El Clásico que divide en dos a la familia Cervera
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El Clásico que divide en dos a la familia Cervera

Los hermanos Nil (Liceo) y Eloi (Barça) se vuelven a enfrentar el domingo
El Clásico que divide en dos a la familia Cervera
Nil y Eloi Cervera después del Liceo-Barça de Supercopa | Cedida

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Mes de octubre de emociones fuertes en la familia Cervera. Todos al completo se encontraron en A Coruña a principios de mes para asistir a la Supercopa de España que en las semifinales citaba por primera vez a los hermanos Nil y Eloi con las camisetas de los dos grandes del hockey sobre patines nacional: el mayor (21 años) con el Liceo y el pequeño (19) con el Barça. El duelo se repite este domingo, en la cuarta jornada de la OK Liga, y todos regresarán al Palacio de los Deportes de Riazor. Por mucho que tengan el corazón dividido, saben que esta es una ocasión única y para disfrutar. “Ellos se ponen nerviosos”, afirman los dos, “pero mientras nos vean disfrutar, todo va bien”. La rivalidad es sana. Ya lo fue el año pasado con el benjamín ya en el conjunto culé y Nil todavía en el Igualada. Pero reconocen que notan que ahora “es otra cosa”.


El hockey es para ellos, como en muchos otros casos, un asunto de familia. En Igualada, de donde son, ya es una parte indivisible de su propia idiosincrasia. Pero los dos hermanos Cervera en especial crecieron rodeados de los patines y los sticks de su padre Moisés, jugador de Igualada, Piera y Vilafranca que durante la década de los 90 se cruzó en el camino del Liceo, al que le llegó a marcar 8 goles en sus enfrentamientos. Su destino parecía marcado por más que nunca llegaran a verle jugar en la máxima categoría: el Vilafranca descendió en 2003 y Nil nació en agosto de ese mismo año, Eloi dos después. “Nunca nos presionaron”, dice Nil, “pero sí que veíamos el material y cuando empezamos con el patinaje en actividades extraescolares, tuvimos muy claro que queríamos meternos en hockey sobre patines”.

 

Nil y Eloi peques
Nil y Eloi de pequeños


Fue Nil primero y después, Eloi. “Para mí él era mi ídolo y todo lo que iba haciendo mi hermano lo quería hacer yo”, reconoce el del Barça, que confirma que como no podía ser de otra manera, el hockey monopoliza la mayoría de las conversaciones familiares. “Mi abuelo controla mucho y mi tío también jugó aunque lo dejó antes que mi padre y ahora se ha vuelto a enganchar con nosotros. Se dan unas conversaciones muy enriquecedoras cuando nos juntamos”, dice. “Desde pequeños hemos vivido mucho el hockey y hablado mucho en casa”, aporta el del Liceo, que afirma que su padre ha sido fundamental en el crecimiento tanto suyo como de su hermano: “Nos ha ayudado y con su experiencia hemos aprendido mucho”.

 

Corazón 'partío'


Su padre es también el que mejor entiende la incipiente rivalidad de sus hijos, que hasta hace dos años siempre habían jugado uno al lado del otro en la base del Igualada o en la selección española aunque en diferentes categorías. “A mi madre le cuesta un poco más”, continúa Nil. “Se ponen un poco nerviosa”, apunta su hermano pequeño, “pero están muy orgullosos y muy contentos y no van con ninguno, solo quieren que lo hagamos bien y nos lo pasemos bien”.

 

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Nil e Eloi, con sus padres, después de ganar con la selección


A pesar de ser el pequeño Eloi fue el primero en marcharse de casa para enrolarse en el Barcelona. “Yo ya estaba en el primer equipo y él terminaba su etapa en categorías base y se merecía mucho esa llamada del Barça”, recuerda el mayor. “Eran situaciones diferentes, pero yo aún tenía que acabar de explotar y demostrar lo que podía hacer”, indica. “Era una incógnita el papel que iba a tener en un equipo como el Barça y al final fue más importante de lo que me esperaba”, reconoce Eloi. “Yo estaba muy seguro de sus capacidades”, responde el liceísta, que la rompió en ese año extra en el Igualada, siendo reconocido como el jugador revelación de la liga. “Cuando le llamó el Liceo, lo hablamos en casa y todos creíamos que era un salto muy positivo. Yo lo apoyé al máximo”, dice el azulgrana. “Ojalá algún día podamos estar los dos en el mismo equipo grade”, añade.

 

Nil y Eloi Igualada
Nil y Eloi con el Igualada


Porque esa circunstancia derivó en una nueva rivalidad entre ellos. “Es un escenario diferente porque ahora los dos estamos en clubes grandes”, admite Eloi. “Un Liceo-Barça es un partido de mucho nombre y ya en la Supercopa vimos que era una rivalidad diferente. Al final, el año pasado, cuando estaba en el Igualada, cuando jugábamos contra el Barça lo normal es que nos ganara. Y ahora no. Ahora con el Liceo tenemos posibiliades de ganar. Es más, el domingo los tres puntos tienen que quedar en casa”, avisa el verdiblanco.
 

El primer duelo fue para el menor, con victoria por 5-2 en las semifinales de la Supercopa. Pero Nil no cree que sea una referencia. “El equipo entero habíamos tenido muy pocos test”, opina y analiza la derrota en Vic: “No fue un mal partido. No entró la bola y no se puede volver a repetir si queremos estar luchando por los puestos de arriba”. A pesar de todo, la rivalidad sigue siendo sana. “No nos picamos ni nada, no somos así”, indica Eloi, "y el domingo será un paritdo intensos entre dos equipos llamados a estar entre los primeros puestos". Rivales, pero sobre todo hermanos. Nil incluso le pasa apuntes cada semana: “Hablamos de nuestros partidos y le cuento porque al equipo que nos enfrentamos nosotros es su rival de la semana siguiente”.

 

Hermanos Lamas


No son los primeros hermanos que se enfrentan estando en las filas del Liceo y del Barcelona. Antes que ellos lo hicieron los Lamas, Josep por el bando verdiblanco, ya que fue la única camiseta que defendió en su carrera deportiva, durante casi veinte temporadas; y Eduard, el pequeño de la saga, por el azulgrana. Ya habían ensayado el cara a cara cuando Eduard, prácticamente adolescente, jugaba en el Cerceda a las órdenes de Juan Copa y este equipo, contra todo pronóstico, ascendió a la máxima categoría. Uno delantero y otro defensa, los duelos estaban asegurados. Después, coincidieron en el conjunto verdiblanco en dos etapas, tanto antes como después de que Eduard fichara por el Barcelona. En las dos temporadas en la Ciudad Condal vivió pocos derbis familiares y se perdió algunos por culpa de una grave lesión de rodilla que a punto estuvo de apartarle de las pistas. 


Otros liceístas que se midieron a sus hermanos, aunque no estando en las filas azulgranas, fueron los Grau (Carles y Marc contra Lluís y Álex en el Lloret); los Pérez, (Toni contra Gonzalo cuando este estaba en el Cerceda); los Bargalló (Jordi contra Pau en el Noia); los Di Benedetto (Carlo contra Roberto y Bruno (La Vendeenne y Lleida); Roberto contra Bruno (Lleida) y Bruno contra Roberto (Benfica)); los Figueora (Carlos contra Ángel); los Avecilla (Alejandro contra Fernando y viceversa), los Torner (Josep Enric contra Joan (Tordera)) y los Martinazzo (Daniel contra José, en el Reus). 

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