Gus Díaz: “Mi hija me dijo: 'Oye, papá, ¿tú estás seguro de que has jugado aquí?'”
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17º-23º

Gus Díaz: “Mi hija me dijo: 'Oye, papá, ¿tú estás seguro de que has jugado aquí?'”

Gus Díaz: “Mi hija me dijo: 'Oye, papá, ¿tú estás seguro de que has jugado aquí?'”
Gus Díaz es el tercer jugador que más veces ha defendido el escudo del Basquet Coruña | Javier Alborés

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Gus Díaz (25 de noviembre de 1970, A Coruña) es una leyenda del Basquet Coruña. Uno de los pioneros del club que nació a caballo entre Arteixo y el Ventorrillo. Sólo Ángel Hernández y Zach Monaghan han vestido la camiseta de la entidad más veces que él. Por eso –y por su gran memoria– el capitán de la plantilla 01/02 sabe muy de lo que habla.

 

¿Cómo recuerdas esta temporada?
Lo mismo que todas las que jugamos en LEB. Empezar con muchísima ilusión y sin plantearnos sólo el objetivo de la permanencia, lo que pasa es que al final la competición te sitúa donde te sitúa. Salíamos con un solo pivot, Valentine, y la cosa era complicada. Creo que de estas primeras cuatro temporadas, el equipo mejor armado era el de la anterior.

 

¿Qué le faltaba a esa plantilla para haberlo hecho mejor?
Una referencia poderosa extranjera al lado de Chima, que era un trozo de hierro, uno de los tíos más duros que me he encontrado, y siempre con una actitud superprofesional y superpositiva. Chocabas con él y te hacías daño. La temporada que peor lo pasé físicamente fue la siguiente, que me fui al Rosalía [santiagués] y ficharon a Chima y a Tom Wideman. Lo pasé fatal; después de cada entrenamiento me dolía el pecho de los golpes. Tremendo.

 

Para hacerlo mejor nos faltó una referencia extranjera al lado de Chima

 

En esos años, en la liga había mucho dinero. Imagino que, el hecho de tener el presupuesto más bajo, era un hándicap más que notable. 
Alguna vez he hecho el ejercicio de escribir nombres que sí había entonces y nombres que ahora no los veo. Y me salían jugadores de decir “¡hostia, cuidado!”. Tíos que lo partían en la LEB y luego lo partían en la ACB. O que se iban a la NBA y jugaban. No era ninguna coña. Recuerdo la primera vez que me vino a la cabeza la palabra imposible. Estaba en el tiro libre. Miro a un lado, Savané; miro al otro, Venson Hamilton. El tercer pívot de ese Tenerife era Kenny Miller, la pareja de Michael Ansley en el Unicaja subcampeón de la ACB [94/95]. O cuando jugaba contra el Breogán: cortaba por la zona y tenía la sensación de acercarme a un transatlántico, de que se nublaba el día. James Donaldson, Kenny Green, Santi Abad...

 

No hay mucha gente que se acuerda de esto (le muestro un resultado, 48-86 contra el Complutense).
Un cuarto sin anotar... Estábamos jugando muy bien, metiendo balones dentro a Chima. Y de repente, creo que nos debimos de venir arriba, y dejamos de hacerlo. Un cagadón como un pan. Me lo recordó, en 2004, cuando juegué un par de años en Madrid, en EBA, y me encontré con el segundo entrenador de aquel año en Complu. Yo le dije, “bueno, vale, muy bien” (carcajadas).

 

Otro playout. El primero sin ventaja de campo. Pero otra vez éxito autoritario. 
Yo sabía que era muy difícil que nos ganaran. Porque no podíamos entrenar más. Era imposible. Era el momento de sacar todo lo bueno que teníamos. Y obtuvimos lo que merecíamos: la permanencia. Da un poco de pena que hubiera que esperar hasta este momento (ríe). Cuando las calidades de los equipos se nivelan un poco, sabes que no te van a ganar. Es más difícil intentar estar entre los mejores que pelear por no ser el peor, lo que pasa es que intentar no ser el peor tiene una gran carga dramática.

 

Había tíos que lo partían en la LEB y luego lo partían en la ACB o se iban a la NBA

 

Y menos de un mes después, la venta de la plaza. ¿Sabíais o intuíais algo?
Absolutamente nada. Es más, no conocíamos la situación interna del club. Sí creo que al final el equipo y el club iban muy forzados, muy al límite. Fue muy duro; pero, con la perspectiva del tiempo, creo que fue lo correcto.

 

Es inevitable preguntar si sientes que una parte del ascenso a la ACB es vuestro. 
No sé si eso es así... No siento, ni me importa, que un pedacito pueda ser mío. Me importa lo que vayan hacer, verles cuando jueguen en Madrid, me importa cómo quedan en los partidos... Les he seguido mucho este año, fui a verles en la Copa Princesa, contra el Fuenlabrada. Y en Fuenlabrada me di cuenta, aunque perdieron, de que era un equipo campeón.

 

Para rematar la charla, Gus contó una simpática anécdota en la Copa. “Teníamos unas buenas entradas, cerca de la pista. Mi hija, de doce años, cuando salieron los jugadores del Coruña a calentar, ve unos animales de tíos, y me dice: “Oye, papá, ¿tú estás seguro de que has jugado aquí?”. Las carcajadas hicieron temblar la redacción de dxt campeón.  

 

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Gus Díaz, defendiendo en un partido contra el Badajoz de la temporada 01/02 | Pedro Puig

Gus Díaz: “Mi hija me dijo: 'Oye, papá, ¿tú estás seguro de que has jugado aquí?'”

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