Paula Otero cambió de escenario en los Campeonatos del Mundo de natación que se celebran en la localidad japonesa de Fukuoka. La coruñesa disputó la segunda prueba de su programa: después de la meritoria octava plaza que logró el pasado jueves en el relevo mixto de aguas abiertas, se pasó a la piscina para nadar los 400 metros libre.
La fondista del CN Arteixo no pasó de las eliminatorias, un resultado esperado en una distancia con mucho nivel y sólo ocho plazas de finalista entre 41 participantes. Paula fue la séptima de su serie y acabó en el 28º puesto total, con un tiempo de 4:14.63, lejos de su mejor marca, los 4:10.50 con los que logró el título en el último Campeonato de España y sacó su billete para Fukuoka.
Sin tiempo para el descanso, la coruñesa volverá la próxima madrugada a la piscina (sesión matinal en Japón) para disputar las series de 1500 libre, una prueba que se adapta mejor a sus características, y en la que también ostenta el título nacional. Paula saldrá en la calle ocho de la serie 3 con el decimoséptimo tiempo de todas las participantes: 16:16.61.
La primera noche de finales en Fukuoka (al filo de las 13 horas en España) se abrió con un duelo tremendo en los 400 metros libre. Ganó Samuel Short (3:40.68), líder hasta el último viraje, cuando le pasó el tunecino y campeón olímpico, Ahmed Hafnaoui (3:40.70). Respondió el australiano con un esprint portentoso para llevarse el oro por sólo dos centésimas. El bronce fue para el alemán Lukas Martens (3:42.20).
No hubo duelo en la prueba femenina. Ni la leyenda Katie Ledecky, ni la emergente Summer McIntosh se acercaron a Ariarne Titmus. Campeona olímpica en Tokio 2020, la australiana dominó la prueba de inicio a fin con un ritmo de vértigo, pulverizó el récord universal de la canadiense (3:55.38, es la primera mujer que baja de 3:56) y logró el segundo oro de su país en la piscina.
La estadounidense Ledecky, que nadó de menos a más, nunca inquietó a Titmus y se tuvo que conformar con la plata (3:58.73), su medalla número 23 en los Mundiales, diez menos que el mito Phelps (33) y a cuatro de Lochte (27). McIntosh se hundió en los últimos 100 metros y ni siquiera subió al podio. La neozelandesa Erika Fairweather (3:59.59) completó el podio.
La tercera final del día guardó un momento histórico. Leon Marchand rompió en 400 estilos el último récord individual de Phelps, el más longevo de la natación, vigente desde Pekín 2008. El prodigio francés rebajó la plusmarca en algo más de un segundo (4:02.50) y el Tiburón de Baltimore, presente en la piscina como comentarista de televisión, se puso en pie para ovacionar a su sucesor y más tarde le entregó la medalla. El estadounidense Carson Foster (4:06.56) y el japonés Daiya Seto (4:09.41) fueron plata y el bronce.
La noche terminó con dos oros más para Australia en los relevos de 4x100 libre. El cuarteto femenino paró el reloj en 3:27.96, nuevo tope universal, con mucha superioridad sobre Estados Unidos (3:31.93) y China (3:32.40). El masculino sufrió hasta la última posta de Kyle Chalmers, campeón olímpico en Río 2016, para conquistar el oro (3:10.16) por delante de Italia (3:10.49) y Estados Unidos (3:10.81), mientras que España terminó en la octava plaza (3:14.64), un segundo más lento que en las series matinales.
Integrante del relevo finalista, Mario Mollà dobló con éxito en 50 mariposa, rebajando dos veces su mejor marca. Ganó la serie por la mañana con 23.34 y nadó aún más rápido en las semifinales, parando el crono en 23.16, décimo mejor tiempo, a sólo nueve centésimas de entrar en la final.
El catalán de 21 años fue el mejor de los españoles que saltaron al agua en la primera jornada en la piscina de Fukuoka. También batió su plusmarca personal Carlos Quijada en 400 libre (3:49.60), vigésimo puesto en las series matinales.
Emma Carrasco, 22ª en 200 estilos (2:15.11), Paula Juste, 27ª en 100 mariposa (59.94), y el relevo femenino de 4x100 libre (3:42.53), 16º tiempo en las series, además de la coruñesa Paula Otero, no mejoraron sus registros.