamadas más ilusionantes de su vida. El seleccionador nacional de skate Alain Goikotxea le comunicó que le había elegido para disfrutar de una de las invitaciones que dan derecho a participar del 10 al 13 de septiembre en Roma en los World Skate Games. Con 13 años y sobre una tabla desde los 4, se medirá a los grandes especialistas del mundo en street, los que hace tan solo unas semanas estaban en los Juegos Olímpicos de París y él solo podía soñar con verlos por la tele o a través del ordenador. “Yo creo que le va a hacer más ilusión sacarse fotos con algunos skaters a los que ha admirado siempre que competir”, bromea su madre, Olaia Méndez. “Nos cogió por sorpresa porque el street en chicos en categoría absoluta tiene mucho nivel y él aún es pequeño. Pero fue una gran alegría”, comenta. Recién aterrizado de la capital italiana, a donde fue a reconocer en lugar de competición, descansará unos días en casa para volver a marcharse el próximo día 6.
Cabarcos es campeón gallego sub 16 y absoluto de street y subcampeón de España sub 16 y cuarto absoluto. Más de media vida se la ha pasado pegado a una tabla. Y eso que como estudiante de Dominicos al principio parecía destinado a otro tipo de ruedas, las de los patines del hockey que es como una religión en el patio de su colegio. Pero a él le iban las que tenían una tabla encima. “Desde el principio le gustó mucho, fue un deporte que le enganchó”, recuerda su madre. Sus progenitores, de hecho, tienen parte de culpa de su progresión porque viendo la falta de instalaciones decidieron apostar por la construcción de una nave para su práctica, el Northside Skatepark, una de las referencias en la ciudad junto a la escuela Maroña, de donde salió las dos veces olímpica Julia Benedetti.
Ella practica la modalidad de park, es decir, rampa. También es en la que empezó Luis Cabarcos, pero poco a poco se fue decantando por el street, la otra disciplina que es olímpica y en la que hay más participantes. Puede que sea por su carácter callejero porque, para practicarlo de forma lúdica, es mucho más fácil. “Si pasas por la plaza Pontevedra o por el lateral de Colón ves allí a los skaters, subiéndose a los bordillos o a las barandillas”, comenta Méndez, “pero para entrenar para competición se requiere un skate park más grande para que pueda enfrentarse a las alturas que tendrá en competición y yo como Luis es todavía pequeño siempre prefiero que entrene dentro. Además... si lo hace en la calle puede que incluso le multe la policía”.
Las rondas son de 45 segundos en las que los competidores tienen que intentar tocar los máximos elementos. “Se puntúa la dificultad, la técnica, la velocidad, el estilo... y tienen que demostrar todas esas cualidades tocando todos los elementos del park y realizando los trucos. A mayor número y mayor dificultad, mayor puntuación”, explica la madre del campeón coruñés. Dado el alto grado de especialización y que hay que dominar tantos elementos, y al contrario que en otras modalidades con campeones del mundo y olímpicos prácticamente adolescentes, la edad media suele ser más alta.
“Va a ser una súper experiencia para él. Lo importante es que vea cómo van este tipo de campeonatos y que se vea con los mejores del mundo. Va a disfrutar y a aprender”, continúa Olaia Méndez. Pensando en el futuro. Quién sabe si Los Ángeles 2028 o Brisbane 2032. “A él claro que le encantaría verse en unos Juegos, como a cualquier niño que practica un deporte que le apasiona. Pero se tienen que dar muchas circunstancias”, valora. De momento, el debut mundialista ya llega antes de lo esperado. “No se imaginaba ir a un Mundial tan pronto”, confirma. Por más que su empeño sea prácticamente el de un profesional. “Patina todos los días de la semana, de lunes a domingo, y tiene tres horas con un preparador físico”, comenta: “Es una nueva generación que empieza muy jovencita... pero con exigencias de adultos”.