“¿Ya sabes lo de Chupito?”. El rumor corría por las pistas de hockey de nuestra ciudad desde hace meses. Es un hecho: Jacobo Copa Chas (15 de febrero del 2006, A Coruña) vestirá la camiseta del Deportivo Liceo la temporada 2024/25. El próximo gran jugador coruñés (y del más allá) estaba destinado a fichar por el club con más títulos del deporte gallego. Por su origen, proyección y carácter, encaja como un guante en la plantilla verdiblanca.
Jacobo, que pasó por todos las categorías del Dominicos, desde las escuelas donde empezó a patinar hasta el equipo de OK Plata, se convertirá en el quinto fichaje del nuevo proyecto del Liceo. El coruñés de 18 años se unirá a los nombres de Arnau Xaus (Calafell), Nil Cervera (Igualada), Martín Rodríguez (Saint Omer) y Tato Ferruccio (Tomar), todos pendientes de oficialidad.
Copa y Rodríguez engrosarán la lista de jugadores de nuestra ciudad en la plantilla 2024/25. Junto a los capitanes César Carballeira, Dava Torres y Pablo Cancela sumarán cinco, tope histórico que se ha repetido en cuatro ocasiones: las temporadas 2018/19, 2001/02, 1997/98 y 1994/95.
El número asciende a seis, cifra inédita en los 52 años del club, si contamos a Bruno Saavedra, excompañero del nuevo fichaje liceísta. Natural de Santiago de Compostela, se instaló en nuestra ciudad en 2020, cuando tenía 15 años. Jacobo, su amigo Bruno y su padre, Juan, comparten una curiosa historia: son los tres últimos jugadores que cambiaron el Dominicos por el Liceo. El entrenador lo hizo en 1999, Saavedra dio el salto el pasado curso y Chupito lo hará en próximos fechas.
Padre e hijo
La relación paterno-filial del técnico con el jugador despertará envidias y comentarios. El injusto “es hijo de” acompañará a los Copa inevitablemente, pero el pequeño de 18 años se ha ganado su futuro en la pista con un fulgurante palmarés y un perfil difícil de encontrar en el hockey actual.
Jacobo es un generador, un chico que pide la bola y dirige a sus equipos con la madurez de un veterano. No es de extrañar, él mismo se define con “un friki del hockey”. Su padre desveló en una charla con este diario que consumen juntos muchas horas de las ligas española, portuguesa o italiana: “Me puedo pasar el día viendo resúmenes con Jaco”, reconocía.
A su entendimiento del juego añade carácter y personalidad, dentro y fuera de la pista. Es un jugador distinto. Por algo es un fijo en las selecciones españolas inferiores. Con la sub-17 se proclamó bicampeón de Europa en 2021 y 2022 –el segundo año fue capitán y entró en el quinteto ideal del torneo– y con la sub-19 se colgó una medalla de plata en 2023. En septiembre podría añadir su cuarto metal en el Mundial de Novara (Italia), un bonito fin de ciclo.
Copa cerrará otros dos capítulos de importancia vital en este 2024: acaba de terminar sus estudios de Bachillerato y planea matricularse en un ciclo de Grado Superior en TAFAD. Despedirá a sus amigos y compañeros de la infancia y la adolescencia, también en la pista, después de una década prodigiosa en el Dominicos, coronada con el Campeonato de España juvenil que logró en 2022.
Adaptación
En aquel éxito también estaba Bruno, como en el primer título continental sub-17 y en la pasada final sub-19. Jacobo hace su propio camino, pero sigue de cerca el de su amigo. La explosión del ‘13’ verdiblanco en el tramo final de la OK Liga y en los playoffs por el título (6 goles en 10 partidos) es uno de los motivos para creer en la cómoda adaptación del nuevo fichaje.
Otro es un vestuario que le conoce desde que era pequeño. Los Dava y César no tendrán que enseñarle qué significan el escudo y el ADN del Liceo porque lo lleva dentro. Y a sus 18 años no tendrá que soportar la presión ni los focos que apuntan a los veteranos.
Copa no se reunirá sólo con su padre en el vestuario del Palacio de los Deportes de Riazor. Allí estará Pablo Cancela, su padrino. Después de tantas horas viéndole patinar por medio mundo en la tele y de tantos entrenamientos compartidos, los dos cumplirán el sueño de jugar juntos: “No sé dónde llegará, pero se está esforzando mucho y se lo merece porque renuncia a millones de cosas que hacen los chicos de su edad. Espero que sea el futuro gran jugador coruñés. Y del Liceo, pero sobre todo que sea feliz disfrutando del deporte”, reconocía Pablo hace unos meses.
La incorporación de Jacobo es un viejo deseo del Liceo: “Llevan intentando ficharlo desde que tiene seis años”, desvelaba en una conversación Pablo Togores, director deportivo del Dominicos, antes de empezar la última temporada. Su hermano y último entrenador de Copa, Manu, le situaba ya como uno de los mejores en la historia del club colegial. “Para mí ya es uno de los mejores jugadores que ha habido nunca en el Dominicos: es súper inteligente, con una gran cantidad recursos y competitivo a más no poder. Es un proyecto de jugador espectacular, pero tiene mucho que mejorar y aprender. Él quiere. Y eso es fundamental”, detallaba el técnico.
No al Barça
El Liceo partió siempre en la ‘pole’ para incorporar a Copa, pero no le faltaron ofertas, al menos media docena en el último año, entre ellas la del Barça, que intentó convencer al jugador coruñés y a su familia con un proyecto a medio-largo plazo, facilidades para compaginar los estudios en La Masia y un compañero de lujo, su gran amigo en la selección, Miqui Escala.
Por suerte para el club verdiblanco serán rivales la próxima temporada y alguna más. Jacobo es la guinda que le faltaba al Deportivo Liceo 2024/25.
